Medición Libia-Ale: el punto de partida
1.- Medición Libia-Ale: el punto de partida


Desde la línea de salida, sin duda alguna Libia Dennise García Muñoz Ledo tiene mayor ventaja que Alejandra Gutiérrez Campos. Sin embargo, para la mesa política en la que se sentarán con el exgobernador de Morelos Marco Antonio Adame, más cosas están en juego que un frente a frente personalizado.
No se trata pues, de una lucha de egos únicamente. Se trata de dos grandes posturas al interior del PAN frente a la definición de las candidaturas para el proceso electoral de 2024, siendo la de la Secretaria de Desarrollo Social y Humano (Sedeshu) la que aglomera más interesados debido al respaldo del oficialismo.
Por eso, si el tema fuera únicamente dirimir las aspiraciones de dos connotadas figuras de Acción Nacional en Guanajuato, este se habría resuelto hace mucho. Pero no fue así. La alcaldesa de León ha decidido aguantar hasta el final, debido a la suma de diversos actores que buscan entrar al juego a través de ella y del método de la Frente Amplio por México.
Será este miércoles a las 2 de la tarde –horario laboral- cuando se efectúe la mesa política, que contará también con la presencia del dirigente nacional panista Marko Cortés Mendoza y el dirigente estatal Eduardo López Mares. Es un hecho que un primer insumo para abrir dicho encuentro serán las mediciones, encuestas y sondeos.
Justo esa importancia tiene el más reciente sondeo realizado por TAG Research la semana pasada, cuyos resultados fueron publicados ayer en Correo. Se trata de la fotografía más actualizada de la percepción electoral entre ambas y respecto a otros partidos, en la que se constatan argumentos a favor de una y otra aspirante.
Por ejemplo, Libia Dennise aparentemente cuenta en este momento con mayor aceptación con el 28.7 por ciento, por el 18.5 por ciento que preferiría que sea ‘Ale’ Gutiérrez. Sin embargo, en las variantes de “No sabe” se ubica en la friolera de 29.6 por ciento y por ninguna 23 por ciento.
Algo similar pasa con la medición de partidos de cara a la gubernatura, pues, aunque el PAN conserva el 39 por ciento, Morena le persigue con 22.3 por ciento con un limbo todavía del 27.2 por ciento entre el “No sabe” y “Ninguno” que podría definirlo todo.
Pero aún más revelador es el índice de conocimiento entre Libia y Ale, pues ambas son desconocidas para más del 70 por ciento de las y los encuestados.
De tal suerte que la moneda sigue en el aire. Si bien Libia puede hacer eco del apoyo partidario, así como la percepción positiva que ha sumado a su paso por el gobierno estatal, Alejandra tiene de su lado el margen de inseguros o indecisos para presionar con el método de designación aliancista, que incluso les abra las puertas a sus apoyadores.
2.- Caso Milagros: tragedia y oportunismo

Esto ya parece un mal endémico. Las tragedias provocadas por la violencia en Guanajuato, a menudo se convierten en oportunidades perfectas para que unos políticos saquen raja y otros evadan la realidad al concebir que les son adversos.
El caso de Milagros Montserrat Meza ha reunido las características de un caso emblemático, que pondrá en juego las capacidades de investigación y exposición ante el juez de autoridades que están más preocupadas por capitalizarlo de manera política, incluso desde su detención.
El pasado viernes 11 de agosto, a través de sus redes sociales, el alcalde Alejandro Navarro confirmó la detención de Miguel 'N', presunto homicida de Milagros en una gasolinera de Noria Alta en Guanajuato capital. Desde ese momento, el edil no perdió oportunidad para presumir que “esta policía si sirve”, en clara referencia a la policía de León.
Fue entonces que la administración leonesa que encabeza Alejandra Gutiérrez Campos –ahora más distraída en la disputa del PAN- no se quiso quedar fuera del momento noticioso y sostuvo que, en un operativo de sus elementos, ciudadanos de León informaron que Miguel ‘N’ tenía familiares en el municipio de Guanajuato.
La realidad es que Miguel se encontraba deambulando solo en la estación de servicio de Guanajuato, cuando fue reconocido y reportado al 911. Nada que ver.
Ayer el suceso motivó una marcha ciudadana más en contra de la violencia de género. Colectivas y familiares de Milagros, han exigido que el caso sea juzgado como feminicidio, petición que insólitamente fue tomada por la Fiscalía General del Estado (FGE), a cargo de Carlos Zamarripa Aguirre, y presentada ante el juez.
Por ello será más que interesante ver la argumentación que presenta la fiscalía a favor de la tesis de feminicidio, si tomamos en cuenta que su tendencia es contraria pues en tres años y medio, 211 casos ingresados por la FGE como homicidio, fueron retipificados por el juzgador como feminicidios; casi tres veces más que los 76 casos reportados.
En este caso es radicalmente distinto. El caso de Milagros ayer en la primera audiencia del proceso fue tomado como homicidio doloso, con una larga de preguntas por resolver, pero sobre todo con un marco legal del feminicidio en Guanajuato que tiene sus propios requisitos y cuya legislación no ha sido actualizada desde 2014.
Es por ello que apostar a solicitar un feminicidio no debe hacerse a la ligera. Que la FGE juegue a solicitarlo, esperando que el rechazo sea una papa caliente para el Poder Judicial, en nada aportaría para combatir la impunidad del caso. Sería como los casos anteriores, un mero pretexto para capitalizar políticamente una tragedia.
3.- OSUG: agravios acumulados

