Viernes, 10 Enero, 2025

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Paridad ≠ Equidad

Opinión

Juana Adriana Rocha Luna

Aunque los criterios de paridad abren espacios a muchas mujeres, no eliminan la violencia de género. Paridad no es lo mismo que equidad, el trato a aquellas que participan en las grandes decisiones, no será jamás el mismo que reciben sus colegas hombres.

La paridad de género busca que hombres y mujeres tengan el mismo nivel de participación en la vida política, que se involucren por igual en las grandes decisiones.

Como todo concepto, una vez puesto en práctica se topa con obstáculos, fallas, discrepancias.

La paridad de género tuvo que establecerse como principio constitucional, no surgió de manera orgánica; de no ser así, no sería posible por múltiples factores socioculturales. Tan sólo basta recordar que en nuestro país las mujeres votaron por primera vez hace apenas 68 años, hubo una candidata a la presidencia de la República hasta 1982 (Rosario Ibarra de Piedra), y nunca hemos tenido una presidenta.

La paridad de género podría garantizar un equilibrio en la distribución de cargos públicos, pero no garantiza que los hombres y mujeres del ámbito político reciban el mismo trato. A veces parece que lejos de combatir la inequidad, la enfatiza. Recientemente, abundan los ejemplos.

¿Ventaja?

El pasado 22 de noviembre, Joaquín López Dóriga entrevistó a Clara Brugada, precandidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. El periodista señaló queñ la morenista “no pudo ganar” la encuesta interna de su partido y sólo obtuvo el lugar gracias al criterio de paridad. Cuestionó que en tal escenario Brugada pueda vencer en las elecciones.

La exalcaldesa de Iztapalapa lo acusó de misógino, “no es un acto de generosidad o que los hombres nos regalen candidaturas”, aclaró.

López Dóriga se defendió de las acusaciones de misoginia a gritos y con el clásico argumento que dan los hombres, el argumento que piensan que los exime de ser machistas: vengo de una mujer, tengo una madre.

En la distribución de candidaturas, puestos en gabinetes, cargos en dependencias, con tal de cumplir la cuota, en ocasiones se selecciona a mujeres que no cumplen los perfiles. Es cierto, sin embargo, no es una generalización.

Asimismo, si una mujer resulta designada por paridad de género sus capacidades se cuestionarán el doble.

También en Morena, en nuestro estado, prevalece la controversia en torno al criterio de paridad. La designación de Alma Alcaraz como aspirante a la gubernatura y la determinación de que en Salamanca lanzarán a una mujer para la alcaldía, incomodaron a cierto sector del partido. En particular, a la familia Prieto. Tanto César Prieto, alcalde del mencionado municipio, como Ernesto Prieto, diputado local, insinuaron que hay detrás intereses personales.

“Se van a elegir a las y los mejores de cada municipio”, advirtió la senadora (y ahora coordinadora de campaña en Guanajuato de Claudia Sheinbaum), Antares Vázquez. Dijo que el género no se usará “a modo” y no descartó la posibilidad de modificar los nombres anunciados al momento. 

Por cualquier ángulo que se vea, las cuotas de género no representan una ventaja como muchos interpretan.

Siempre, la violencia

Mariana Rodríguez Cantú es la esposa del gobernador con licencia y aspirante a la presidencia de la República, Samuel García. Mariana no necesita tanto contexto para darse a conocer, sin embargo, su calidad de influencer le ha jugado en contra e impide que en cuestiones políticas sea tomada en serio.

Es cierto que García ha usado el impacto mediático de Rodríguez para impulsar su propia carrera y ambos han cometido errores que hacen cuestionar las acciones altruistas que publican. Pero esto no justifica la violencia que Mariana recibe en redes, no sólo a través del ‘hate’ de los internautas.

Vicente Fox la llamó “dama de compañía” en su cuenta de X. Esto, luego de que el periodista Pedro Ferriz prometiera en la misma plataforma exhibir presuntos actos ilícitos de la pareja.

Rodríguez no dudó en defenderse, “soy una mujer, soy licenciada, soy empresaria, soy esposa y soy madre”, escribió citando el mensaje del expresidente panista.

Al igual que Joaquín López Dóriga, Fox negó que sea machista. Señaló que hay quienes aprovechan la cuestión del género para desvirtuar el debate electoral. Pero el daño estaba hecho.

Aunque Mariana esté, por el momento, en la periferia de la contienda, su exposición la convierte en blanco fácil de este tipo de ataques.

De acuerdo con las encuestas, todo apunta a que en 2024 México podría ser gobernado por una mujer. Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum podrían no ser las mejores opciones, ambas arrastran sus propios errores y contradicciones a las que se suma la violencia de género.

Es necesario admitir que la guerra contra los candidatos hombres no se emprende con la misma saña ni las mismas armas. Aunque los principios de paridad abren espacios a muchas mujeres, no eliminan la violencia de género. Paridad no es lo mismo que equidad, el trato a aquellas que participan de las grandes decisiones, no será jamás el mismo que reciben sus colegas hombres.

LO SUPERFLUO: Las capacidades, aptitudes y experiencia deberían ser el principal criterio para acceder a posiciones relevantes.

LO PROFUNDO: El machismo en nuestro país impide que las mujeres logren ascensos, fue necesario ‘imponerlo’ para que sucediera. 

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