Murió Twitter o la crónica del desastre de un candidato desastroso

Mi opinión de que Donald Trump es algo parecido a un espantajo de película de terror para el sistema político estadounidense se empareja con la sorpresa de verlo con altas posibilidades de llegar a la boleta electoral en las príximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Simplemente, no se entiende. Menos se comprende que otro monstruo brinque al escenario. En el mundo de al revés parecería tener mucho sentido que el otro candidato adecuado para hacer el trabajo con Trump. Sea Ron DeSantis, el gobernador de Florida de cuarenta y cuatro años. Aunque muchos republicanos lo veían como un muy buen relevo, los eventos del miércoles por la noche mostraron que esa es una teoría no probada, al menos, todavía.

El lanzamiento de la campaña presidencial de DeSantis fue de ocurrencia en ocurrencia y es por eso que muchos la hayan descrito como una debacle. También, hay quienes opinan que fue una farsa. Para el gobernador de Florida debió ser una pesadilla. El Times lo llamó un “colapso”, así sin rodeos ni anestesia ni edulcorantes. Un desastre politico un inicio de campaña "horrendo”. Quizás el mejor resumen del fracaso épico del miércoles fue #DeSaster, una etiqueta —hastag— de tendencia real en Twitter.

 Como sea que uno elija llamarlo, es una mala señal para una campaña cuando la mayor controversia inspirada en su debut es lo que sinónimo de "terrible", cada uno podemos elegir la palabra que más nos ajuste. ¿Habrá muerto Twitter? El problema no eran solo los fallos técnicos. El inicio del evento Twitter Spaces con DeSantis y el propietario de la red social del pajariato, Elon Musk, se retrasó más de veinticinco minutos mientras Musk luchaba audiblemente para que su nueva plataforma funcionara. Un desastre en el que no había disimulo. Pero igual de miserable fue lo que DeSantis tuvo que decir una vez que comenzó a hablar, tanto en Twitter como en una entrevista posterior en Fox News, que se redujo a muchas quejas sobre los "medios heredados" y poca justificación para su candidatura. Pobre.

Trump, cuyo nombre DeSantis jamás pronunció el miércoles por la noche, dio la bienvenida a la noticia de la implosión de su rival y no tuvo pudor para burlarse. Aprovechó para darle una buenas mordidas políticas. Todos aprovecharon el impulso para reírse. Incluso Joe Biden, quien a diferencia de Trump fue mencionado con frecuencia por DeSantis, se unió a las guasas. "Este vínculo funciona", prometió Biden.

Pero, aunque la prisa por burlarse es comprensible, también fue un poco una distracción. La pregunta realmente vital planteada por la entrada oficial de DeSantis en la carrera de 2024 no era, después de todo, si Twitter podría manejar una gran multitud en su función Spaces sin estrellarse, —que por cierto, no logró—; era si DeSantis podría revivir sus perspectivas presidenciales y realmente emerger como el republicano para eliminar a Trump. Parece que no.

Ni Twitter ni DeSantis. ¿Murió Twitter o se trata de la crónica de un desastre? A decir verdad, después de la victoria de diecinueve puntos de DeSantis, en noviembre pasado, el gobernador de Florida parecía ser el republicano que se atrevía a golpear a Trump. Pudo ser una versión más joven, más aguda e inteligente del cuadragésimo quinto presidente, sin el desagradable hábito de Twitter y todos los problemas legales. Parecía que podría funcionar. Encima, en los últimos meses, DeSantis se ha estado hundiendo en lugar de subir en las encuestas, ya que sus muchos errores, desde tomar represalias contra Disney hasta promulgar una impopular prohibición del aborto de seis semanas, le han dado a Trump y sus aliados mucho de qué deleitarse.

DeSantis ya no parece un gran golpeador de Trump. El ex presidente, cuya ventaja en las primarias del Partido Republicano ha vuelto a ser de dos dígitos sobre el gobernador de Florida, sigue siendo un favorito abrumador. DeSantis, mientras tanto, entrará en los libros de historia Como uno de los peores y menos competentes lanzamientos de campaña de la historia. ¡Desastre de un candidato desastroso!