Salomón Espínola: no es lo mismo jugar baraja que gobernar…
Al alcalde del municipio de Victoria todos y todas lo conocen como el “May”, su candidatura fue uno de los espacios que Ricardo Sheffield logró rescatar en su disputa cupular y mezquina con Malú Mícher (los dos tratan al noreste como botín de sus pretensiones feudales morenistas). Salomón Espínola Mendieta, quien pertenece al séquito de panistas conversos a la izquierda por obra y gracia de ponerse un chaleco guinda y hacer reverencias cuando escuchan el nombre de López Obrador, ha sido de esos políticos de corte tradicional que platican con los parroquianos, se toman la cerveza en la tiendita de las rancherías, juegan baraja por horas, y que podrían entonar aquella canción del finado Vicente Fernández: “me quito la camisa/ por un buen amigo...”. Llevaba dos intentos fallidos por llegar a presidencia, y ahora que lo consiguió, ya está envuelto en una severa crisis.
Daban las cuatro de la tarde del pasado martes 18, cuando en el salón de cabildos el alcalde formalizó el inicio de la décima primera sesión, entre varios temas por abordar destacaba el de la obra pública, la integración del comité y aprobación de los dineros para la feria de San Juan Bautista, y una serie de modificaciones presupuestales. Solo que no llegaron ni a votar el orden del día, pues el regidor Omar Chaire Chavero prendió la lumbre argumentando que solo les ha dado aplazamientos en temas relacionados con sus funciones y no ha cumplido compromisos de trabajo colegiado, otros se sumaron a esa postura, hasta que uno a uno se fueron retirando, incluida la síndica.

La escena de una mesa larga semivacía, donde al fondo solo quedaba el alcalde vistiendo una cachucha, a su lado el secretario, en el otro extremo Hugo Emilio Sánchez regidor de 19 años -al parecer el más joven en todo Guanajuato-, y en las paredes fotografías de tiempos lejanos, era la viva imagen de la desolación, pero además agravado porque entre quienes esa tarde lo dejaron solo y en su laberinto no fueron únicamente los regidores panistas, sino también la mayoritaria bancada de Morena, el partido que lo llevó al poder, lo que denota una temprana fractura interna en las alianzas que se fraguaron en campaña con liderazgos provenientes de otros partidos, para derrocar al voraz clan político de los hermanos Berenice y Teodoro Montes que controlaron por años la administración.
Desde el interior del gobierno municipal ha trascendido que algunas aristas del conflicto y del enrarecido ambiente laboral, tienen que ver con estilos autoritarios que Espínola Mendieta ha comenzado a mostrar, no se diga en el control de los dineros, lo que no está claro es si es por un afán genuino de orientar la racionalidad presupuestal o por mera obsesión de centralizar el poder y los recursos con fines inciertos. Pero igualmente, afloran más situaciones, por ejemplo, según fuentes consultadas su secretaria particular es otro factor de discordia, pues aseguran es recurrente en ella excederse en sus funciones y usa formas bruscas en sus requerimientos. Fundados o no, el silencio pasivo de Salomón Espínola, ha fortalecido esos cuestionamientos.
Algo tendrá que hacer este alcalde para poner a flote el barco, y es que si pierde definitivamente el respaldo de síndica y regidores de su propio partido, se desencadenará una crisis institucional y política de pronóstico reservado. El PAN ni se diga, desde el primer momento del encontronazo comenzó a llevar agua a su molino en redes sociales: uno de los más enfáticos en retirarse fue su regidor Federico García Suarez, profesor jubilado.

De seguir hacia el desfiladero, el “May” derrochará todos los años de esfuerzos partidistas y de la sociedad civil para deshacerse de un impune y ominoso cacicazgo protegido desde el gobierno del estado y desde la élite del PAN estatal. Mal mensaje manda Morena con un gobierno que al comenzar ya está naufragando, luego de llegar vía una elección donde la panista Berenice Montes recibió una paliza: de cada 100 votantes 65 rechazaron. Aunque por otra parte, la trama de grillas que seguro existen en este suceso, no desmerece lo que en sí misma significa esa acción crítica de los regidores, pues abona al ejercicio de saludables y necesarios contrapesos en el cuerpo edilicio.
A propósito de los temas que quedaron pendientes de resolver en la sesión de cabildo, llama la atención que en el presupuesto de ingresos y egresos para el ejercicio fiscal 2025 publicado en el periódico oficial del estado el 28 de enero, en casa de cultura se etiquetan (en el rubro “servicios generales”) 5 millones 368 mil 526 pesos, suma muy alta que obviamente no está enfilada para promover la cultura, en la que siempre se invierten migajas, se puede aventurar que podría tratarse del monto apartado para usarse en la feria regional de finales de junio. De ser así, por el contexto del municipio, ese millonario gasto confirmaría el cuento de siempre: no importa el partido que gobierne, a la gente hay que darle pan y circo.
Como en el rumbo se conoce que una de las grandes aficiones del alcalde ha sido jugar baraja, en estos días que se armó el merequetengue en el ayuntamiento, a propósito de que anda muy controlador con el dinero, hay quien con humor negro insinuó: ¿no será que en alguna jugada empeñó la presidencia?
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