Violencia política: preámbulo de nuevos gobiernos
1.- Violencia política: preámbulo de nuevos gobiernos
Un proceso electoral como el que acabamos de vivir el 2 de junio, ha llamado poderosamente la atención a nivel nacional por la ventaja de Claudia Sheinbaum Pardo, el incremento aunque ligero de la participación electoral, o por la abrumadora victoria de Morena en los diferentes espacios públicos. No obstante tampoco se debe olvidar que se trató del proceso más violento en la historia moderna de México.
Lo anterior no es una afirmación vana. Se trató de sucesos que en un año marcaron la presencia del crimen organizado frente a las estructuras gubernamentales -vía la presión o la extorsión-, así como la muestra inequívoca de la inseguridad y la violencia que no sólo habrán de enfrentar como funcionarios, también de forma personal y directa pues, ahora lo saben, su propia seguridad depende de ello.
El lunes 3 de junio pasado, la Secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, presentó los resultados electorales -algunos de ellos no oficiales al momento- donde era notorio el tono celebratorio, dejando de lado los casos de violencia política que se generaron en la jornada y, por supuesto, durante el proceso de campaña.
No vale darle vueltas. México enfrenta una criminalidad desbordada que debe reconocerse y enfrentarse con decisión política y todos los instrumentos del Estado, tal como lo advirtió la organización Causa en Común luego de que registrara de junio de 2023 y hasta ayer 3 de junio, un total de 63 actores políticos asesinados en 17 entidades del país, incluyendo 37 aspirantes o candidatos.
Por lo anterior, tanto el gobierno federal como estatal en Guanajuato mienten al aseverar que se trató de una elección ordenada y pacífica. No lo fue antes y no lo fue en varios puntos durante la jornada electoral y tampoco lo ha sido después. No se puede soslayar que este proceso electoral ha sido el más violento de la historia.
El tema en Guanajuato no podría pasar por alto si hablamos de la entidad líder en asesinatos de forma general. Justo en medio de las campañas, cinco personas ligadas a la política fueron asesinadas.
Entre los aspirantes o candidatos asesinados, el 30 por ciento contendía por Morena, a los que se suman el 8 por ciento por el Partido Verde y el 5 por ciento del PT, mientras que el 42 por ciento lo hacía por la coalición opositora, con nueve de PRI, seis de PAN y uno del PRD. El 8 por ciento corresponde a Movimiento Ciudadano y el resto a partidos locales.
Pero sin duda un dato clave es que el 92 por ciento de los aspirantes o candidatos asesinados pertenecían al ámbito municipal, pero con un patrón que se repitió en 17 entidades del país. Indicador que muestra de forma exacta la necesidad de que estos gobiernos recién electos -sean del partido que sean- tengan capacidad de gestión y coordinación en seguridad, de una vez por todas.
2.- El PAN y Marko: resaca en la dirigencia
Como era previsible, el resultado de las elecciones han puesto tanto a Marko Cortés Mendoza como a Alejandro Moreno Cárdenas en picota, como decadentes dirigentes del PAN y el PRI. Claro, cada uno padece de circunstancias completamente diferentes, pero con la responsabilidad -o culpa- de la estrepitosa caída frente a Morena.
“Alito” Moreno ya ha señalado que no abandonará la dirigencia en un momento al que consideró “complicado” para la democracia en el país pues han dado la batalla y “no vamos a tirar el arpa”. Sin embargo, recordó que deberá dejar su cargo pasada la elección, pues la reforma de abril del 2023 le extendió un año, precisamente para forjar la alianza que, hoy sabemos, fracasó en las urnas.
Pero sin duda el tema que tiene a más guanajuatenses en vilo es el de la dirigencia del PAN. Marko Cortés, aclaró que no renunciará sino que “en breve” comenzará el proceso de renovación de dirigencia del PAN. Claro, la presentación de las impugnaciones a la elección que anunció ayer por la noche le dan el pretexto perfecto para quedarse y revisar sus posibilidades… realmente reducidas.
Bajo esa tesitura, lo más complejo para Cortés Mendoza será buscar, encontrar y respaldar a un cuadro que le sea afín. En su imaginaria bien pueden estar el exgobernador Mauricio Kuri, o próximamente el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo aunque esta posibilidad parece poco más que remota. Precisamente le escasean los cuadros políticos de su lado.
