¿Adiós a una infancia feliz? Padres en Guanajuato prefieren que sus hijos no salgan a la calle por la inseguridad
Guanajuato, México.- Hace una década aún era común el ir y venir de niños y niñas en las calles: jugaban con canicas, tazos, yoyos, balones y cualquier otro juguete de moda, dependiendo la época. Hoy, por la inseguridad, esa práctica se ha agotado.
En el caso particular de Guanajuato, el 73% de la población ya no permite que sus hijos menores de edad salgan a jugar a las calles por temor a la inseguridad, revela la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2023 del INEGI.
Al igual que en el panorama nacional, este es la actividad que más se ha dejado de hacer por el miedo a ser víctimas de algún delito. En este rubro, Guanajuato está muy por encima de la media nacional, que se fijó en un 62.3% de población que prefiere ya no dejar salir a sus hijos a jugar a la calle.
Tabasco, Zacatecas, Colima y Puebla son las únicas entidades con porcentajes superiores a Guanajuato. Dejar de usar joyas es otro de los cambios más notables entre la población de Guanajuato a causa de la inseguridad, con un 61.1% de la población que entrevistó el INEGI.
En este apartado Guanajuato también superó la media nacional, que se fijó en el 47.5% de la población.
Guanajuato, el estado más peligroso para ser infante
Decenas de niñas y niños han sido víctimas constantes durante balaceras y ataques suscitados en calles de Guanajuato, que se ha afianzado como una de las entidades más peligrosas para la infancia en México.
El caso más reciente ocurrió el martes en León, cuando un adolescente llamado Daniel, de 14 años, fue acribillado junto a sus dos hermanos con quienes jugaba afuera de su casa en la colonia Lomas de la Piscina. Sus dos hermanos sobrevivieron, pero Daniel falleció en el lugar.
El mes pasado fueron Alexander de 11 años, y José de Jesús de seis, quienes murieron tras ser baleados cuando jugaban a unos metros de su domicilio, el 17 de septiembre en San Francisco del Rincón.
Con estos casos, el conteo de menores asesinados en Guanajuato escaló a 78 -al menos los que contabilizó Periódico Correo- en lo que va del año.
La infancia en Guanajuato: De los callejones y juegos al resguardo en la era digital
Callejones, calles, colonias, canchas, arroyos y ríos, eran el punto de reunión para los niños de Guanajuato capital. Las cebollitas, quemados, bailar el trompo, canicas, saltar bajo leña lluvia, eran uno de los tantos juegos que se disfrutaban. Hoy en día, la situación de violencia, delincuencia y el ambiente de inseguridad que aqueja a nuestro municipio hace que esto se vaya perdiendo, que se vaya quedando en la memoria de quienes sí pudieron salir a jugar tranquilos “a la calle.”
“Había más libertad de salir, no había tanto… delincuencia o inseguridad (…) podíamos inclusiva andar hasta en la escuela, ir y venir solos, y ahorita, lo que vengo viendo, es que la mayoría de los niños vienen con sus papás, son muy pocos los que ya vienen sin sus papás”, comentó para Periódico Correo, Ma. Dolores Vázquez, quién recuerda como algo bonito el hecho de salir a jugar con sus amigos de la infancia: “Al callejón, era callejón. Yo vivía aquí en zona centro por Tamazuca, y pues salíamos a jugar al callejón a diferentes juegos, al bote pateado, a las escondidas, a los hoyitos, las cebollitas; ya juegos que los niños de ahora ni conocen.”
En su familia la situación ha cambiado: “Ya tengo más cuidado, por lo mismo ¿no?, lo que oímos en las noticias… todo lo que pasa, los vigilamos más” pues si los niños salen a jugar ya es con vigilancia, siendo futbol y andar en bicicleta las actividades que más realizan en lugares donde estén a la vista, como el Jardín del Cantador.
