¿Es necesario traer más niños al mundo? Ya sumamos más de 8 mil millones en el planeta
Sobrepoblación en el mundo, ya sumamos más de 8 mil millones en el mundo donde las nuevas generaciones luchan por sobrevivir ¿Estamos a tiempo de frenar las señales del Apocalipsis?
Juana Adriana Rocha
Ciudad de México.- ¿Es necesario traer más niños al mundo? Las nuevas generaciones luchan por sobrevivir, encontrar empleo, pagar renta y servicios. Mientras tanto, recae sobre ellos la responsabilidad de disminuir su huella de carbono, ser ecofriendly, pelear en pleno siglo XXI por derechos humanos y por equidad.
Damián es el nombre del habitante 8 mil millones del planeta. Nació en República Dominicana, la madrugada del 15 de noviembre.
La cifra que representa el niño puso sobre la mesa múltiples temas y nos ayuda a dimensionar nuestro futuro como especie.
“La relación entre el crecimiento de la población y el desarrollo sostenible es compleja y multidimensional”, señaló Liu Zhenmin, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, luego del nacimiento de Damián.
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Mientras más somos, más difícil es combatir la pobreza, el hambre y la desnutrición. Así como cubrir necesidades en materia de salud y educación.
En las últimas décadas, el promedio de nacimientos disminuyó. Se estima que dos tercios de la población mundial viven en zonas donde la fecundidad es inferior a 2.1 nacimientos por mujer. Este factor y la emigración reducirían en 1% el número de habitantes en 61 países o más, entre el año que termina y el 2050.
Sin embargo, se calcula que en 2037 habrá en el mundo 9 mil millones de personas.
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Rumbo a la ficción
Dentro de la literatura y el cine, distopías y visiones futuristas del mundo abordan el control de la natalidad desde drásticas o irónicas perspectivas.
En la novela ‘La continua Katherine Mortenhoe’ de D. G. Compton, la ciencia ha avanzado al grado de vencer a la muerte. La protagonista es diagnosticada a los 38 años con una extraña enfermedad cerebral. Entonces, se convierte en celebridad porque le quedan cuatro semanas de vida, todos quieren ser testigos del inusual espectáculo de fallecer. En este contexto, los nacimientos tampoco son frecuentes. Los matrimonios se han convertido en acuerdos que deben renovarse cada tanto, y si una pareja desea incluir un niño en la ecuación, debe pagar un impuesto bastante elevado.
En la película de Yorgos Lanthimos, ‘La langosta’, los solteros se recluyen en un hotel para encontrar a su ‘otra mitad’. Si en 45 días no lo consiguen, serán convertidos en el animal de su elección. Los huéspedes participan en diversas actividades para socializar. Aquellos que se emparejan son trasladados a otra área donde continúan en observación. Si se detectan conflictos entre ellos, es momento de asignarles hijos que les den estabilidad.
‘El juego de Ender’, libro de ciencia ficción escrito por Orson Scott Card, presenta una sociedad donde el exceso de población obliga a restringir el número de niños a dos por familia. Ender, el protagonista, es el tercero permitido, debido a que sus dos hermanos resultaron genios, y los círculos de poder requieren un estratega que tal vez pueda frenar una guerra contra enemigos alienígenas.
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Aborto selectivo solo si el bebé en camino era niña
En la novela ‘Kim Ji-young, nacida en 1982’, se habla de cómo en los años setenta se legalizaron en Corea del Sur los abortos selectivos, si el bebé en camino era una niña. ¿Cuál es la diferencia entre esta obra y las anteriores? Que el libro de la escritora Cho Nam-joo, no es ninguna fantasía, sino una terrible realidad que refleja el machismo y los drásticos mecanismos para frenar la natalidad en países asiáticos.
En la actualidad se habla de los avances en igualdad de género como un fenómeno que permitirá frenar el crecimiento poblacional, dotando a la mujer del derecho a decidir sobre la maternidad. Claro, desde una postura por completo muy distinta a la visión patriarcal que narra ‘Kim Ji-young…’.
Estos ejemplos, a pesar de pertenecer a la ficción, retratan hasta cierto punto los motivos por los que las parejas eligen o no tener hijos: mantenerlos es caro, pero pueden salvar un matrimonio; y en el colmo del egoísmo, se espera que alguno sea un prodigio que enorgullezca a su estirpe.
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A 100 segundos de medianoche
En 1947 se echó a andar el Doomsday Clock, el Reloj del Fin del Mundo. Instaurado por científicos de la Universidad de Chicago, es una medida simbólica para advertirnos qué tan cerca estamos de la autodestrucción. Hace 75 años, el mayor peligro que enfrentaba la Tierra eran las armas nucleares. A este riesgo se sumaron el calentamiento global, las tecnologías mal aplicadas y el surgimiento y proliferación de nuevos virus.
Desde enero de 2021 el reloj marca 100 segundos antes de la medianoche. Depende de la humanidad que se atrase o adelante.
La guerra en Ucrania no sólo tensó la política internacional, sino que repercutió en ámbitos como el comercio a nivel mundial, afectó la producción y distribución de alimentos. A su vez, el cambio climático alteró los tiempos en que se generaban cultivos. Estos son sólo algunos de los múltiples factores que contribuyeron a que este 2022, el número de personas que sufren hambre se disparara a 345 millones, de acuerdo con la ONU.
Es una realidad que este panorama apocalíptico desalienta a traer nuevas generaciones al mundo.
Cada vez surgen más artículos con títulos como ‘¿Millennials y centennials prefieren tener mascotas a tener hijos?’, ‘Los millennials, sin prisas para ser papás’, ‘Generación Z sin hijos: cuáles son las incertidumbres que desvelan a los jóvenes y qué rol juega el cambio climático’.
A 100 segundos de la medianoche, en medio del caos mundial y tras salir de una pandemia, dos generaciones (los nacidos entre 1982 y 1997) se cuestionan su futuro. Crecieron alentados a realizarse a nivel personal, cumplir sus sueños. Sin embargo, se toparon con el muro de la precariedad laboral y económica. Dos generaciones luchan por sobrevivir, encontrar empleo, pagar renta y servicios, mientras recae sobre ellos la responsabilidad de disminuir su huella de carbono, ser ecofriendly, pelear en pleno siglo XXI por derechos humanos y por equidad.
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¿Cuántos somos en México?
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México vivimos 126 millones 14 mil 24 personas. Ocupamos el sitio 11 dentro de las naciones más pobladas del planeta.
Nuestro país también destaca por su desigualdad social, niñas, niños y adolescentes son los más afectados. De acuerdo con el informe anual de UNICEF, uno de cada dos menores vive en la pobreza, esto se traduce en 19.5 millones de individuos. Asimismo, 13.9% de los menores de cinco años padecen desnutrición, 32.5%, anemia.
Tras la pandemia, aumentaron las brechas de aprendizaje y deserción escolar, sobre todo en comunidades indígenas o menos favorecidas.
Y hablando del Covid-19, el virus dejó en la orfandad a 178 mil pequeños, cifra fijada a inicios de este año. A ellos se agregan los huérfanos de la violencia, la migración y del abandono.
¿Es necesario traer más niños al mundo? Es una reflexión que detonó el nacimiento de Damián, el pasajero 8 mil millones en este viaje rumbo a la destrucción. “Lleva el mismo nombre que el Anticristo, en la película ‘La profecía”, señaló un usuario de Twitter. ¿Estamos a tiempo de frenar las señales del Apocalipsis? Comienza un nuevo año para intentarlo.
MM
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