Lunes, 03 Marzo, 2025

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¿Universidad para quién?

Opinión

Santa Julia

Del proyecto de universidades públicas y gratuitas que vio México el siglo XX sólo quedan dos cosas. La universidad que iba a formar a lxs hijxs de obrerxs, la universidad que transmitiría el conocimiento, la universidad que multiplicaría los panes para lxs oprimidxs, la universidad autónoma, la universidad pública es un cadáver. De los restos de la institución sólo nos llegan ecos de ideales distorsionados por los intereses de quienes la tienen secuestrada.

“A la universidad nada, a sus benefactores, servilismo” rezaba el primer párrafo de un periódico estudiantil sinaloense en los años ochentas. Los y las universitarias de hace cuarenta años se sabían la vida de su institución: alumnxs, empleadxs, profesorxs e investigadorxs. Se preguntaban entonces, “¿De qué manera se decide el futuro de la Universidad Autónoma de Sinaloa dentro de sus muros? ¿Qué obstáculos los han debido vencer, o a cuáles se enfrentan, para continuar por ese mismo camino?”.

En 2024, la máxima casa de estudios del Estado de Guanajuato está cooptada. El sueño del lugar para explorar el conocimiento, un sitio en el que brotasen las críticas para hacerlas florecer en toda la sociedad, quedó como eslogan de espectacular en la carretera Silao-León, entre todas las maquiladoras. No es cierto que la crítica esté presente en la Universidad de Guanajuato. La crítica surge sólo en ciertos modos, de ciertas formas, siempre que no se manche la capa del rey. Pero ya no vivimos con reyes, la universidad, a pesar de sus aspiraciones medievales, ya no fabrica nobles intelectuales, sino mano de obra barata. En Guanajuato, la Universidad estatal no la gobierna la vida de su institución, sino la realeza de hoy.

 
 

Hace muy poco salió a la luz la discreción con la cual la UG soltó decenas de miles de pesos al hijo del ex-rector Luis Felipe Agripino. Este último es conocido por utilizar el hoyo sin fondo de terrenos de valor histórico en el estado para dejar resbalar inocentemente inmuebles millonarios en manos de privados. “Upsi dupsi, hicimos lo mejor que pudimos”, es lo que no podían parar de repetir con cara de querubines inocentes los directivos de la universidad cuando visitaron la sede Valenciana en noviembre de 2023. En una sede con enormes reducciones de recursos y abandono creciente de las labores de investigación ¿Esta universidad es lo mejor que pudieron hacer quienes la rigen? Les preguntaré siempre, ¿No les da vergüenza?

No son pocos lxs estudiantes que trabajan en Guanajuato. Trabajando mayormente en condiciones deplorables, bajo jefes explotadores, espacios violentos, misóginos y sueldos degradantes. Mientras tanto, Claudia Susana, “el rey desnudo” en turno, le dijo a un auditorio entero de estudiantes de humanidades que bajarse el sueldo de 200,000 pesos al mes sería degradar la lucha por romper el techo de cristal de las mujeres. Además de ser extremadamente vergonzoso que ningún asesorx le advirtiera algo sobre lo que dijo, se vuelve repulsivo cuando se sabe que las becas de los Veranos de la Ciencia UG (marca registrada) bajaron a casi la mitad este año. Una suma que no representa ni siquiera el sueldo mínimo para un trabajador. Una y otra vez, la UG insiste en que sus trabajadores, la mayoría laborando por contrato y sin derechos laborales, sus estudiantes, cada día más lejos de las cantidades grotescas de recursos que la UG presume (pero no suelta), sus profesores, momias dispensables y mutiladas de cualquier sensibilidad, acepten peores condiciones, peores pagas. No vaya a ser que la gente de Agri se muera de hambre.

¿Qué autonomía tiene una universidad que ve en sus órganos vitales estadísticas, cuotas, productividad, prestigio, resultados? El rostro y la palidez de las posturas de la nueva rectora recuerdan más a la de un gerente que está a cargo de verificar los números de producción en una fábrica de salchichas. Sólo que las salchichas, bien empaquetadas, esterilizadas de toda emoción, educadas a repetir la misma tarea procedural, somos nosotrxs. Y no hay salida dentro de la universidad.

Después de semanas en que la temperatura no dejaba de subir, suspiramos por el alivio de las lluvias. Pero las presas no están ni de cerca llenas, y la sequía aún no termina. Es certero que el espiral sin fondo sí tiene fondo, y la explotación de la Tierra acabará con el mundo que entendemos. No hay salida si seguimos esperando a la lluvia, no hay salida si cavas más profundo en el agujero en el que estás.

La universidad pública nació muerta cuando nunca salió de las manos de sus secuestradores. Muerta, pues nos infectó a todxs con el virus del progreso, del servilismo al capital, de bajar la cabeza cuando te explotan un poquito menos que a tu igual. Secuestrada, pues nos enseña a diario a mirar al espiral y aceptarlo sumisamente.

Y yo, quisiera saber para quién es todo este trabajo en la Institución, todo el esfuerzo de mis compañerxs y amistades, de mis profesorxs. Quisiera saber si tanta sangre, tantas horas, tantos caminos pueden irse lejos y seguir esta labor sin la universidad. Tal vez, regresarle la voz a lxs compañerxs sinaloenses: “a la universidad, nada” y empezar a hacer planes de huida.

¿Universidad para quién, si no quedará nadie? ¿Universidad para qué, si no quedará nada?

 

 

Este es el primero de los escritos de jóvenes de la Universidad de Guanajuato que formaron los colectivos Radio Rebelde y Periplos de la Historia.

Agradecemos a sus autoras y autores.

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