Fabián Razo y Ángel Constantino buscan ‘contagiar’ su ritmo en las calles de Salamanca

Salamanca, Guanajuato.- Fabián Razo y Ángel Constantino han hecho de la música su forma de vivir; desde adolescentes buscan en las principales calles de las ciudades llevar la alegría que les caracteriza a través de la música, aunque apenas los segregan, los estigmatizan y señalan, por ello piden a la población no juzgar y que cooperen.

Los artistas urbanos se han dedicado a estudiar los ritmos de la cultura africana y los ritmos que se mezclan con el bullicio de los ruidos de la ciudad son de Guinea, Mali y Senegal.

Fabián de 38 años de edad, dijo que comenzó su gusto por la música desde que en la escuela aprendió a tocar la guitarra, después unos amigos se fueron a vivir a Jalapa, Veracruz y allá con el movimiento de la cultura africana y ahí aprendieron música a través de talleres y una vez con el aprendizaje regresaron a Irapuato de donde son originarios y ahí enseñaron a los interesados en estos ritmos y justo ahí aprendió estos ritmos que asegura los sigue aprendiendo.

“Esta actividad los ha llevado por las diversas ciudades, hay danza y percusiones; nosotros venimos a las esquinas y presentamos nuestros trabajos en el tiempo que el semáforo nos lo permite porque no hay muchas oportunidades para presentar un espectáculo de manera formal, por ejemplo de parte del gobierno para que abra algún tipo de espacio, normalmente nos piden presentarnos, pero de manera gratuita y como nos dedicamos de tiempo completo al arte buscamos la manera de generar recurso para el sustento.Pero además que la gente conozca un poco de esta cultura que al final es la tercera raíz y como mexicanos tenemos parte de esa raíz africana, tanto en la música como en nuestras tradiciones”, precisó Fabián, quien es papá de una menor de 7 años de edad por lo que dijo tiene que buscar el sustento.

En tanto Ángel de 32 años de edad y quien es artista urbano desde hace 11 años, combinando la música con el arte circense, con el que ha recorrido muchas ciudades, siempre mejorando escénicamente este trabajo.
Consideró que para quienes realizan este tipo de arte urbano hay represión social, pero también hay personas que valoran la manera de expresarse en lo que considera es un estimó de vida:

“De plano hay muchas personas que no nos apoyan, muchas veces si nos discriminan”, precisó.