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Video | ¿Sabías que Silao terminó bajo el agua hace 48 años? Así fue la inundación en 1976

Así lo cuentan los sobrevivientes, quienes no olvidan la tragedia ni el temor que enfrentaron durante las siguientes semanas la inundación en 1976 en Silao 

Municipios

Karla Silva

Silao, Guanajuato.- Durante 10 días consecutivos una persistente lluvia se mantuvo en Silao. Llegado el 13 de julio de 1976 el agua arrasó la ciudad, acabó con la vida de varias personas y animales y destruyó las pintorescas fincas del que era entonces un próspero municipio.

Todo comenzó en los arroyos del Tigre, del Jitomatal y La Yerbabuena que se encuentran en la parte alta del municipio, así como en la presa de Chichimequillas, sitios que fueron alcanzados por una fuerte tromba que no dio aviso de lo que estaba por ocurrir.

Así lo cuentan los sobrevivientes, quienes no olvidan la tragedia ni el temor que enfrentaron durante las siguientes semanas.

María Juárez Castañeda, quien con sus tres hijos vivía en la colonia Cuauhtémoc.

 

 

 
Todo comenzó en los arroyos del Tigre. Foto: Karla Silva 

"Tenía una niña de 40 días de nacida. Nos fuimos a la granja de Don Jesús Hernández que tenía chiqueros de puercos, y ahí pasamos toda el agua (inundación), todos mojados, todos empapados. Llovió bastante pero no a plan de inundarnos, esto fue una cosa de repente que bajó el agua, salimos corriendo que no alcanzamos a agarrar nada".

Al salir de su casa, el agua ya les llegaba a las rodillas. En la granja se alimentaban con las papas que eran destinadas a la alimentación de los porcinos. Debido a que su casa quedó destruída, recibió albergue durante dos meses en casa de su hermano en la Ciudad de México. De oficio comerciante, reactivar su fuente de ingresos le tomó largo tiempo.

Al igual que muchas otras familias, J. Santos Partida Medina vivía en un rancho, pero le permitían dormir en casa de su abuela en la colonia López Mateos.

"Ese día, casi como a las 5:00 de la mañana empezaron a decir que ahí venía el agua, nunca la creímos. Entonces que se revienta el río...pasaban cajas fuertes de dinero, becerros vivos, pasaban muchas cosas (flotando); creo que por eso se descompuso Silao, muchas construcciones se fueron para abajo, mucha gente se fue en ese tiempo y, gracias a Dios, nosotros todavía estamos aquí".

Una vez claro el cielo, tomó una bicicleta y se aproximó al Río Silao. Fue ahí donde confirmó la gravedad del suceso y, junto a su abuela y otros familiares, se fue rumbo a Sopeña para resguardarse.

Horas antes, en terrenos de las comunidades de Chichimequillas y Bajío de Guadalupe, el agua acumulada en la presa de control de avenidas estaba a punto de rebasar bordo, cuyo desfogue luego se acumuló en el Río Silao en las primeras horas de la mañana de ese martes, ante la gran cantidad de ramas y troncos que fueron arrastrados y quedaron atorados en el afluente.

Mientras caminaba por el nuevo bordo de la presa, Manuel Campos Espinoza, relató que "casi diario llovía, en las noches era cuando había más, todo se venía hacia acá (Chichimequillas). Casi bordeaba… fue en la mañana, por ahí de las 9, cuando se empezó a salir por el primer canal que hicieron, iba fuerte y lleno; no les duró el agua, era mucha".

 

 

 
Paola Trujillo López, cronista de la ciudad, reseñó que el panorama era desolador. Foto: Karla Silva 

Paola Trujillo López, cronista de la ciudad, reseñó que el panorama era desolador y que, luego de la inundación que en algunos puntos alcanzó los dos metros de altura, "fue necesario hacer un recuento de las pérdidas tanto humanas como materiales, fue preciso levantar los escombros, buscar a los familiares y sacar la fuerza para seguir adelante".

Inclusive se realizaron campañas de vacunación para prevenir enfermedades entre las víctimas.

 

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