Tres generaciones de los Morales en Tarandacuao mantienen la tradición de cultivo y preparación de camote
Tarandacuao, Guanajuato.- La historia de la familia Morales en Tarandacuao está entrelazada con el cultivo y la preparación de camote. A lo largo de tres generaciones, esta familia ha mantenido viva una tradición que comenzó hace casi un siglo.
Según José Luis Morales, miembro de la tercera generación, su abuelo inició este legado alrededor de 1920. Su padre continuó la tradición en la década de 1960, y él mismo se unió a la tradición familiar en la década de 1970. A través de los años, han perfeccionado la técnica de cultivo y la preparación del camote horneado.
La planta de camote, conocida como "rama", es la base de este negocio familiar. Se corta y se planta en forma de varitas que luego crecen y se enrizan. Sin embargo, el proceso de cultivo no es sencillo. Requiere trabajo constante, que incluye la limpieza de la tierra, la eliminación de maleza, el escarbar y la fumigación. La cosecha en sí dura aproximadamente seis meses antes de que el camote esté listo para ser cosechado.
A lo largo de las décadas, han enfrentado desafíos significativos, como la aparición de plagas como el chapulín y un gusano que afecta el corazón de la planta, cambiando el color y el sabor del camote horneado.
El cultivo de camote implica una inversión casi idéntica a la del maíz, ya que esta última es una semilla básica. Los precios de venta varían según la demanda y la calidad del camote. El año pasado, el camote se vendió a 4 pesos por kilo, lo que hizo que la inversión fuera ajustada.
José Luis Morales menciona que tienen un horno para hornear el camote, pero la competencia en la familia los llevó a centrarse en la producción y venta del camote, dejando el proceso de horneado a otros.
Roxana García Juárez, parte de la segunda generación de la familia, comparte un secreto importante para obtener el mejor sabor y textura del camote horneado. Después de la cosecha, el camote debe asolearse durante tres días y tener tres reposos. Este proceso garantiza que el camote tenga un sabor óptimo y conserve su suavidad.
El camote producido por la familia Morales se vende en diversas ciudades, incluyendo Irapuato, Celaya, Morelia, Querétaro, Acámbaro, Maravatío y Jerécuaro. Las cajas de camote, que varían en peso de 10 a 15 kilos, se preparan según las solicitudes de los clientes.
Sin embargo, la temporada de camote en Tarandacuao es limitada, generalmente de finales de junio a febrero o abril. Cuando se agota el camote local, la familia Morales recurre a la compra de camote de productores de Zacatecas y Nayarit. A pesar de que estos camotes son similares, el camote de Tarandacuao es apreciado por su sabor y calidad únicos debido a la tierra de la región.
Los desafíos incluyen la presencia de plagas, como un mosquito y un gusano que afectan la calidad del camote, y la competencia con otros cultivos, como las fresas, que utilizan muchos químicos y pueden afectar negativamente las cosechas de camote. Para evitar problemas, la familia Morales busca tierras de cultivo alejadas de los campos de fresas para mantener la calidad de su producto.
A pesar de los desafíos, la familia Morales ha mantenido una tradición arraigada en el cultivo y la preparación del camote, ofreciendo a sus clientes un producto de calidad que perdura a través de las generaciones. José Luis Morales concluye:
"Gracias a las ventas, hemos podido mantenernos y sobrevivir. A veces la inversión no se recupera, pero en otras ocasiones sí".