¿Nos entendemos o no nos entendemos?

Nos entendemos o no nos entendemos

La relación bilateral entre México y los Estados Unidos es compleja y a lo largo de la Historia ha sido ríspida. Faltaba más, hemos pasado por guerras, por anexiones territoriales, por perspectivas distintas, intereses diferentes, aunque, es preciso darnos cuenta de que es conveniente. Somos como esos primos que ni se parecen ni se caen muy bien pero que más les vale llevarse bien porque les tocó vivir pegados. Somos vecinos incómodos de uno y del otro lado de la frontera, pero nos tenemos que poner de acuerdo porque no hay de otra.

En el rango de complejidades, está el paso del tiempo. Hay mandatarios a los que la relación entre las naciones les gusta más y las promueven y otros que la tensan y la vuelven ríspida. De este lado, ha habido presidentes a los que se les ha acusado de ser proyanquis, de ser huelelillos, lamebotas y a otros de andar tan sobraditos que le jalan los bigotes al tigre. De aquel lado, ha habido mandatarios bocazas, supremacistas, argüenderos y otros que sonríen, alaban la mexicanidad y se confiesan promexicanos. La verdad es que ni a unos ni a otros se les puede creer lo que nos dejan ver a simple vista. Todos tienen sus agendas, los de aquí y los de allá, y siempre se guardan algo en la chistera de lo que nos enteraremos cuando haya corrido el segundero del reloj.

Se reportó que la reunión de alto nivel que sostuvieron el viernes ocho de octubre en la que Anthony Blinken y su equipo estuvieron con Marcelo Ebrard y su comitiva fue un éxito, vamos, una verdadera maravilla. Tanto es así que los paneles de controversia a los que tanto miedo les teníamos —porque el pronóstico no era nada bueno para México— se cancelaron. Y, cuando todo es miel sobre hojuelas, cuando alguien decide abandonar el terreno ganado, a mí me da por sospechar. No hay nada gratis en esta vida y menos en este tipo de negociaciones.

Nos entendemos o no nos entendemos

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Nos entendemos o no nos entendemos

Era claro que se llamó al equipo mexicano para plantearles algo así como: ¿nos entendemos o no nos entendemos? Me temo que el verdadero acuerdo de la reunión no se dijo abiertamente, pero es fácil de deducir. Las sonrisas, las fotos, los abrazos y los resultados indican que el cuerpo de funcionarios de alto rango de México regresó con las manos llenas de éxitos. ¿Qué se dio a cambio?

Parece que el grupo que representó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador accedió a hacerle una tarea a los Estados Unidos que le resulta molesta. Nos endilgaron el tema migratorio y ahora se mantendrá a miles de elementos de la Guardia Nacional haciendo las funciones de patrulla fronteriza y detener el flujo de migrantes que van en pos de su sueño norteamericano. Las negociaciones son un toma y daca. A cambio los mexicanos le pidieron al gabinete del estadounidense Joe Biden que no tomara en cuenta ni las bravatas ni los desplantes autoritarios ni excesos verborreicos del presidente mexicano. Ya ven como es él, habrán dicho. Y al son de si nos hacemos de la vista gorda, si nos ayudan con los paneles de controversia, nosotros le echamos ganas en la línea fronteriza. ¿Va? ¡Va! ¿Nos vamos entendiendo? Ya nos entendimos.

Hay que reconocer que el presidente López Obrador es un hombre sagaz. El encuentro bilateral dejó claro que el mandatario mexicano ha tenido la astucia de hacerse indispensable en los últimos años. ¿Quién diría que un presidente de izquierdas fincaría su relación con el principal socio comercial sobre los polares de la Guardia Nacional? Se le ha tenido que dar como misión principal contener la ola migratoria en la frontera de México con Guatemala. Para los presidentes Donald Trump primero, y Biden después, esto ha resultado muy, muy conveniente.

Tal vez, las sonrisas de Marcelo Ebrard y Anthony Blinken sean sinceras después de todo. Aunque no por las razones que nos dejaron ver. Ambos funcionarios tienen en sus bolsillos buenos resultados. En realidad, para los mexicanos es una buena noticia que los paneles se hayan cancelado y que México tenga buenos entendimientos con su principal socio comercial.

Tal vez, habrá que analizar las consecuencias de este entendimiento, pues mientras estábamos al inicio de esta nueva cooperación, en la frontera entre ambos países eran detenidos más de seiscientos migrantes que viajaban en condiciones dramáticas en las cámaras refrigeradas de tráileres. Una situación que iremos descubriendo más allá de lo que nos dicen los acuerdos, las relaciones diplomáticas, las fotos y las risas. Pero, de que hay entendimiento, lo hay.

Nos entendemos o no nos entendemos

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JRP