Rosa María Reyes, madre de familia, jugaba bote pateado, víbora de la mar, bailar el trompo, jugar con el yoyo y canicas, entre otras actividades lúdicas propias de los niños de antes. Hoy en día la situación que se vive hace que las niñas y niños tengan otras preferencia:
“Antes sí éramos todos, jugamos muy bonito, eso de que sí nos peleamos, pero de todas maneras nos cuidábamos; y ahorita como que no, ya es diferente, ya es otra cosa, ya vez a los niños, pues muy chiquitos, fumando drogándose, y pues no, ahora no se cuidan.”
“Era tan agradable salir a jugar. Siempre teníamos un horario, por ejemplo, los padres nos decían: tienes que hacer tal labor para salir a jugar. Nuestro horario de salir a jugar era de seis y media y entrar a las ocho más tardar, si no era castigo seguro” así recuerda Juana Soledad Mondragón, la época donde salía a jugar en uno de los barrios con más tradición como lo es el Barrio de Pastita:
“Nosotros nos juntábamos varios niños y niñas, y jugábamos que, a las escondidas, jugábamos a los listones, a la riata, pues a todo lo que podíamos disfrutar como niños.” Anteriormente el caudal del Río de Pastita permitía a las niñas y niños de la zona jugar de una manera muy especial: “Se ponía tan bonito y caudaloso que nos metíamos a veces a jugar ahí. Pues era a disfrutar, pues como niños; lo cual ahora, tristemente, ya no lo pueden hacer nuestros niños” y es que el temor de que algo les suceda a los más pequeños del hogar es latente: “porque no falta qué les pueda pasar, algún pedófilo que ande por ahí viéndolas (…) a lo mejor en aquellos tiempos también los había, pero disfrutábamos más de nuestra niñez".
Ante esa situación el uso de los teléfonos celulares ha sido la actividad que han adoptado las niñas y niños como entretenimiento. La preocupación latente en las madres de familia es que sus hijos se han vuelto cada vez más sedentarios por el uso de la tecnología, sin embargo, la situación ha sido permisible debido al miedo que existe en torno a dejarlos salir con el remordimiento que algo les pudiera pasar.
Otra de las alternativas que se han tomado ha sido el procurar tenerlos inscritos a cursos de música, pintura, clases extras por la tarde; así como incentivar su curiosidad mediante la visita a museos, bibliotecas, o acudir a plazas públicas donde sus hijos puedan estar a la vista de ellos.
El anhelo de una infancia sin miedo: Padres en Guanajuato recuerdan tiempos de juego en la calle
Padres de familia añoran los años donde de niños, se podía salir a jugar a la calle hasta altas horas de la noche sin riesgo alguno, lo que actualmente es imposible ante los riesgos por la inseguridad y les toque “una bala perdida”.
Los tiempos han cambiado sin embargo no todo para bien, todavía hace algunos años los menores podían salir a las calles a jugar sin riesgo por la tarde noche, en los campos deportivos o bien en las calles cercanas a sus viviendas, lo que ahora es imposible, pues primero está la seguridad.
María Torres de 65 años de edad, originaria de la comunidad Santo Domingo recuerda su niñez cuando salía a jugar a las escondidas, la matatena, sin preocuparse por la hora y sin supervisión, puesto que no existía riesgo,
“antes eran las doce de la noche y apenas nos metíamos, ahorita me da miedo salir a mí, más a los niños, apenas dan las nueve de la noche me da terror”.
Lo mismo coincidieron Mario Ramírez y Norberto Cruz, quienes recuerdan la libertad con la que podían salir y solo con avisar a sus padres que estarían afuera de sus casas jugando futbol o en la casa de los vecinos, ahora sus hijos corren peligro al estar expuestos a un acto delictivo, como un asalto o lo que es peor, una “bala perdida”.
Esta situación también ha repercutido en el desarrollo de los niños y jóvenes, quienes pasar horas en teléfonos celulares o videojuegos, como lo señala María Torres:
“yo lo veo con mis nietos, les hablo y les hablo y no caso me hacen por estar metidos en el teléfono, quién sabe en que vaya a parar por eso”.
**Con información de: Óscar Jiménez, Francisco García y Yadira Cárdenas