El arte urbano de Zeta, el personaje azul que transforma las calles de León
León, Guanajuato.- Su personaje está en las calles, en los establecimientos, en las paredes, en muchos lugares de la ciudad. Se llama Zeta y es una criatura monstruosa color azul, con una capucha negra y ojos grandes. En covid, incluso lo pintaron con cubrebocas. Ya es parte de la identidad del arte urbano en León. En entrevista, su creador cuenta cómo surgió y cuál es su mensaje con estas pintas.
Wiliam, de 32 años, conocido como Gabe, creó el personaje Zeta hace seis años. Grafitero desde los 16, el conocido leonés pensaba que las letras ya no llenaban sus ganas de hacer arte callejero. Un monito azul, como muchos lo llaman, le abriría las puertas identificándolo en León, y logrando que la gente comparta y reconozca su trabajo.
Pero ¿cómo creó esta criatura monstruosa?
“Llegué al punto donde las letras no me llenaban y traté de hacer otra cosa, y el resultado fue este, el personaje azul. Sí tuve referencias, tomé los ojos que son como los de una catrina, los colmillos son como de vampiro. Es como un extraterrestre azul con una capuchita de un gato, entonces son varios elementos creando este personaje”.
“Le tuve que poner nombre porque muchas personas me preguntaban como ‘de que caricatura lo sacaste, de dónde es’, y yo pues ‘equis, ahí me lo inventé’. Al principio no me importaba, no sabía todo lo que se venía. Así, después, sin pensarlo le puse Zeta”, plática Gabe a Periódico Correo.
Zeta se adapta a las circunstancias, el contexto o las paredes donde sea pintado. Por ejemplo, en la calle 5 de febrero, en el centro, hay uno con un traje puesto que carga un portafolio, que destaca entre la propaganda escolar de una preparatoria. En pandemia, cuando todos usábamos cubrebocas, Zeta también. Gabe lo adaptó, incluso creó su cabeza con la forma del virus chino.
“Para mí fue bien fácil, si ves a todas las personas con cubrebocas, pues un Zeta con cubrebocas (…) entonces me adapto a lo que va pasando, a veces hay cosas personales. Por ejemplo, he hecho algunos Zetas con sentimientos, cuando ando triste le pongo una lagrimita, he hecho unos felices, otros enojados”.
Su arte muchas veces rompe con el boceto o la intención que tenía. Ya frente al muro y con la pintura en mano, sus ideas vuelan y le permiten improvisar añadiendo elementos al Zeta, que a veces no tenía pensados.
“No me cierro en que mi boceto tiene que quedar tal cual”.
Lo que sí perdura en su trabajo son los lugares donde busca pintar. Gabe se va a las colonias estigmatizadas por ser conflictivas en León, en donde los niños no tienen oportunidad de ir a un museo para ver pinturas o inspirarse en otros creadores. Esa es la intención del leonés, ser un motor para la infancia, y llegar con su arte a cada rincón de la ciudad.
“Me gusta pintar en todos lados, pero me llaman más la atención las colonias marginadas. Trato de llevar el arte urbano a donde los chavitos no tienen la posibilidad de venir aquí al centro, o de ir a un museo porque a sus papás tal vez no les interesa esto. Trato de pintar en lugares lejos del centro, orillados, donde están los chavitos. Me gusta mucho que llegue a pintar y que los niños me pidan la brocha, el aerosol para ayudarme. Eso me motiva un montón, inspirar a los niños”.
Y es que sus pintas, esténcil o propa, han sido aceptado por muchos leoneses. Quienes lo ven pintando a Zeta, lejos de reclamarle porque raya las paredes, lo reconocen. Dueños de casas le han prestado sus muros, incluso ha hecho trabajos de pintura y colaboraciones en establecimientos como bazares, estacionamientos, y clínicas de salud.
Wiliam se convirtió en uno de los pioneros en identificarse con un personaje en León. Ha notado que son cada vez más los artistas urbanos que buscan este camino, y cree que es una base original que va tomando forma en diversas ciudades de México, como Monterrey, Morelia o Ciudad de México, donde señala que abundan los personajes identitarios en las calles.
Su vida en la calle lo alejó de los estudios. Sus circunstancias y el nacimiento de su hijo le impidieron continuar con la universidad, o ni siquiera pudo pensar en esa posibilidad por la responsabilidad que tenía que cumplir.
“Me salí de la prepa porque tuve a mi niño, y al momento de salirme estuve trabajando en un montón de lugares, que, en farmacias, tiendas Oxxo, ayudante de carpintero, de electricista, de todo lo que se podía le pegaba”.
Recuerda que Zeta le abrió las puertas en el Instituto Municipal de la Juventud, quienes le pidieron colaborar en Mictlarte, un evento anual en el que le dan oportunidad a artistas locales para pintar el panteón San Nicolás previo a Día de Muertos. Su constancia cobró frutos, su paciencia haciendo lo que hace sin desistir.
“Hace seis años más o menos cuando empecé a hacer al Zeta, me vieron unas personas del Instituto de la Juventud y me invitan a pintar al panteón por primera vez. Tú sabes, el evento de Mictlarte para cualquier grafitero o artista de la ciudad, pintar en el panteón es de lo más chido, sabes que esos murales llaman mucho la atención. Entro a trabajar con ellos y me empiezo a creerme la historia de que estoy haciendo arte. Todo lo que yo sabía hasta ese momento era autodidacta, yo lo fui aprendiendo en la calle, y hace dos años me llegó el mensaje de que podía estudiar Artes Visuales en León y pues me animé”.
Actualmente el leonés estudia la carrera de Artes Visuales, en la Escuela Antonio Segoviano (ESAV), del Instituto Cultural. Su sueño en la pintura y en el arte continúa, e invita a quienes tienen esa inquietud a aprovechar las oportunidades. Demuestra también que no se nace con el talento, él lo ha desarrollado.