En un parpadeo, se fueron 30 años de trabajo por coche bomba en Jerécuaro
La Papelería Liz enfrenta graves daños y pérdidas económicas tras la explosión registrada por un coche bomba en Jerécuaro
Explosión afecto negocios en Jerécuaro. Foto: Lourdes Juárez
Jerécuaro, Guanajuato.- Se queda sin festejar 30 años de que abrió sus puertas al público la Papelería Liz de Jerécuaro por las explosiones registradas en ese municipio, las cuales afectaron diferentes negocios aledaños a donde ocurrió la explosión.
Los daños más grandes se registraron en los negocios que se ubican alrededor del portal y de la calle José Aguilar y Maya, donde se localiza la papelería. A decir de Jaime García, propietario del establecimiento, las afectaciones a su negocio son en la cortina, puerta de entrada, estantería, vitrinas y equipo de cómputo, dañándose 6 computadoras y 2 copiadoras. La bodega sufrió daños en la cancelería, mercancía y plafón; los gastos de los daños ascienden a un millón trescientos mil pesos aproximadamente.
Aparte de los daños materiales y el gasto que conlleva repararlos, ahora se enfrentarán al atraso que muy probablemente tengan con el pago a proveedores que les entregan la mercancía. Por el momento, no se puede dar mantenimiento al lugar, por lo que les tocará pernoctar en el local para resguardar la mercancía que tienen. Con la mente un poco más fría, en los próximos días podrán iniciar los trabajos de mantenimiento a los daños que dejó la explosión.
“Los daños son cuantiosos, pero lo que sigue después de este suceso es lo más difícil: ¿cuándo volverá a tomar confianza la clientela de regresar a Jerécuaro a comprar? Ojalá que tengan la posibilidad de acudir; si no, se acabarán los comercios ante la falta de ventas. Un suceso como este asusta a la gente”.
La preocupación de Jaime son los compromisos económicos que existen con bancos y proveedores, ya que no se cuenta con el recurso suficiente para cubrir todos los gastos que se generan después de un daño de esa magnitud y cubrir los pagos que ya se tenían pactados con antelación. Platicando con vecinos y comerciantes, piden comprensión de los tres niveles de gobierno, que entiendan la situación que están viviendo, la cual sale de sus manos.
“Se agradecería que pensaran en cómo ayudar a los comerciantes afectados”.
En lo personal, Jaime hace un llamado a las autoridades:
“Que no me den recurso, que me lo presten con facilidades de pago, con la finalidad de salir lo más pronto posible de los gastos que generan los daños a su negocio después de la explosión del coche bomba. Pido apoyo, no que me regalen el dinero, que me lo presten con facilidades. Me comprometo a ir pagando con calma”.
El sentir de los jerecuarenses ante una situación como la que se presentó el jueves por la mañana genera una impotencia tremenda entre los afectados y la población. No existen palabras para describir lo sucedido.
En el año 2001, de manera intencional, fue quemada la Papelería Liz. A más de 20 años, vuelve a sufrir daños cuantiosos el negocio familiar de Jaime García, cuando estaban a días de celebrar los 31 años que abrió sus puertas al público ofreciendo gran variedad de artículos escolares. Para finalizar, Jaime mencionó que no es momento de buscar culpables, sino soluciones para evitar más acontecimientos como los del jueves 24 de octubre, que dejaron temor entre la población y pérdidas materiales a los comerciantes afectados.
Coches bomba en Acámbaro y Jerécuaro no son los primeros en Guanajuato
Terrorismo o no, lo ocurrido este jueves en Acámbaro y Jerécuaro no es la primera vez que pasa en Guanajuato, pues en el estado se han registrado más hechos de este tipo.
Por ejemplo, Celaya es un ejemplo donde han detonado coches bomba. El primer hecho se tuvo el 8 de marzo del 2020, cuando un sujeto llegó hasta las instalaciones de la feria o Celanese, donde se acuartelaba un grupo de elementos de la Guardia Nacional. Allí llegó un hombre en una camioneta, según porque le había fallado y más tarde regresaría por ella, pero poco tiempo después el vehículo explotó, dejando a dos oficiales con heridas leves.
Pocos días después, el 7 de abril del 2020, elementos de la Guardia Nacional hacían un retén en la glorieta de Dos Mundos, por la salida libre a Querétaro, y según la versión de ese día, vieron a distancia que sujetos llegaron en un automóvil, se bajaron y se echaron a correr en sentido contrario. Poco tiempo después, el auto explotó. Afortunadamente, ese día no hubo daños a personas.
Otro fue el pasado 28 de junio del 2023, en el Sauz de Villaseñor, al sur del municipio de Celaya. Supuestamente, vecinos reportaron al 911 un vehículo abandonado en una de las calles de la comunidad y los primeros respondientes fueron elementos de la Guardia Nacional, quienes llegaron y, al acercarse e intentar abrir el vehículo, este explotó, dejando 10 elementos heridos, uno de ellos que incluso perdió su brazo. En este caso, el gobierno federal confirmó un elemento fallecido, mientras que el estatal lo negó.
Además de coches bomba, en Celaya se tuvo el pasado 14 de octubre un verificentro que fue atacado con un explosivo. El domingo 1 de septiembre también se halló una mochila con supuestos explosivos en la esquina de Boulevard y 2 de Abril. El pasado 24 de mayo, un motociclista lanzó un explosivo que no detonó al interior de la base de la Guardia Nacional en el Eje Juan Pablo, pero este no explotó. El 17 de agosto, una mochila explosiva fue arrojada al interior del restaurante “El Tapatío” en la Alameda, sin que personas fueran dañadas.
Pero este tipo de casos se ha incrementado en casi todos los municipios en los últimos años, y uno de los hechos más conocidos ocurrió en septiembre del 2021, cuando un paquete bomba que se envió al restaurante “Barra 1604” dejó dos muertos y cuatro heridos.
**Con información de Lourdes Juárez y Daniel Moreno
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