Vacunación libre, una luz en la oscuridad
Con enorme beneplácito ha sido recibido el anuncio del presidente en torno a que los estados de la República, y la iniciativa privada, puedan adquirir y aplicar directamente lotes de vacunas contra el Covid-19, pues la campaña de inmunización se debe intensificar para disminuir las estadísticas de contagios y fallecimientos.
La decisión de liberar la adquisición y aplicación de vacunas,ha reflejado el rompimiento de posturas políticas absurdas que ha mantenido el gobierno federal, generando incluso serias contradicciones entre el vocero estrella de la parafernalia burocrática y el titular del Ejecutivo. Al parecer, el presidente habrá de recular en muchos temas de orden político con la llegada de una nueva administración en los Estados Unidos, sin asegurar que el asunto de las vacunas tenga ese origen.
Con esta nueva actitud en torno al combate del coronavirus, se estará brindando a los gobiernos estatales la oportunidad de establecer sus propios programas de vacunación, así como, si las circunstancias lo permiten, apresurar los indicadores de población protegida.
Ahora bien, el hecho de la autorización para adquirir y aplicar vacunas, por sí sólo no resuelve las complicaciones para disponer del biológico, pues las grandes farmacéuticas, como Pfizer o Astra-Séneca, ya tienen comprometida su producción y habrá de hacer fila para la compra, pero sí representa un reto y oportunidad para ejercer la diplomacia y gestión en negociaciones internacionales, comienza la batalla por las vacunas.
Para la iniciativa privada no es menos terso el panorama, sin embargo, de igual forma representa la oportunidad de, en el mediano plazo, vacunar a sus plantillas de trabajadores y volver con confianza a la operación de la industria en pleno, reactivando con ello en un futuro próximo a los sectores productivos tan golpeados por la pandemia.
Así, bajo este esperanzador horizonte se visualiza la luz al final del túnel pues, aunque aún lejano en el tiempo, podemos admirar los umbrales de la nueva era y la llegada del momento para levantarnos de los escombros, reiniciando la vida social y laboral con renovados bríos. Pero antes de echar campanas al vuelo, debemos mantener la cordura y aplicar con estricto apego preventivo las medidas sanitarias que han venido imperando, pues la alerta máxima del semáforo rojo se mantiene.
Esperemos que, conjuntando estrategias y esfuerzos del gobierno federal con estados y empresarios, alcancemos un índice de inmunización semejante a los países de primer orden, con puestos de vacunación en centros hospitalarios, plazas, jardines y centros de aplicación urbana al máximo. Ciertamente que será titánico el reto de conseguir lotes de vacunas, sin embargo, también cierto es que de las grandes tragedias y adversidades surgen las oportunidades para la creatividad e inventiva. Ojalá que el gobierno de nuestro estado y la siempre comprometida actitud del sector empresarial, encuentren la fórmula para salir adelante.
Bajo esta óptica, ha llegado la hora de la verdad para que la mentefactura organizacional y administrativa emprenda un “momentum vitae” y se atreva incluso a erigir un gran laboratorio, capaz de producir aquí mismo la vacuna en cantidades significativas, conviniendo con alguna empresa internacional la coordinación científica. Ésta puede ser la oportunidad de un salto cuántico en el desarrollo y mentalidad de progreso gubernamental y empresarial, de ver qué tanto es cierto que Guanajuato es la Grandeza de México.
La nueva era está cada vez más cerca y no sería justo que el sistema económico, social y educativo se resignaran al colapso, por ello hoy más que nunca es imperativo repensarlos, echando a andar la estructura inteligente e innovadora que diseñe los programas emergentes para su reactivación trascendente, alejando el fantasma del tiempo perdido.
El juego de la vida en sociedad, descansa en la capacidad de un gobernante visionario.