El IEEG pone contra la pared a Morena en Celaya
1.- El IEEG pone contra la pared a Morena en Celaya
Si desde el asesinato de Gisela Gaytán Morena ya se encontraba en un callejón sin salida, el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG) terminó por encerrarlos sin salida. El cúmulo de consideraciones legales para la sustitución de candidatos hizo su parte, y en dos sesiones extraordinarias negaron el registro de Juan Miguel Ramírez como candidato a la alcaldía de Celaya.
La propia dirigencia de Morena sabía del conflicto en el que se encontraba. Si bien no había una reserva de género en Celaya, la paridad en las candidaturas a nivel estatal se trastocan, pues originalmente la postulación de Gisela obedecía al rejuego de acomodos en las designaciones. Ubicar a un hombre, modifica todo el listado de candidaturas que ya están en campaña.
Elegir entonces la candidatura morenista en Celaya comenzó con diversas condicionantes. La primera y más relevante de todas sin duda es la violencia; no abundan los perfiles valientes como el de Gisela Gaytán, resueltos a enfrentar las circunstancias que atraviesa la ciudad cajetera. Elegir pues, a una o un valiente presenta la primera complejidad.
En este proceso surgieron tres interesados que expresaron de forma pública y privada su interés. Se trató de dos hombres y una mujer; el propio Juan Miguel, Raúl González Meza, que fuera coordinador territorial de la campaña de Gisela, y la exregidora Bárbara Varela Rosales. Los dos últimos incluso difundiendo su interés, no fueron tomados en cuenta.
Ya en el pleno del Consejo General del IEEG que preside Brenda Canchola Elizarraraz, lo que pesó fue la legislación que establece la imposibilidad de retirar a una mujer para postular a un hombre, con el objetivo de evitar actos discriminatorios. De hecho se señala que las candidatas postuladas por los partidos políticos y coaliciones sólo podrán ser sustituidas por personas del mismo género.
Como era de esperarse, el representante de de Morena en el IEEG, Miguel Armenta Galván, pidió consideraciones especiales por tratarse de una situación de excepción, lo que sin duda es un hecho cuando hablamos de una candidata que fue asesinada en pleno acto de campaña, sin embargo, las consideraciones de las consejeras del IEEG estaban ya instaladas en la decisión.
Sólo la consejera Beatriz Tovar dio la nota disonante al argumentar que los requerimientos hechos a Morena de que la candidatura de Juan Miguel Ramírez debe cambiarse por el de una mujer no están debidamente motivados y fundados, pues no se incumple con el principio constitucional de paridad ni con las disposiciones legales de la ley electoral en materia de paridad horizontal y vertical.
De manera que, con todo y una controversia en el seno del IEEG, Morena se encuentra contra la pared , y el tiempo, para designar a una mujer que les permita hacer campaña lo antes posible. ¿En el panorama está Bárbara Varela? Parece que sí, aunque no quieran.
2.- Concesiones de fin de sexenio: de la ASEG al TJA
Cada ocaso de sexenio, no faltan las concesiones, los favores, los premios atrasados o de plano las negociaciones apuradas. Trasfondos hay de todo tipo, desde los más perversos hasta los de simple amiguismo. El hecho es que se trata de otro momento cíclico crucial a observar en el gobierno de Guanajuato.
Es en ese marco que surge el nombre de titular de la Auditoría Superior del Estado de Guanajuato (ASEG), Javier Pérez Salazar, como una de la opciones que tendría a la mano el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, para ocupar la magistratura que permanece vacante en el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA), quien tiene la facultad para enviar sin terna su propuesta al Congreso Local.
Por supuesto, se trata de una radiopasillo que ha trascendido al interior de la propia ASEG, donde los constantes cambios en los directores de área, las cargas de trabajo por atrasos en los proceso de auditorías y hasta los inusitados ataques informáticos, son materia a la que ahora se le agrega la posible salida de su titular, con la salvedad de que eso significa entregar, el cargo sin pendientes.
Ahora bien, de ser cierto, no sería la primera vez que el Jefe del Ejecutivo impulsa a un funcionario directamente de la ASEG. En el pasado inmediato está el caso de Gerardo Arroyo Figueroa, quien en 2018 desempeñándose como Auditor Especial de Evaluación y Seguimiento saltó al TJA. De la misma trascendió el método, pues sólo fue cuestión de tres días su presentación y aprobación.
Tómelo como es, como un trascendido al tratarse de un titular de la ASEG con vigencia hasta el 2027, pero se trata de designaciones y operaciones políticas que no dejan de hacer ruido, en el contexto de un gobierno cada vez más observado y cuestionado, pero sobre todo, en pleno proceso de cambio.
3.- El falso dilema del IEEG
Primero fueron las descalificaciones que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, y el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, profirieron sobre la candidata de Morena a la gubernatura, Alma Alcaraz Hernández. Ahora son las que pronunció el candidato del PVEM a la alcaldía de León, Gerardo Fernández González en contra de la alcaldesa con licencia Alejandra Gutiérrez Campos.
El tema es que en ambos casos el Consejo General del IEEG consideró necesario remediar el daño ordenando la eliminación de las notas en medios digitales donde se consignaron tales declaraciones consideradas violencia política de género.
De entrada, no podría ser reprochable que el IEEG tome medidas afirmativas para prevenir y sancionar la violencia política de género, sin embargo, esa convicción tiene que dimensionar el respeto a la libertad de expresión e información para que estas no sean trastocadas, cuando existen verdaderas expresiones de odio que deben ser frenadas en seco.
Precisamente durante la temporada decembrina el tema vino a colación cuando representantes del Consejo Estatal de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, rechazaron la postura del IEEG.
No es el caso cuando el medio o el comunicador generan de origen esa violencia política. Lograr medidas justas de corresponsabilidad son urgentes para contrastar los verdaderos actos de violencia política que deben ser erradicados tanto en el espectro político como en el mediático.
CONTRA RETRATO
Aldo Márquez Becerra
Sus declaraciones francas sobre sus preferencias sexuales y su carrera política, marcan un momento histórico, al menos para el PAN de Guanajuato. Es la primera vez que un militante de sus filas con una posición pública como un diputado local se admite homosexual. Pero más importante aún es su postura de no usar etiquetas y estereotipos. “Soy un panista de trabajo”, recalcó.
El candidato del PAN a la diputación local del V distrito, Aldo Márquez Becerra, pasará a la historia por ser el primer activo militante del blanquiazul que se admite parte de la comunidad LGBT, como parte de una serie de entrevistas realizadas a iniciativa, para aclarar su registro como parte de las medidas afirmativas aprobadas por el IEEG.
Un gesto que de entrada se agradece. Se trata de un político asumiéndose tal cual es, pero con la mesura necesaria para no hacer alarde y mucho menos promoción política al respecto. El no colocarse una “etiqueta” al respecto, es en sí mismo una postura en esa misma dirección.
Ahora bien, tampoco es que pretenda erigirse como un legislador entregado a las causas y derechos de la comunidad de la diversidad sexual. Cómo él mismo lo dijo, antes que nada es un panista de trabajo y en ese mismo redil se mantiene, tan es así, que dejó en claro que se apegará a la plataforma legislativa del PAN. Ya para equilibrar, afirmó que velará por “la protección de los derechos humanos”.
La verdad es que acudimos a una coyuntura en la que los mismos panistas comienzan a asumir una realidad en la que los dogmas religiosos o los prejuicios discriminatorios, únicamente estancan al PAN en una fama conservadora que no necesariamente va acorde con la realidad de un país y un estado, que apenas asumen el respecto e inclusión plena de la diversidad.