Por otro lado, los panistas opositores a Marko también podrían comenzar a movilizarse. De hecho el exgoberador Miguel Márquez Márquez siempre se ha mencionado como un personaje viable para la dirigencia nacional del PAN, pero luego de perder frente a Ricardo Sheffield Padilla en la contienda por el senado, también quedó debilitado.
¿Qué poder e influencia puede tener un dirigente partidario que deja al PAN sólo con tres gobiernos estatales? Tal vez el propio Marko lo tiene claro… o no. El hecho es que estos resultados lo vulneran frente a los panistas críticos como el senador Damián Zepeda que no aprobaron la ruta que se eligió para pretender ganarle a Morena.
3.- Tres casos de ‘choque’ de estructuras
Los procesos electorales traen siempre consigo impugnaciones, inconformidades y hasta recuento de votos, otra cosa es que provoquen tensiones que se concentran en contiendas específicas como las municipales. Al final, son elecciones locales que se deciden con una cantidad ínfima de votos con padrones electorales estrechos, donde el mínimo movimiento político puede determinar el resultado.
Estos márgenes estrechos se han presentado en cinco municipios donde las estructuras de uno y otro bando -en este caso PAN y Morena- chocaron como trenes hasta prácticamente igualarse en capital político.
En Silao, las divisiones en Morena y el desprecio de cierto sector de ese partido, vulneraron a Carlos García Villaseñor para buscar la reelección y sólo contó con la estructura del empresario Ricardo García Oseguera. Esto favoreció el crecimiento de la candidata del PAN, Melanie Murillo, respaldada por la red de apoyo aún activa del blanquiazul que hoy la tienen arriba por 0.4 por ciento.
Otra arena de choque entre estructuras es Yuriria. Ahí la candidata del PAN, Victoria Eugenia Ramírez, defenderá su triunfo con una diferencia de 0.9 por ciento frente a Ángeles López Bedolla del Partido Verde. Ahí se trata de una competencia entre la estructura panista aún competitiva en el municipio, y la del Verde alimentada a partir de ser el partido gobernante.
El tercer municipio con cierre de fotografía es San Miguel de Allende. Algo que era completamente esperable pues tanto la estructura del alcalde priista Mauricio Trejo Pureco, como las del abanderado de Morena, Osvaldo García Arteaga, pesan en el municipio uno por ser gobierno y el otro por haber pertenecido al mismo. Aquí la diferencia es de 1.2 por ciento.
Los otros dos municipios con cierre reducido con Abasolo con Eduardo Gallardo arriba de Briseida Magadaleno por 3 por ciento, y Pénjamo con el 3.5 por ciento a favor de Yozajamby Molina Balver sobre el panista Gregorio Mendoza. Todos con choque de estructura, definirán su resultado esta misma semana. Se trata de las últimas pinceladas al nuevo mapa multicolor de Guanajuato,
CONTRA RETRATO
Juan Miguel Ramírez
Su salto emergente a la escena electoral fue conocido por todos. De hecho, hay quienes piensan que de ahí comenzó a sumar adeptos sin tener que hacer campaña; se trató de una tragedia que le antecedió a su designación como candidato a la alcaldía de Celaya, una plaza que, dicho sea de paso, pasará a ser bastión morenista al llevarse el carro completo.
Sin embargo, para Juan Miguel Ramírez ese carro completo de inicio sólo puede reflejarse en resultados. Su apabullante victoria sobre el alcalde con licencia Javier Mendoza Márquez, tiene su raíz en la violencia e inseguridad que vive la ciudad cajetera. Es muy probable que sea ese el mismo motivo por el que las encuestas no la previeron.
Al final, el exrector del campus Celaya Salvatierra de la Universidad de Guanajuato (UG) está a punto de convertirse en alcalde y su plan de acción frente al máximo flagelo de Celaya aún no es del todo conocido, más allá de apegarse a las directrices que pretenda marcar el inminente gobierno de Libia Dennise García Muñoz Ledo o el de Claudia Sheinbaum Pardo.
Lo más cercano que se ha expuesto el profesor universitario es que en su gobierno ningún policía hará abuso de su poder ni ejercerá violencia o represión contra la ciudadanía, en clara referencia a las acusaciones que han llovido contra los exagente federales contratados como policías municipales. Un apunte necesario, pero insuficiente.
El futuro para una apuesta de seguridad que en la región se fundó en el papel de un Secretario de Seguridad Ciudadana como Jesús Rivera Peralta, está en vilo a partir de ahora. Mantenerlo o descartarlo, ya debe ser una de las primeras cavilaciones de Juan Miguel Ramírez.