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Plan B de agua para León es berrinche político e insensatez: académico

Según el profesor e investigador de la Universidad de Guanajuato, Daniel Tagle, el plan no contempla el entendimiento del sistema natural
León

Staff LC Camargo

Plan B de agua para León es berrinche político e insensatez: académico Plan B de agua para León es berrinche político e insensatez: académico

Óscar Jiménez

León.- Lo considerado como ‘Plan B’ para la obtención de agua para la ciudad de León es un proyecto que raya en el revanchismo político y la insensatez, y que más bien, no contempla el entendimiento del sistema natural, según el profesor e investigador de la Universidad de Guanajuato y especialista en temas de economía ecológica, Daniel Tagle Zamora.

Recientemente, el gobernador del Estado de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, dio a conocer que se había llegado a un ‘primer acuerdo’ para suplir la salida de Guanajuato de lo pactado en el proyecto de la Presa de El Zapotillo. Ahora, se contemplaría otro megaproyecto a través de una presa en el municipio de Ocampo que repartiría el agua, principalmente para León.

Este proyecto contempla el aprovechar los escurrimientos de Sierra de Lobos y otros sitios importantes de la entidad, pero que ‘cortarían’ el flujo del Río Verde, y a su vez, el cauce para El Zapotillo. Ante ello, el investigador, aseguró que este primer planteamiento -tras las mesas de trabajo- resulta insensato y apresurado.

“Me parece que es un berrinche político este plan B que está proponiendo el gobernador, además es un revanchismo”.

“No tiene mucho sentido, porque nuevamente nos enfrentamos a la viabilidad. Es un proyecto que se plantea nuevamente con una presa que, de alguna forma, requiere un fuerte financiamiento. Hay que empezar de nuevo a intentar que se financié a través de la CONAGUA, que queramos o no, no somos de los estados favoritos de la Federación”, señaló el especialista.

Las fugas, el desperdicio y las alternativas

Realmente, la mejor manera de pensar ‘a futuro’ podría recaer en la utilización del agua saneada, la reparación de las fugas y la regulación del volumen de agua en el consumo agrícola, industrial y comercial. A la postre, se pensaría en la captación del agua de lluvia, entre otros mecanismos naturales.

“Parece que es seguir con el alto consumo de agua y no entender nuestro propio sistema natural”, menciona el investigador, “Ya pasaron 10 años y se ha apostado por proyectos de abastecimiento para mantener el consumo de agua, pero se ha dejado de lado muchas otras acciones para contribuir a revertir el deterioro que está sufriendo la cuenca”.

Sin embargo, en 2018 se estimó que la Comisión Nacional del Agua daba 115 millones de metros cúbicos de agua, por concesión, a la localidad, pero de los cuales, 86 se extraían y casi 30 se perdían en fugas, es decir, había una pérdida de más de 50 millones de metros cúbicos solamente por las fugas. Es algo que se debe de trabajar, sin duda, de acuerdo a lo estudiado desde la academia.

“No es posible bajar las fugas a cero, pero sí a 10 millones de metros cúbicos, y eso ayudaría a resolver parte de las asignaturas pendientes”, señaló Daniel Tagle, “¿De qué depende? De qué tan dispuesto esté SAPAL en soltar el control total del agua, y el monopolio que representa este manejo absoluto”.

LC

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