Divisadero
Mauricio Hernández: ¿Y la Reserva…?
El delegado de la Secretaria del Bienestar rindió muy malas cuentas al Presidente de la República el pasado proceso electoral. En su regreso a Guanajuato ocupando el cargo más estratégico para abrir paso a la Cuarta Transformación en la ruda trinchera panista, se ha visto sin la armadura suficiente para un embate exitoso. Sus manuales morenistas parecen soslayar que las estructuras que no se sostienen en la convicción y en lo profundo, cualquier ventarrón las derrumba. Y es que las clientelas creadas a través de la repartición de apoyos económicos, o las propias redes asalariadas de los Servidores de la Nación, son un frágil espejismo fincado en la pantalla de los cajeros automáticos.
A un año y meses de que concluya el sexenio-hay que descontar el 2024 porque la refriega electoral desplazará cualquier otra agenda política o social- todo indica que el “super delegado” terminará su encargo con una deuda muy sensible con la Sierra Gorda. Y es que se ha tomado selfies en aquellos magníficos paisajes, pero solo ha visto pasar lo que acontece en los entretelones de la Reserva de la Biósfera. Como emisario de las directrices del Presidente pudo haber empujado y desenredado ese tema tan importante, pues está relacionado con la preservación de la vida.
Este 2 de febrero, se cumplen quince años de que fue publicado el decreto presidencial involucrando parte del territorio de Xichú, Atarjea, Santa Catarina, San Luis de la Paz y Victoria. Pero lo relevante no es lo que abarca sino lo que significa, se trata de plantas, animales, montañas, ecosistemas que hombres y mujeres de ciencia consideran necesita nuestro planeta para seguir existiendo.
Tres lustros después, esa Reserva de la Biósfera ya transitó el sexenio panista de Felipe Calderón, el del priista Peña Nieto, y ahora el de López Obrador, pero en todos la burocracia federal responsable de esta Área Natural Protegida sigue actuando con la misma irresponsabilidad y negligencia.
Mauricio Hernández ha estado en una posición inmejorable para sacudir la somnolencia y ese nadar de a muertito de los funcionarios ambientales que tiene en la entidad CONANP y PROFEPA, pero tal parece que no lo ha incluido en su lista de intereses prioritarios, y ya se le está acabado el tiempo para hacerlo.
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Quinceañera deslucida…
En la “Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de Guanajuato” siguen atorados asuntos añejos como la publicación del Programa de Manejo, y también quince años es un tiempo muy considerable para que los empleados de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas ya hubieran logrado estructurar y detonar al interior de los poblados y comunidades un movimiento de grandes dimensiones para que la gente haga suyo lo que significa vivir en un pulmón del planeta, en términos de la responsabilidad frente a ello, y también en cuanto a los beneficios que eso mismo puede aportarles.
Nada de eso existe, la realidad es que sierra adentro la vida ha seguido como si no se tratara de una ANP de carácter federal, la impunidad de los frecuentes delitos ambientales así lo confirma; pero además, es tal la pasividad de los funcionarios que en todos estos años ni señalética han sido capaces de instalar, y la mayoría de la gente ni siquiera está enterada que la oficina de la Dirección de la Reserva actualmente está ubicada en la turística localidad de Pozos.
Gran parte de los vínculos que han construido, muchos de ellos efímeros, casi todos son con personas que han recibido beneficios económicos de alguno de sus limitados programas, pero con la población en general no tienen ningún liderazgo, y eso que servidores públicos como Luis Felipe Vázquez Sandoval, llevan ahí desde que se emitió el decretó, en su caso, primero como subdirector, y desde 2015 como titular de esa oficina.
Pero si faltaran evidencias de que no tienen prisa, basta el dato de que el Consejo Asesor que debe acompañar sus procesos de trabajo, tiene tres años sin sesionar, con ello pudieran incluso estar violando el marco legal.
En una reciente declaración, el director Vázquez Sandoval justificó ese hecho con la pandemia, y además, endosó la culpa a gobierno del estado, pues el titular del ejecutivo es presidente honorario de ese cuerpo colegiado. Aunque las dos partes sean corresponsables, se trata de justificaciones poco honrosas.
Luego, hace dos años y medio fue nombrado al frente de CONANP Roberto Aviña Carlín, de quien se esperaba que por ser guanajuatense le invirtiera interés a las problemáticas y pendientes de esta Reserva, pero ya en diciembre pasado lo quitaron del puesto y nunca se sintió su mano.
Surrealismo ecológico serrano…
Aquí en Correo, a finales del 2019 se documentó que en la bodega del gobierno de Xichú fueron quemados acervos del archivo municipal sin ningún protocolo previo de clasificación; como igualmente a principios de 2020 se informó que en ese mismo lugar enterraron desechos electrónicos potencialmente tóxicos. Quien dirigió esas acciones fue el entonces Oficial Mayor Enedino Saenz Villa.
Resulta, que a pesar de haber cometido esas graves infracciones contra el medio ambiente –así lo haya hecho por instrucciones de algún mando superior- el nuevo Ayuntamiento lo premio nombrándolo director de ecología.
Por sus hechos, los xichulenses pronto sabrán si Saenz Villa buscó esa posición por descaro, o para mostrar que se equivocó y resarcir su imagen entrándole al toro de la grave problemática ambiental del municipio…
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