Rosita Francisco ofrece sus muñecas artesanales en Acámbaro con mucha dedicación


Rosita Francisco lucha por mantener sus ventas de muñecas artesanales en Acámbaro. Foto: Lourdes Juárez
Acámbaro, Guanajuato.- Rosita Francisco Felipe, originaria del estado de Querétaro, lleva 8 años viviendo en Acámbaro para buscar mejores compradores para sus artesanías, ya que en su ciudad natal hay mucha competencia con las artesanías que ella realiza.
Esta mujer, dedicada al arte de confeccionar muñecas hechas a mano, ha encontrado en el cambio de residencia una oportunidad para expandir su negocio y encontrar un público más amplio y receptivo a sus creaciones.

Por sus padres fue que supo de Acámbaro, ya que ellos se vinieron a vivir a este municipio. Tiempo después, toma la decisión, junto a su esposo, de cambiar de residencia. Sin embargo, al llegar, personal de fiscalización encargado de cobrar el espacio donde se instalaba la movían a lugares donde no había gente, por lo que sus ventas no eran buenas.
"Fue una decisión difícil, mi trabajo siempre ha sido mi pasión, pero me di cuenta de que en Querétaro ya no podía competir con otros artesanos que ofrecían lo mismo. Decidí dar el salto y mudarme a otro estado para probar suerte. Sentí que, si no lo hacía, mis muñecas y mi arte quedarían atrás", detalló Rosita.
Después de un tiempo, logró instalarse en el Atrio Parroquial, lugar en el que lleva 8 años ofreciendo sus artesanías. Su difunta mamá le enseñó a bordar, hacer bolsas, llaveros y muñequitas de trapo. Siguiendo la tradición de su progenitora, ha mostrado a sus hijos cómo realizar estas artesanías, para que tengan una fuente de empleo y no se dediquen a actividades que solo les ocasionarán problemas a futuro.
El material con el que elabora sus productos ha subido de precio, por lo que ha tenido que subir un poco el costo de sus artesanías. En algunas ocasiones no tiene para comprar el material debido a que las ventas están muy bajas. A veces solo vende entre 100 o 200 pesos, no quedando dinero para ahorrar ni para surtir nuevamente.
Las muñequitas varían de precio de acuerdo al tamaño. La gente las puede adquirir desde 75, 100, 130, 140, 250 y 280 pesos, dependiendo del tamaño. A pesar de que los precios no son tan altos, la gente se queja y regatea sin ver el gran trabajo artesanal que Rosita elabora.

Los vestiditos de las muñecas los realiza en una pequeña máquina de coser que tiene, lo demás lo hace a mano mientras está vendiendo sus artesanías en el corazón de Acámbaro, lugar en el que considera no tiene tanta competencia como en Querétaro, de donde es originaria.
Para ganar dinero, debe de sufrir con el sol, el aire o la lluvia. Durante fechas como el 14 de febrero, las ventas estuvieron muy bajas debido a que la gente prefiere otros productos antes que una artesanía.
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