Cada niño importa
Así es, cada niño importa. No debiéramos decirlo, más bien es cosa de ejercerlo. Si lo digo yo, tal vez parezca un lugar común. Si lo dice un anciano de ochenta y cinco años, se dará crédito a la edad, experiencia y tendrá otro impacto. Si lo dice el Papa Francisco en el centro de una visita de peregrinación penitencial, la cosa cambia y adquiere una gravedad inusitada. No se ha tratado bien a los chicos.
El Papa Francisco llegó a Canadá tras un vuelo de más de diez horas. El esfuerzo es inconmensurable dada la situación de El Pontífice. No obstante, valdrá la pena ese esfuerzo ya que como ha reiterado en varias ocasiones, en este viaje el objetivo más importante es que se llevará a cabo un proceso de reconciliación.
Las giras papales tienen muchos propósitos, muchos de ellos son pastorales y otros políticos. La figura papal es compleja, se trata del sucesor de Pedro, del pastor de la grey católica y también del jefe del Estado Vaticano. Así que este viaje lo hace un mandatario, pero representa la continuación del proceso de intercesión con las poblaciones indígenas que han sufrido la anulación de su cultura y sus tradiciones a causa de la colonización europea y de una visión eurocéntrica. Y, en medio de todos los asuntos tan relevantes, están los niños que han sufrido.
Así pues, Francisco recibió la bienvenida oficial de las autoridades, en particular de la Gobernadora General, Sra. Mary Simon, quien asistió acompañada de su consorte, y del primer ministro Justin Trudeau antes de ser trasladado, inmediatamente después, al Seminario de San José, donde el Papa residirá en Edmonton. Cada gira papal tiene sus puntos en común, no obstante, este se trata de un viaje diferente a los demás dado que el Gobierno canadiense ha admitido que los abusos físicos y sexuales proliferaron en las escuelas cristianas financiadas por el Estado, que operaron desde el siglo XIX hasta la década de 1970.
Lee también: Papa Francisco pide perdón a los pueblos indígenas por el genocidio cultural en Canadá
El Pontífice ha subrayado en varias ocasiones la singularidad de este viaje papal a Canadá. No es para menos, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación canadiense pidió en 2015 que se entregara una disculpa papal en suelo canadiense, pero fue solo hasta 2021, después del hallazgo de los restos de alrededor de 200 niños en la antigua escuela residencial Kamloops, en Columbia Británica, que el Vaticano se movilizó para cumplir con la solicitud.
Francisco no sólo va para reafirmar la fe a los pueblos indígenas, va a fortalecer a la sociedad y a la Iglesia canadiense, sino que va a instar a continuar ese camino de acercamiento que el Papa ya destacó el pasado mes de abril cuando recibió a representantes indígenas en el Vaticano. Así entonces, esta gira es un viaje con tintes políticos, sin duda, pero tiene más acento pastoral.
No hay más alta encomienda que la que manifiesta el papa. El máximo representante de la Iglesia católica tiene como objetivo pedir disculpas por los abusos que se sufrieron por parte de religiosos en los internados entre el siglo XIX y la década de 1970, en los llamados procesos de “asimilación”.
Que triste y que controvertido tema viene a tratar Francisco a territorio norteamericano. Estamos atestiguando un paso clave en los esfuerzos del Vaticano para reconciliarse con las comunidades nativas de América del Norte y ayudarlas a sanar traumas que se extendieron por generaciones. “Este es un viaje penitencial, lo hacemos con este espíritu”, afirmó Francisco, durante el trayecto a bordo del avión papal. El papa ha dado prioridad a los encuentros con los pueblos aborígenes, sostendrá al menos cinco reuniones con ellos.
Francisco hablará con las autoridades del país —están programadas hasta el miércoles 27 de julio, en Quebec— pero, primero lo primero. Claro está que los grupos indígenas buscan más que sólo palabras en momentos en que presionan para acceder a los archivos de la Iglesia con el fin de conocer el destino de los niños enviados a los internados y que nunca regresaron a sus hogares. Asimismo, exigen justicia y castigos para los abusadores, reparaciones económicas y la devolución de las reliquias indígenas que se encuentran en poder de los Museos Vaticanos.
“Esta disculpa valida nuestras experiencias y crea una oportunidad para que la iglesia repare las relaciones con los pueblos indígenas de todo el mundo (…) Pero esto no termina aquí, hay mucho por hacer. Es un comienzo”, sostuvo el Gran Jefe George Arcand Jr., de la Confederación del Tratado Seis. Además, este viaje representa una prueba muy dura en términos de salud para El Pontíficie a quien se ha visto en silla de ruedas y usando bastón. Así, Francisco hace vida las palabas: cada niño importa y se toma el tiempo y el esfuerzo para hacerlo valer.
Quizás te interese:
- Fidel Vizcaíno García deja gerencia de RIAMA por puesto de mayor nivel en Pemex
- Metalsa inicia contratación de más de mil trabajadores para su nueva planta en Guanajuato
- Persecución armada en Juventino Rosas deja dos hombres muertos
JRP