Entre aplausos, despiden a Eduardo, bombero asesinado en masacre de Apaseo el Grande
Apaseo el Grande, Guanajuato.- Entre aplausos y sirenas de los vehículos de emergencia, este martes fue despedido Ricardo Eduardo López Ortega, bombero y paramédico, víctima de la masacre del trébol de los Apaseos.
Originario de Juventino Rosas, y luego de ser velado en esta ciudad, a Eduardo López se le realizó una misa de cuerpo presente en la parroquia de la Santa Cruz, ubicada en el centro de esta ciudad.
Durante la celebración religiosa, el sacerdote pidió a la familia y amigos aceptar la muerte como parte de la vida. No olvidar, pero sí orar por el joven, a quien Dios le permitió vivir 34 años, y lo hizo sirviendo a los demás.
El sacerdote agregó que este tipo de hechos violentos, que terminan con la vida de las personas, ponen en duda la fe y llevan a dudar de Dios. Sin embargo, señaló:
“Esto no es voluntad de Dios, sino más bien consecuencia del pecado”.
Durante la celebración, sus familiares y amigos, así como bomberos y personal del Sistema de Urgencias del Estado (SUEG), mantuvieron una guardia de honor junto al cuerpo de Eduardo. Al final, lo despidieron con aplausos. Al salir de la misa, sus restos fueron llevados a bordo de una motobomba de los bomberos de Juventino Rosas hacia su última morada, acompañados de más personas a pie y en vehículos de emergencia de bomberos, Protección Civil y SUEG.
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