Pese al regreso de las lluvias, productores no han podido recuperar su ganado en Guanajuato
Guanajuato, Guanajuato.- Durante la temporada de sequía, los que tenían ganado bovino se deshicieron de ellos porque no tenían para alimentarlos e incluso ni siquiera agua, ya que los embalses donde abrevaban se secaron. Ahora que ha habido lluvias abundantes, los ganaderos no han podido recuperar el número de cabezas de ganado que tenían, por lo que el panorama es desolador, aseguró David Pérez Alvarado, presidente de la asociación ganadera local.
Para suplir la falta de reses, los ganaderos están ampliando los hatos de cabras y borregas, por ser una especie que crece más rápido; en tanto, el número de bovinos tardará más en ampliarse. Mientras, los caballos y los burros están desapareciendo; la opción en este momento es el ganado menor y de pastoreo.
“Aun con estas lluvias, la pastura para ganado estabulado está carísima. Está a 2.50 y hasta 3 pesos; antes de la sequía, estaba a 1 peso el kilo de paja, y a 2 pesos; pero luego se llegaron a vender pacas de 400, 500 pesos hasta 2 mil pesos, porque escaseó.
En algunos lugares de Guanajuato, las lluvias dieron un respiro a los ganaderos porque hay pastos. Será un buen año para los pastos, sin embargo, lo grave es que durante la sequía se deshizo de mucho ganado; aunque es un sector que mantiene a muchas familias, la desesperación de no poder sostener su ganado los llevó a venderlos antes de verlos morir porque la comida escaseó”, precisó.
Pérez Alvarado destacó que espera que ahora se implementen programas de apoyo para impulsar esta actividad, que se recupere el ganado, ya sea de traspatio o de establos, si fuera posible, porque hasta ahora no hay programas de apoyo que refuercen al sector ganadero.
De acuerdo con el líder ganadero, los ganaderos de establo y menores se deshicieron de por lo menos el 50 por ciento del ganado, y este lo sacrificaron para consumo de la población. Es decir, quien los compró los sacrificó porque tampoco era viable tener ganado en los corrales, así que se vendió la carne.
“Se tenían corrales de engordas intensivas, pero comenzaron los robos de ganado y luego la sequía, por ello optaron por sacrificarlos. Actualmente, el número de reses en Guanajuato sigue siendo poco porque la gente no quiere ir a otros estados a comprar animales. No se arriesgan porque en el camino son asaltados y los roban, por eso tampoco crece el número de cabezas. El aumento será paulatino con la reproducción de las pocas vacas que quedaron”, precisó.
En las inmediaciones de la comunidad de Huaricho, don Juan, pastor de cabras, dijo:
“Tenía vacas, pero las vendí, no tenía alimento; solo me quedé con unas cabras y son las que tengo. No he podido comprar otras vaquitas y sí se necesitan. A ver si el próximo año”, precisó.
El hombre que pastorea sus cabras expresó que espera que el agua se quede en las presas y que la tierra se aproveche para que haya mucho pasto, y no les falte alimento a sus animalitos por un tiempo, porque comprarles sale caro y no tienen recursos en este momento.
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