LEOPOLDO JIMÉNEZ SOTO, SI QUIEREN MÁS LEÑA AL FUEGO
CASI… Con las justificaciones de lágrima que hicieron ayer los integrantes de Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, da casi lo mismo que llegue uno u otro u otra de los 11 aspirantes a ocupar la vacante que quedará libre en noviembre próximo.
PARA ATRÁS. Pero por supuesto que si el elegido es el excontralor municipal leonés, Leopoldo Jiménez Soto, en tiempos de Héctor López Santillana entonces la imagen de ese organismo reforzará la idea de que es un ente burocrático que además de ofrecer pocos resultados, es el refugio de fiscalizadores con afinidad al PAN que poco o nada tiene que ofrecer para al menos dar una imagen de cierta autonomía.
CONTRA VIENTO Y MAREA. Como ya lo comentaba hace unos días, Jiménez Soto fue cuestionado hace tres años antes de ser designado, por los antecedentes de cercanía al PAN aunque no fuera militante blanquiazul. Por eso logró ser contralor
MATICES. Si hubiese sido vetado, podría interponer algún recurso por haber violado sus derechos ciudadanos. Y en temas de autonomía, además de serlo y presumirlo, hay que parecerlo.
SUSPIRAN. Hay otros 10 candidatos a ese espacio: Antonio Olguín Torres, Socorro Quevedo, Luis Sandoval, María de los Ángeles Yudico, Armando Rodríguez. Gerardo Alonso, Rosalía Murrieta, Glafira Báez, Ángel Morales, Héctor Alvarado e Isis Galván.
INTRASCENDENTE. Cualquiera de ellos, unos más conocidos que otros, que fuese el elegido o elegida, no tendría mayor impacto al ser designado. Ni fu ni fa. Con el sistema vigente, cualquiera está condenado a terminar cuestionado como aparecieron ayer los cinco integrantes del CPC.
OTRO CANTAR. ¿Se imagina usted a Jiménez Soto fuese el elegido? Sus antecedentes de cercanía al PAN. Su labor gris en la Contraloría con todo y que dejó la denuncia al cuarto para las 12 de la gestión de Héctor López, de la desafectación de un predio en perjuicio de un kínder para un empresario leonés, daría más armas para cuestionar la autonomía del CPC.
UNO MÁS. El excontralor Esteban Ramírez ya está en el cuerpo de asesores del PAN y el otro excontralor con cercanía azul con una chamba de 100 mil pesos. Si le quieren poner más leña al fuego, adelante…
LA DEL ESTRIBO…
Hace un par de días le comentaba en este espacio que después de Arminda Balbuena, la aspirante con más conocimiento en medios de quienes están en la lista de candidatos y candidatas a presidir el consejo del IEEG, se mencionaba a Brenda Canchola Elizarrarás como la más fuerte aspirante.
Y por lo menos, para la Comisión de Vinculación del Instituto Nacional de Elecciones, ella es la de mejor perfil según el predictamen que estarían aprobando mañana en sesión como penúltimo filtro antes de que la decisión llegue a la última instancia que es el Consejo General la siguiente semana.
Además del de Guanajuato, se definirán otros nueve presidentes o presidentas de órganos locales. En seis de ellas solo hay una propuesta de mujer; en otros tres hay hombre y mujer y en uno más, dos mujeres.
Brenda Canchola es actualmente, según su expediente, asesora de la secretaria ejecutiva, Indira Rodríguez desde enero del presente año. En los 10 años anteriores estuvo como profesionista independiente y ya había tenido una época anterior en el IEEG antes de 2011.
LA SARDANETA: EL FRACASO, UN SEXENIO DESPUÉS
Hubo un tiempo en el que el PAN y el PRI se peleaban la paternidad del parque lineal La Sardaneta en León y hoy a seis años de distancia de su inauguración, nadie quisiera hacerse cargo de su fracaso.
En su momento, en octubre de 2015, el PAN festejó nueve días después del arranque de la administración de Héctor López Santillana que esa obra pudiese ser inaugurada por Miguel Márquez y el alcalde que recuperó la plaza para los azules. Ya se había ido Bárbara Botello.
El parque la Sardaneta, cabe recordar era una de las obras que originalmente estaba incluido en la solicitud de crédito que hizo la administración de la expriista.
Sin embargo, tras el empuje de la alcaldesa para buscar una cantidad mayor ante los diputados locales, Márquez planteó como salida en lugar de otorgarle una línea mayor, comprometerse a hacer con recursos estatales este parque lineal para que el municipio destinara esa cantidad a otro proyecto.
