Ni las plagas son tan fuertes como la sequía en Guanajuato
Guanajuato, Guanajuato.- Gusano cogollero, chinches, tijerilla y chapulines son solamente algunas de las plagas que han atacado los campos de cultivo de la zona bajío en Guanajuato, pero los daños a los sembradíos de granos no se comparan con los estragos que este año dejará la falta de lluvias.
Los terrenos de los municipios de Silao, Romita e Irapuato lucen desolados, estresados ante la falta de humedad y sin esperanza de dar la producción que los trabajadores del campo esperan.
Este periodo las cosechas de maíz blanco y sorgo serán raquíticas, en caso de que se logren, pues muchos productores han comenzado a trillar las plantas a fin de que puedan ser útiles mientras todavía están un poco frescas, al menos para el ganado.
Mientras recorría los campos de cultivo de comunidades que se encuentran en los límites de estos municipios, el presidente de la Sociedad de Porcicultores, Ganaderos y Agricultores del Campo del Bajío, Jesús Marmolejo Ramos, habló de los daños que estos insectos causan a las plantas.
"Están haciendo que la planta no desarrolle... desde que nació la planta tuvimos que aplicarle veneno para que pudiera casarse el gusano, eso nos ha generado muchísimos gastos".
Plantas no han crecido lo suficiente en Guanajuato
Muchas plantas no producirán el grano esperado, lo cual puede constatarse por los daños causados por el gusano cogollero a la hoja bandera, en el caso del maíz. "Es la que agarra los nutrientes para dar la posible producción de grano".
En el momento en que las plantas de maíz debieran tener una altura de hasta tres metros, apenas han alcanzado el metro con 30 centímetros y, en algunos casos, apenas 70 centímetros. "Esto es la realidad: no estamos mintiéndoles, no estamos engañando a nadie", dijo antes de hace un llamado a las autoridades estatales y federales a que tomen acciones a la brevedad para disminuir las afectaciones a quienes forman parte del sector agrícola.
Y es que quienes todavía están decididos a conservar la herencia campesina dejada por sus padres, se dicen desesperanzados ante las situaciones difíciles que se viven en el campo.
"Con tristeza lo vemos porque es lo que sabemos hacer, sembrar nuestras tierras, que produzcan porque esto conlleva a que la gente de las ciudades puedan alimentarse y puedan conseguir granos, frutas y verduras de buena calidad".
El calor y la falta de lluvia no dan tregua, pues "con estas resequedades o alta temperaturas que hay se estresa demasiado la planta".
Quienes no cuentan con una fuente para la extracción de agua sufrirán las consecuencias, toda vez que al no poder hidratar sus cultivos no tendrán utilidad alguna y, por el contrario, tendrán pérdidas significativas.
"Esto es nuestro trabajo, un trabajo muy duro y difícil para nosotros...son temperaturas arriba de 30 grados y tenemos que andar bajo el rayo del sol, por eso es la razón de que a veces nuestros hijos o los hijos de nuestros amigos agricultores ya no quieren trabajar la tierra", expuso Marmolejo Ramos.
A fin de que los estragos sean menores, el líder campesino hizo un llamado a las autoridades de los tres niveles gubernamentales para que destinen recursos económicos para las familias campesinas y que las reglas de operación para que tengan acceso a los distintos programas, se signifiquen.