La Transición Demográfica en Guanajuato
Con 6’166,934 habitantes, Guanajuato ocupa el sexto lugar por número de habitantes, alberga al tercer municipio más poblado del país (León) y su población siguió las principales tendencias a nivel nacional de acuerdo con resultados preliminares del Censo de Población y Vivienda 2020.
En comparación con el censo de 2010, en nuestra entidad disminuyó la tasa de crecimiento poblacional anual pasando de 1.6% a 1.2%. El envejecimiento de la población se refleja en la edad media que aumentó de 24 a 28 años, a pesar de esto, nuestro estado sigue siendo de población joven si consideramos que el 26.5% de la población tiene 14 años o menos, así como un índice de envejecimiento que refleja 29 adultos de 65 años o más por cada 100 jóvenes de 14 años o menos.
La población aceleró su concentración en grandes urbes, con el 41.7% de la población distribuida en los 15 municipios con más de 100mil habitantes. Y la región metropolitana de León, si la ampliamos, considerando a Purísima del Rincón, San francisco del Rincón y Silao, agrupa al 35%.
A pesar de que también disminuyó el porcentaje de católicos en el Estado, sigue siendo un baluarte para esta religión con el 93.8% de la población, pero llama la atención que los no creyentes avanzaran para representar el 3.4%.
Los rezagos se han continuado abatiendo, pero aún tenemos el 20.7% de la población sin afiliación a servicios de salud. De las viviendas 2.7% de ellas no cuenta con agua entubada, 2.3% aún tienen piso de tierra y 4.2% carece de drenaje o fosa séptica.
En la parte económica, el índice de reemplazo es de 39 adultos próximos a jubilarse por cada 100 jóvenes próximos a incorporarse al mercado laboral y el efecto de la atracción de inversión privada a través de los parques industriales se deja ver al concentrar en San José de Iturbide e Irapuato la mayor inmigración relacionada con cambio o búsqueda de trabajo.
La demografía de Guanajuato aún ejerce una presión importante en la tasa de crecimiento económico ya que continuaremos teniendo un aumento en la fuerza laboral durante los siguientes 15 años. Sin embargo, uno de los más grandes daños no cuantificados por la pandemia, esta en la educación de los más jóvenes que se han visto privados de clases presenciales casi por un año.
Por citar, ocupamos el lugar 27 en cuanto al grado promedio de escolaridad en la población de 15 años o más, y somos el antepenúltimo estado en cuanto al porcentaje de población de entre 6 y 14 años que asiste a la escuela, sin olvidar que aún tenemos un 5.3% de analfabetismo.
A lo anterior se suma el reto de la transformación digital, cada vez más presente en nuestra vida diaria, como lo demuestra en el censo, la disminución de líneas telefónicas fijas y dispositivos de radio y Televisión en las viviendas censadas, en contraste con el aumento de la cobertura de internet y el uso de líneas móviles de telefonía sin olvidar que por primera vez tenemos datos relacionados con servicios de pago por streaming para música, películas o video con 15.2% de los hogares guanajuatenses disponiendo de estos servicios.
El aumento de la productividad a través de la educación debe continuar en el centro de las políticas públicas en nuestro estado, una fuerza laboral creciente corre el riesgo de quedar marginada ante las competencias que requiere esta nueva era dominada por la mente-factura y los modelos digitales, de ello depende aprovechar de mejor manera lo que resta del bono demográfico y mantener finanzas públicas sanas ya que el decrecimiento de la población económicamente activa traerá presiones de índole fiscal para la entidad. Así, el censo nos da la última llamada para mejorar la calidad y alcance de la educación en nuestro estado.