Campos inundados y caminos intransitables: así el saldo por las inundaciones en Manuel Doblado


La comunidad de Frías lucha por salvar sus cosechas tras inundación. Foto: Ian Martínez
León, Guanajuato.- Parcelas enteras de maguey, milpas de maíz destruidas y caminos vecinales intransitables son parte de las afectaciones que sufrieron los vecinos de Frías, en Manuel Doblado. Los habitantes responsabilizaron a los ejidatarios por taponear la presa y no abrir la compuerta.
Ubicada al sur del municipio dobladense, se encuentra la comunidad de Frías, en la carretera Purísima de Bustos-Manuel Doblado, una comunidad donde la siembra de maíz y maguey es su principal fuente de empleo y riqueza.

La tragedia para sus habitantes comenzó durante la madrugada del sábado, pues fuertes tormentas caían en la zona serrana, las cuales inyectan agua a la presa de San Joaquín.
Para las ocho de la mañana, la lluvia había acrecentado y, por ende, el nivel del agua, lo que comenzó a generar un sobrecupo, provocando que el agua comenzara a desbordarse.

El agua logró alcanzar un metro de altura y pocas casas se inundaron en las zonas aledañas a la presa, pero los caminos de terracería sí quedaron dañados.
La fuerza del agua que se desbordaba arrancaba ramas, troncos, parcelas de maguey y comenzaba a inundar las milpas de maíz.

El agua alcanzó a llegar a la presa de San Miguel, ubicada a unos pasos de la carretera, provocando que las milpas cercanas a la carretera y las casas se comenzaran a inundar.
Miguel, caballerango de un rancho de la zona, platicó con Correo que toda la cosecha se inundó por completo, incluyendo los cultivos de las milpas, que eran la esperanza para esta temporada después de una sequía.

“Se echaron a perder milpas, campos de maguey, hasta los alambrados también se los llevó”.
Las afectaciones en el interior de las casas lograron ser mínimas, pues los habitantes rápidamente reaccionaron colocando costales de arena para evitar que el agua se siguiera metiendo.
Algunas casas, como la del señor Ernesto, sí sufrieron la entrada de agua, pero al colocar los costales evitaron que siguiera avanzando.

En la visita hecha por Correo se pudo observar cómo el área donde guardan los tractores, herramientas y comida del ganado estaba encharcada.
En torno a las pérdidas de las milpas de la zona de la carretera, el señor Ernesto confió en que con la ayuda de motobombas se lograría sacar el agua y evitar la pérdida de la cosecha.
Vecinos de la comunidad de Frías, como el señor Jesús, afirman que la culpa es dividida en dos: una parte corresponde al gobierno por la falta de mantenimiento a la presa y la otra a los ejidatarios que se negaron a abrir las compuertas y obstruían el paso del agua con tablas.

Don Jesús explicó que los ejidatarios confiaban en que la temporada de lluvias no sería lo suficientemente buena, por lo que tenían cerradas las compuertas y, del lado contrario, utilizaron tablas para contener la cantidad de agua que caía y así poder almacenarla.
El desbordamiento se pudo prevenir, pues según la experiencia de Don Jesús, al haber abierto las compuertas dos horas antes, el nivel del agua y su fuerza hubieran sido menores.

“Los ejidatarios ya estaban desconfiados; como hubo muy poca agua, ahora querían tenerla lo más que se pudiera”.
Durante la visita de Periódico Correo, se comprobó la existencia de milpas inundadas, campos de agave arrastrados y destruidos por el agua, principalmente los cercanos a la presa.
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