Miércoles, 12 Marzo, 2025

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Un sexenio de maltratos a la Sierra Gorda…

Opinión

Eliazar Velázquez Benavídez

Desde hace semanas un clamor generalizado se escucha en poblados y comunidades de la Sierra Gorda: hay temperaturas extremas desconocidas, cuando menos desde hace muchas generaciones. En lugares el termómetro ha llegado a 42 grados centígrados, y en localidades de las zonas bajas áridas es todavía más inclemente. El aire se ha sentido como lumbre. Había calores severos (sin alcanzar estos niveles) pero también teníamos más agua. Ahora el sol cae a plomo como si estuviera enojado con la humanidad y cada vez se vuelve más escaso el vital líquido.

¿Qué está pasando? Todavía hay muchos que dejan todo a las manos de Dios y su esfuerzo se limita a dirigirle plegarias para que acerque la lluvia, sacan en procesión al señor de la cuadrilla, o hacen grandes festividades a san isidro labrador. Lo cierto es que las personas no le estamos ayudando a las divinidades para que hagan su trabajo. Y es que hay daños globales, planetarios, que nos empiezan a cobrar facturas, pero no todo proviene del exterior, por dentro también estamos matando la vida de múltiples maneras.

Por un lado, están las instituciones de los tres niveles de gobierno encargadas del tema ambiental que este sexenio han sido ineficaces y displicentes hacia esta región. El encargado en Guanajuato de coordinar las políticas públicas de la federación, Mauricio Hernández, no tuvo sensibilidad, ni compromiso con la Sierra Gorda, para propiciar que los funcionarios de SEMARNAT, PROFEPA, y particularmente los de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) elevaran el perfil de sus esfuerzos por preservar este pulmón serrano, territorio de preciadas especies de fauna y flora, técnicamente catalogado como Reserva de la Biósfera.

 
Mauricio Hernández

Pero igual de mediocre fue el gobierno de Diego Sinhue Rodríguez: convirtió en su nirvana personal el sitio ecoturístico El platanal, pero no exigió resultados a su amiga poblana María Isabel Ortiz Mantilla, ex titular de la Secretaria de Medio Ambiente (SMAOT), ahora candidata a diputada local por el PAN en un distrito de León, quien realizó constantes viajes por el mundo, solo que en seis años nunca hizo escala sierra adentro. En su disputa política con la federación encontraron el pretexto perfecto para evadir su responsabilidad.

Luego, en los gobiernos municipales de la zona la displicencia es cotidiana. Las áreas de ecología son casi testimoniales. No hay imaginación, ni arrojo para abrazar la naturaleza. En ese nivel local es donde más entrega se esperaría de los funcionarios porque el agua que escasea es el agua que toman, los ríos sucios son sus ríos, las aves que sufren son las que alegran su pedazo de cielo. Pero si ellos no lo hacen ¿qué puede esperarse de los que no son oriundos de la sierra y solo se acercan a ella por razones laborales o políticas?

 

Diego Sinhue y María Isabel Ortiz

Y qué decir de los propios habitantes. Ha ido disminuyendo la población que preserva valores de amor y respeto por la tierra, los árboles, el agua, las plantas, animales; y va en aumento el número de personas que anteponen la mentalidad individualista, monetaria, frente a la comunidad y la naturaleza. Con el agravante de que se están fracturando los mecanismos familiares y colectivos de transmisión de saberes, lo cual presagia un incierto futuro para las sabidurías y habilidades ancestrales (organismos como el Instituto Estatal de Cultura y las casas de cultura municipales, mucho podrían hacer en ese ámbito, pero no se esfuerzan en llegar a lo más profundo de la realidad).

Aunque continúan las prácticas depredadoras, se ha inhibido un poco su intensidad luego que se activaron algunas acciones institucionales a partir de los trabajos periodísticos publicados por Correo, documentando la tala clandestina para producir carbón, madera y leña, el corte intensivo de árboles por empresarios, la cacería ilegal, el saqueo de minas, pero eso ha sido coyuntural, porque ni por parte de las autoridades, ni desde la ciudadanía hay una vigilancia sistemática, ni tampoco se han desplegado estrategias sólidas para preservar el patrimonio natural y fortalecerlo.

A eso hay que sumar la sequía extrema de los últimos años, el aumento de los volúmenes de basura y la falta de civilidad para su tratamiento desde las propias familias. En ocasiones el mismo que se queja de la carencia de agua, es el que en alguna carretera arroja la lata de cerveza hacia el monte mientras le sube volumen a sus corridos alterados. Y por si algo faltara, se han venido suscitando severos incendios destruyendo ecosistemas y consumiendo vegetación, árboles, que tardarán décadas en recuperarse.

En estas campañas ha sido notable la pobreza de ideas y argumentos de los candidatos y candidatas respecto a tan preciado tesoro como es la Sierra Gorda. Los de adentro parece que no dimensionan cabalmente su grandeza, y los de afuera que la han visitado (Yulma Rocha, Libia García, Alma Alcaraz…) solo han expresado halagos convencionales a los paisajes, propios de cualquier turista.

 

Luis Felipe 
Vázquez

A 17 años de emitido el decreto de esta Área Natural Protegida, ni siquiera tiene elaborado su Plan de Manejo. En este lapso ya transcurrieron seis administraciones municipales, alcaldes y alcaldesas se han ido y algunos hasta han vuelto al poder. Cada tres años se reitera el círculo vicioso: funcionarios que tienen años atendiendo la oficina de la CONANP en San Luis de la Paz, encabezados por Luis Felipe Vázquez Sandoval, comenzando las administraciones recorren los ayuntamientos exponiendo la misma información que se les escucha desde hace casi dos décadas. Luego, hacen lo menos posible, argumentando escaso presupuesto y falta de personal.

Mientras tanto: la sierra, la tierra y el cielo, ya comienzan a castigar nuestra estupidez y maltratos.

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