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Dormitorio 18 de la Excárcel de León: un lugar que permanece congelado en el tiempo

El dormitorio 18 de la excárcel de León es el único lugar del edificio que permanece sin alteraciones, tal y como se construyó hace 123 años
León

Jorge Luis Ramos Perez

Dormitorio 18 de la Excárcel de León: un lugar que permanece congelado en el tiempo Dormitorio 18 de la Excárcel de León: un lugar que permanece congelado en el tiempo

El dormitorio 18 de la excárcel de León es el único lugar del edificio que permanece sin alteraciones, tal y como se construyó hace 123 años

Ivonne Ortiz
León.- Una puerta desgastada marcada con el número 18 permite ver, al menos por fuera, un pedazo de historia de la Excárcel Municipal de León, identificada ahora como el Museo de las Identidades Leonesas (MIL). Este es el único dormitorio que no ha sido restaurado desde 1899. Sus muros permanecen intactos, tal cual y como los vieron los internos.

El dormitorio 18, así como los demás cuartos, se construyeron a finales del siglo XIX, en el año de 1899. El lugar no siempre sirvió como cárcel. Antes de 1902, funcionó como un orfanato y como una troje (estructura destinada al depósito de productos agrícolas). Incluso actuó como sucursal del Nacional Monte de Piedad, dedicada al financiamiento a través de préstamos.

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Pero por más de ocho décadas, de 1902 a 1986, el longevo edificio funcionó como cárcel municipal. Brenda Galván, encargada de Servicios Educativos en el MIL, contó que no hay una razón específica por la que este cuarto no haya sido intervenido. Simplemente así se quedó y al permanecer en su estado original se ha vuelto uno sus principales atractivos.

“Este es el único espacio que se conserva en estado original. El número, la pintura, la puerta, los interiores y acabados son de la época de la cárcel, que funcionó de 1902 a 1986. Todas estas estructuras se crearon en 1899, al igual que el resto de los cubículos. Sin embargo, este es el único que se encuentra en su estado original”, explica.

Dormitorio 18
Dormitorio 18 de la excárcel de León. Foto: Ivonne Ortiz

Dormitorio evoca el aislamiento de los reos

Aunque el dormitorio despierta la curiosidad de los visitantes el acceso está restringido. Para conservar su estado y no desgastar la construcción de 123 años, colocaron una unifila que impide el paso.

“El uso constante de este espacio contribuye a su desgaste y a su deterioro. Si nosotros estamos entrando y saliendo, la pintura y los acabados pueden deteriorarse y entonces no podríamos observarlo como un referente histórico”.

La habitación es oscura, con paredes azules y una puerta de madera. Sus muros lucen desgastados y craquelados, con grietas que asoman su pintura café. Mide aproximadamente cuatro metros de fondo por uno y medio de frente. Es un pasillo angosto en el que apenas entrarían dos personas al mismo tiempo.

Al fondo de esta habitación oscura y fría, proyectan un performance de una persona aislada. Un mensaje que evoca al sufrimiento que padecen los internos y “cómo una persona que es sometida al aislamiento total puede sufrir consecuencias”.

“Este tipo de espacios son un vínculo de nuestra memoria con el pasado. Pensar en las condiciones, como vivían otras personas, como vivían en otras épocas”, resalta Brenda Galván.

“Cada día es como un año”

Excárcel de León
Así lucían los cuartos de los reos. Foto: Ivonne Ortiz

En otra de las salas, hay una fotografía en donde se observa esta habitación ocupada por un interno, como parte de la exposición permanente de la historia de la cárcel. En la imagen se ven un montón de ropa, bolsas de tejido de aquella época, una especie de tendedero improvisado, una imagen de la Virgen de Guadalupe pegada en la pared, un pequeño catre, trastes, botes de plástico, repisas y una caja de cereal.

“Si vienen a visitarnos podrán observar una de las fotos de uno de los dormitorios individuales, donde hay un pequeño catre, cobijas. Los internos guardaban cosas o elementos que les recordaban a sus familias, bolsas con sus utensilios personales, retratos de su familia, imágenes religiosas”.

En la exposición fotográfica presentan una estrofa de la balada de la cárcel de Reading, del escritor Oscar Wilde.

“Yo no sé si las leyes tienen razón o si están equivocadas. Todo lo que sabemos nosotros los presos, es que el muro es sólido y que cada día es como un año, un año cuyos días son largos”, dice.

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La Cárcel Municipal dejó de funcionar por no tener las condiciones de seguridad aptas ni el espacio para los reos. Por ello se abandonó en 1985. El Instituto Cultural de León (ICL) comenzó el proyecto de rehabilitación en marzo del 2012 para convertirlo en el Museo de las Identidades Leonesas, ubicado entre las calles Justo Sierra y Belisario Domínguez, en el centro de la ciudad.

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