El obispo Salvador Rangel Mendoza presentó su renuncia y podría regresar a Acámbaro

El obispo Salvador Rangel Mendoza le presentó al papa Francisco su renuncia tras cumplir 75 años, y aceptó que podría regresar a Acámbaro

Onofre Lujano

Acámbaro.- El obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, entregó ya su renuncia al papa Francisco al cumplir 75 años de edad, por lo que el sacerdote que se inició en Acámbaro refiere que posiblemente radique en la comunidad de Chupícuaro, donde trabajo por varios años.

También confirmó que ya está su sustituto, de nombre José de Jesús González Hernández, quien es también franciscano y que entraría en el mes de abril.

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Cuenta el padre Chava, quien tiene 48 años en la iglesia, que fue el pasado 11 de febrero cuando presentó su renuncia al papa Francisco, la cual fue aceptada al cumplir ya 75 años de edad, y será el 20 de abril cuando llegue el nuevo obispo a la Diócesis de Chilpancingo- Chilapa.

“Por mientras seré una figura canónica representando al papa; por los pronto, durante estos dos meses, seguiré trabajando haciendo lo que estaba haciendo con algunos cambios de sacerdotes, como en Tecalpulco o Amacuzac”, afirmó.

El cura confirmó que también es posible que regrese a vivir a Acámbaro.

“Después que llegue el obispo seguiré viviendo de manera independiente, podría vivir en Cuernavaca en un centro pastoral, o en la comunidad de Chupicuaro, del municipio de Acámbaro, donde me regalaron una casita. Estamos viendo el tema legal, pero ahí sería un punto para regresar a uno de los lugares donde trabaje por más de ocho años y donde regresé alguna vez y ahora podría hacerlo nuevamente”, señaló.

Recordó el padre Chava que recorrió muchos lugares en su tema pastoral: estuvo en Celaya, Morelia, Vaticano, Guerrero y Huejutla como obispo, entre otros lugares, siempre haciendo labor social aparte de lo pastoral, como buscar que los niños y jóvenes practicaran un deporte.

En Acámbaro, fundó el asilo de ancianos y otras obras como la cerámica de la Soledad, que aún mantiene el taller con su especialidad de la cerámica.

“En Acámbaro también promovimos mucho el que los jóvenes se inclinaran por el sacerdocio y hubo muchos que cumplieron su misión, lo cual nos dio mucho gusto que fueran hasta 20 padres que se formaron en la iglesia”, apuntó.

Salvador Rangel Mendoza es invitado continuamente a Acámbaro, pues dejó huella en sus feligreses cuando se inició como padre en la iglesia de la Virgen de la Soledad, donde aparte de enseñar el catecismo, creo cooperativas como es la actual cerámica de la Soledad, conocida internacionalmente.

Dentro de la encomienda del papa Francisco para que el arzobispo Salvador Rangel Mendoza, quien es muy querido en la sierra guerrerense, continúe como enlace y gestor pastoral, pide orar por la paz de México y para quienes no lo saben, el padre Chava, como todos lo conocen en Acámbaro, continuamente sube a la Sierra a los plantíos de amapola a rescatar, secuestrados o llevar medicinas para los niños y la gente le recibe con cariño y afecto.

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Su legado está marcado, y lo sobresaliente es publicar lo que vive en esa Arquidiócesis de Chilapa–Chilpancingo, que sin duda es de las que más apoyo pastoral necesita.

Está claro que el arzobispo ha comentado que él es solo un conciliador, que no tiene mayor preferencia que la tranquilidad y paz del pueblo guerrerense y del mundo. Incluso hace algunas semanas una estación de radio de Estados Unidos pidió una mesa redonda con monseñor Rangel Mendoza, y su postura fue neutral conciliando.

JRP