Si hay una entidad que ha sufrido embates, desprecios y hasta sabotajes, sobre todo durante la segunda mitad del rectorado de Luis Felipe Guerrero Agripino, esa es la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG).
Recortes presupuestales, retención de plazas, cancelación u obstaculización de proyectos y hasta campañas sucias, de todo ha padecido esta agrupación artística que es todo un patrimonio cultural de la máxima casa de estudios con 70 años de historia, particularmente con la incursión de Osvaldo Chávez como director de extensión cultural.
Por eso no debe sorprender el reciente acercamiento que los músicos de la OSUG tuvieron con la aspirante a la rectoría general de la UG, Teresita Rendón Huerta, quien se identifica como una candidata opositora a las directrices de Guerrero Agripino y sus subordinados. Esta rectora es la que les garantiza recuperar el apoyo perdido.
Además, no podría ser de otra manera. Más allá del valeroso desempeño del director de la OSUG, Roberto Beltrán Zavala, el cuerpo de músicos se ha mostrado particularmente crítico con las disposiciones oficiales, al grado de surgir de entre sus filas buena parte de los promotores de la libertad sindical universitaria.
Así que no debe de resultar chocante que la OSUG se acerque con la aspirante a la rectoría, que más ha marcado su distancia respecto a la estructura actual de la rectoría general. Es casi un acto obligado para una agrupación artística que poca correspondencia ha tenido a su grandeza.
CONTRA RETRATO

Enrique Díaz Díaz
Llegó en mayo de 2017 cuando la diócesis de Irapuato se encontraba convulsionada por los escandalosos crímenes del exsacerdote Raúl Villegas, que sólo evidenciaron la crisis de casos de abuso y pederastia clerical que se estuvieron incubando por parte de su antecesor, el ahora Obispo emérito José de Jesús Martínez Zepeda.
Ya sea por falta de información o simplemente en calidad institucional, el actual Obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, fue señalado por las organizaciones civiles Spes Viva y Bishop Accountability como parte de un grupo de 16 jerarcas católicos que encubrieron a sacerdotes pederastas.
Los dos primeros casos que se le achacan son precisamente el de Raúl Villegas –hoy encarcelado purgando cadena perpetua- y el del fallecido Pedro Gutiérrez Farías, quien fuera fundador y director de la Ciudad de los Niños. Ambos estallaron justo en el contexto del cambio de titular en el obispado.
Un tercer asunto es porque se procesó a Rubén Herrera Luna, quien también cometió sus delitos durante el apostolado de Martínez Zepeda. Lo único que las organizaciones advierten, es que Díaz Díaz presuntamente presionó a una víctima para que no presentara una denuncia penal contra el sacerdote que lo violó, lo que sí deberá investigarse.
En todo caso, otro prelado que también es señalado es José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo Emérito de León, quien fue el primer encubridor de Raúl Villegas cuando se le demandó la paternidad de una niña; su reacción fue enviarlo a una famosa “clínica de sanación” ubicada en Jalisco.
No cabe duda que, así como debe haber una total firmeza y voluntad para presentar a los clérigos pederastas o abusadores, también se debe ser justos ante aquellos que han tomado la responsabilidad de asumir las faltas del pasado como el caso de Enrique Díaz Díaz, quien ha priorizado el contacto con las víctimas.