Un parque lineal que conecta los dos espacios recreativos en esta ciudad por excelencia (el parque Metropolitano y el Zoológico) a través de una veintena de colonias, en su mayoría marginadas y con serios problemas de inseguridad y pandillerismo.
“Gracias señor gobernador por traernos esta obra hasta aquí”, decía una habitante de la zona ante varias decenas de habitantes.
Hay realidades que explican no sólo el fracaso de una obra sino de una estrategia de gobierno largamente cacareada y que aún hoy, se repite como si no existieran evidencias de los tropezones.
La cantaleta de la reactivación del tejido social, de atender las causas de la inseguridad se manifiestan en la situación que vive este proyecto inaugurado hace exactamente seis años y que paradójicamente fue una de las obras que conjugaron los esfuerzos de la priista Bárbara Botello con el entonces gobernador, Miguel Márquez, aun cuando se inauguró ya con Héctor López Santillana.
Una obra en la que se invirtieron 194 millones de pesos que hoy ni de milagro verá algún municipio en obras promovidas desde el gobierno federal. Y no es una exageración decir que ha sido un dinero tirado a la basura si nos atenemos a los objetivos originales del proyecto.
“Hay quienes critican todo y no participan. Yo me encargaré del cuidado y de la vigilancia del parque para que no se apropien las pandillas del mismo. En las comunidades queremos ver armonía”, decía entonces López Santillana.
“Durante muchos años los leoneses solicitaron esta obra para que le diera más valor social a sus terrenos, que durante décadas estuvieron abandonados, sucios, fueron un foco de infección y delincuencia”, señalaba el secretario de Obra Pública del estado, Arturo Durán Miranda.
Y así siguen. Fracasaron estrepitosamente.
LA COSTOSA E INÚTIL FISCALIZACIÓN
Es triste pero es cierto. A cuatro años de su operación, la creación del Sistema Estatal Anticorrupción no ha traído mejores resultados en el combate a las irregularidades desde los gobiernos y sí un mayor cargo a las finanzas públicas.
Y no los ha tenido primero porque el famoso instrumento ciudadano que es el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción tiene presupuesto para sueldos pero no tiene dientes ni mecanismos directos para castigar presuntos actos de corrupción.
Ayer, comparecieron en una rueda de prensa ante los medios los cinco integrantes del CPC, Marisa Venegas, Julio César Rodríguez, Katya Morales, Andrea González y Giovanni Appendini para tratar de defender los resultados que han obtenido.
Y hablaron de iniciativas de ley, buenas prácticas, acciones afirmativas y recomendaciones no vinculantes. De estas últimas, que sería el producto más mediático de su labor, solo ocho en total. Seis millones al año cuesta pagar los salarios de estos 5 personajes con pocos resultados visibles.
No tiene ningún sentido pagar salarios mensuales de 100 mil pesos ni a estos integrantes ni a los anteriores que han estado en el Comité de Participación Ciudadano si no hay facultades para perseguir ni castigar a los corruptos.
Cuando Bárbara Botello Santibáñez fue alcaldesa formó un consejo ciudadano anticorrupción que integraba entre otros, Antonio Morfín Villalpando y otros ciudadanos. Ellos no tenían oficina como los del CPC pero al menos no costaban al erario como los de ahora y los de antes. Un auténtico cero a la izquierda.
Ni el gobernador ni los alcaldes pueden sentirse vigilados por una instancia que no tiene los mecanismos legales para revisarlos. Así que cada vez quedará más clara su inoperancia y por ende que el dinero que se gasta en mantener su salario es recurso tirado a la basura.
Ese es el punto de partido del análisis. La segunda parte es el perfil y el discurso que muestran cada uno de ellos. En su momento Román Méndez fue cuestionado por ser poco crítico de las autoridades; a Arminda Balbuena, tampoco le fue muy bien aunque pudo hacer una recomendación no vinculante al gobierno de Miguel Márquez por la entrega de concesión a una carretera.
Fernando Revilla fue el más combativo y crítico. Promovió y presentó algunas denuncias pero no pasó nada. Katya Morales y quienes le acompañaron ayer también han sido criticados por ser un contrapeso muy light.
Y ya. Algunos podrán decir que por lo menos ejercieron su derecho al pataleo y que por ellos no quedó pero el resultado final es la improductividad absoluta. Ciudadanos, profesionistas que cobran y que solo se han sumado a la frustración de los resultados del combate a corrupción.
El rollo que lanzaron ayer los integrantes del CPC queda en eso. Pura palabrería. Con las Contralorías y los órganos de Fiscalización bajo el control del poder ejecutivo, lo que hagan estos ciudadanos sería irrelevante sino sangrara inútilmente al erario.