Petroglifos, el tesoro del universo bajo asedio en Acámbaro
Onofre Lujano
Acámbaro.- Los petroglifos del cerro del Chivo son unos de los más conocidos en esta región, pero también de los más saqueados y destruidos por el vandalismo.
Dos investigadores del tema son el restaurador Leonardo Amezcua Ornelas y Juan Garduño Martínez, acambarense que vive en Los Ángeles, California, y estudioso de los petroglifos, ambos exponen sus teorías y muestran sólo en fotografías las piezas, pues por haber sido poco a poco robadas los ejidatarios han prohibido el acceso al lugar donde están.
Así, para Amezcua, estos petroglifos son la representación visual de los astros y de los fenómenos astronómicos que los antiguos pueblos del mundo dejaron grabados en piedra.
Recordó que hay más de 150 grabados que representan una galaxia, además que curiosamente están orientados hacia el oriente, lugar por donde nacen —metafóricamente— el sol y la luna.
Espiral del mundo
Por su parte, Garduño asegura que el cerro del Chivo fue un centro ceremonial muy importante, pues así lo muestran los vestigios que hay y todavía falta mucho por investigar. Aunque explicó que los petroglifos de Acámbaro datan de más de 10 mil años.
Asimismo, relató que el significado del espiral varía de una cultura a otra por los motivos de las espirales pintadas y talladas en todo el mundo. Algunos argumentan que representan al sol o el portal a un mundo espiritual así como la transformación de la vida, la naturaleza, los astros, las galaxias…
“Tenemos algunos conceptos en la simbología Universal, pero tal vez va más allá de las galaxias. A simple vista se nota que sabían de las cuatro estaciones del año (…) Curiosamente en Italia, Ozieri (monte Prama) se encontraron unas figuras gigantes de piedra con 2.5 metros con un círculo cuadrado en el pecho de 4000 a 3200 años, así como estas”.
Un futuro turístico
No obstante, por la situación de vandalismo que enfrentan las piezas, ambos investigadores coincidieron en la necesidad de desarrollar un proyecto para salvar el sitio arqueológico en coordinación con el INAH y el Gobierno municipal, e inclusive lo proponen como un atractivo turístico que podría ser administrado por los ejidatarios como se hace en la zona de la mariposa monarca, en Michoacán.
“El lugar del cerro del Chivo es único y debería de tener una protección para sacar provecho y asegurar su mantenimiento, hacer tours para conservar lo que queda aún en este espacio natural”, concluyó Garduño.
ndr