Mandar de vacaciones los principios
Los partidos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y, como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público.
La crítica que se hace a los partidos políticos en México es porque han abandonado sus principios, al no estar actuando en congruencia con ellos. Totalmente enfocados en perpetuar un grupúsculo en las dirigencias, para obtener las ganancias y contratos que da el ejercicio del poder, como una verdadera red de corrupción, actúan como una pandilla de ladrones, amparada en la protección de la impunidad que les obsequia el control total del partido y el gobierno; olvidaron mantenerse fieles a sus ideales originales, dejando en segundo plano los principios e ideología. Para muestra es evidente que las elecciones internas para renovar sus dirigencias nacionales y estatales; mas que un ejercicio democrático, son una total simulación, en donde han optado por excluir a la militancia. Para mantener un férreo control a través de los incondicionales, de la fuente de acceso directo a los cargos públicos de representación.
Están violentando los derechos fundamentales de la militancia; realmente los privan de su derecho a elegir y votar, un derecho substancial que debe tener plena garantía al interior de los partidos políticos, incluso frente a la mayoría de los métodos extraordinarios. Se trata entonces de defender los Derechos Fundamentales de la militancia, como democracia substancial, incluso oponiéndola a la democracia política. No pueden simular una elección democrática interna, por medio de una votación reducida a 110 ciento diez consejeros, los cuales son dóciles empleados enlistados, no solo como consejeros de AN, sino como empleados y familiares de funcionarios que están en la monina de gobierno del Estado.
Pasando por encima del derecho a elegir de más de 16 mil 280 militantes que tiene registrados ese partido. El derecho no debe legitimarse en mera formalidad del resultado electoral; sino que debe de corresponder su validez a su esencia.
Omiten analizar las desventajas del método de elección extraordinaria a través de consejeros:
- La Falta de representación: Los militantes pueden sentirse excluidos del proceso de toma de decisiones, lo que les va generar descontento y alienación dentro del partido.
- Elitismo: las elecciones se convertirán en un proceso dominado por una élite arcoíris que controla la nómina de gobierno del estado, alejándose de las bases y la militancia del partido.
- Percepción de manipulación: Este método poco democrático, ya que reduce la participación directa de la militancia en la elección de sus líderes.
En resumen, aunque la elección a través de consejeros puede ser eficiente y controlada, también plantea preocupaciones significativas en cuanto a la representatividad y la democracia interna dentro de los partidos. Poniendo en entredicho la legitimidad y la participación, que son valores que los militantes y la sociedad en general, no esta de acuerdo en mandar de vacaciones. Contrario a lo que prometió Acción Nacional, traicionando a sus principios y doctrina fundamentales, que desde el 14 de septiembre de 1939, ha faltado a la fidelidad de los mismos, como el bien común, la democracia como un sistema de vida, la igualdad, el pluralismo, el respeto a la dignidad humana, vemos como cada vez, se alejan mas de su electorado, en franco retroceso en todo el país. Siendo altamente reprobables los actos de corrupción en sus gobiernos, adjudicaciones directas y contratos millonarios, eso lo han venido permitiendo desde hace varios sexenios, al grado tal, que se siguen perpetuando en los cargos de representación popular incluso retrocediendo sin ninguna dignidad, como el caso de los exgobernadores, que retroceden a cargos más bajos de diputados, para mantener a toda costa su influencia y poder; ahí están, para colmo de males, de forma incongruente, reclamando democracia.
Si creen que los militantes y los ciudadanos no cuentan, que no tienen memoria, por lo menos deberían escuchar los reclamos y las voces de sus místicos, adalides de la democracia, momios panistas, arcontes y exgobernadores. Que les están diciendo que corrijan el rumbo antes de que sea demasiado tarde. Que abran la elección a la militancia.
Conforme a la Ley General de Partidos Políticos en su artículo 3º. Fracción primera define a los partidos políticos: como entidades de interés público con personalidad jurídica y patrimonio propios, con registro legal ante el Instituto Nacional Electoral o ante los Organismos Públicos Locales, partidos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y, como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público. Su propósito y objetivo es llevar a los ciudadanos al poder, para eso surgieron, no para perpetuar una camarilla arcoíris, en el poder. Excluyendo a su militancia.
Los partidos son todo un misterio, no se obtienen datos precisos, parecen ostras, celosamente cerrados a abrir y transparentar sus finanzas, a la sociedad que es la que los mantiene, son como paracitos, que se esconden en las entrañas; solo parte reducida de su elite que acapara los puestos, conocen bien los pliegues de la organización, las sutilezas y las intrigas que se anudan en ellas, por ello se dificulta la tarea de abrir los partidos a la democracia interna. la idea de que los partidos son organizaciones constituidas en función de objetivos específicos, dando definiciones elaboradas en base a metas ideológicas, pero ambas no son los objetivos reales de un partido cuyo fin mínimo es ganar las elecciones para conquistar el gobierno. Y es aquí donde se afirma que van por la ruta equivocada, por lo oportunista y convenenciera, la ciudadanía ya no se traga esa pifia.
La democracia al interior de los partidos políticos, en México debe cumplir las expectativas en la sociedad. La elección extraordinaria propuesta por acción nacional en Guanajuato, de solo permitir el voto de 110 consejeros de manera selectiva y arbitraria, genera una mayor desigualdad, hasta ahora, la teoría de la representación ciudadana resulta una falacia, que nos lleva al extremo de afirmar como lo exponen autores como Robert Michels y Ángelo Pannebianco, los partidos políticos solo se representan a sí mismos, y solo a un grupo pequeño que se quiere perpetuar en el gobierno. Lo que demuestra que nuestros políticos no conocen su propia ideología, doctrina, ni los principios mucho menos tienen una ideología propia que no sea la del dinero y la conveniencia. Y que están dispuestos a sacrificar a su militancia en aras del control absoluto del partido.