Jueves, 09 Enero, 2025

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El ataque a un escritor como Salman Rushdie

Opinión

Cecilia Durán Mena - Las ventanas

Salman Rushdie

Me entero con mucho pesar de que Salman Rushdie fue apuñalado por un joven de poco más de veinte años. Los que admiramos a este escritor británico-estadounidense de origen indio no nos podemos confesar sorprendidos. Y, es que Salman Rushdie no es un autor cualquiera, sus circunstancias de vida lo sacaron del extrarradio literario y lo pusieron en otro sito, en un lugar muy incómodo. el Ayatollah Jomeini lo condenó a muerte por blasfemó cuando era la cabeza del régimen islámico iraní en 1989.

Han pasado casi tres décadas de que se publicó “Los versos satánicos”, ese libro que fue considerado como una blasfemia y que le valió semejante sentencia, ya murió Jomeini, Rushdie solicitó protección a Gran Bretaña, vivió a salto de mata, escondido y resguardado para protegerse de esa sentencia de muerte. Incluso, ya pidió disculpas. Pero, las fetuas —estas sentencias de muerte por razones religiosas— jamás prescriben. Tampoco queda claro que el atacante lo haya herido por esa razón.

Fue atacado cuando estaba a punto de empezar una conferencia en los Estados Unidos. La plática iba a ser dada en el condado de Chautauqua, una localidad en el oeste del Estado de Nueva York. Tras subir al escenario, un hombre se abalanzó sobre el escritor. La policía, detuvo al atacante tras la agresión y anunció en un comunicado que el escritor había sido herido gravemente. El autor permanece conectado a un respirador, tras ser intervenido y sin poder hablar. “Salman probablemente perderá un ojo; los nervios en su brazo sufrieron cortes y su hígado quedó dañado por las puñaladas”, según ha explicado su agente. Es evidente que en el centro cultural donde se produjo el ataque, la seguridad fue laxa y, aparentemente, no se tomaron medidas adicionales para proteger al autor de ‘Los versos satánicos’ .

Lo que está mal, está mal y aquí hubo muchas cosas que estuvieron mal hechas. En el recuento de los hechos hay muchos taches a ciertas decisiones que se tomaron en su momento, fue pésima idea invitar a Rushdie a dar una plática y no tener la seguridad necesaria; es terrible que un muchacho tan joven agreda así a un semejante; es horrible que se lleven a cabo actos de odio en el nombre de Dios —me refiero a sentenciar a muerte a un escritor y que aún no queda claro que el atacante hubiera estado al tanto de la fetua—, es inadmisible que la prensa iraní esté alabando a la mano que perpetró el crimen; y también, fue muy malo que Rushdie transgrediera el límite de lo sagrado para burlarse y hacerlo con un pretexto literario como él mismo lo reconoció.

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Lo sagrado es intocable, es terreno en el que la burla no puede aparecerse en forma inocente porque es estúpido agitar un avispero. El morbo hizo que muchos leyéramos los versos satánicos. Queríamos leer esas palabras que irritaron tanto y lo llevaron a ser sentenciado a muerte. La verdad, he leído mejores textos de Salman Rushdie, sin duda. Además, lo cierto es que las palabras no se las lleva el viento y hay que tener responsabilidad al elevar la pluma y escribir. No se puede ser ingenuo. El que ofende corre el riesgo ya que las ofensas generan reacciones.

Ninguno estamos en control de las reacciones ajenas, así que debemos estar en control de las nuestras. Por supuesto, el mundo de la literatura está indignado y hay razones de sobra para estarlo. El ataque a Rushdie me entristece porque me deja ver que el odio no tiene caducidad. Muchos creímos que esa fatua ya había quedado en el olvido y parece que esa creencia fue compartida por los anfitriones de la plática que descuidaron al autor y me temo que el propio escritor también apostó por el olvido.

El odio tiene consecuencias de amplísimo espectro y largo aliento. La violencia parece ser la forma de comunicación más apreciada en el mundo. Es desconsolador ver como el crimen reacciona frente a las palabras. Es terrible darnos cuenta de que la intolerancia y el desprecio se abran paso y logren concretar objetivos atroces.

Hace tiempo, durante una de sus participaciones en el Hay Festival se le preguntó a Rusdie si volvería a hacer lo mismo y contestó con palabras que resuenan fuerte: “si pudiera, ahora escribiría con más prudencia”. Me apena ver que un joven que aún no había nacido cuando se publicaron “Los versos satánicos” ni cuando murió Jomeini haya decidido tomar un puñal y atacar a un hombre arrepentido.

Salman Rushdie

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