Suman dos ataques contra tránsitos de Celaya en menos de cinco días; oficiales exigen seguridad
Celaya, Guanajuato.- En un lapso de cuatro días, se registraron dos ataques armados contra tránsitos municipales. El primero fue el pasado lunes afuera de la Comandancia Norte cuando un elemento salía de turno y fue acribillado a bordo de su vehículo; y la segunda agresión fue la noche del viernes durante un operativo de alcoholímetro y hombres armados llegaron y dispararon contra los agentes viales, producto de la agresión uno murió y otro más resultó lesionado.
Luego de esta segunda agresión, tránsitos municipales comentaron que sí tienen miedo de ser víctimas de la violencia que se vive en la ciudad y de los ataques que han perpetrado grupos delictivos primero a la corporación policiaca, y ahora hacia la Dirección de Tránsito y Policía Vial.
El temor crece porque la mayoría de los elementos de Tránsito y Policía Vial no están armados. Cabe destacar que en la Dirección de Tránsito y Policía Vial, hay elementos del Grupo Roble que son ex policías federales contratados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana y que fueron comisionados como agentes de tránsito; sin embargo la tropa en general no cuenta con armamento por falta de permiso.
Los “Fedeviales”, como algunos les llaman a los ex policías federales, son elementos que están preparados tácticamente y en el manejo de las armas y siempre están listos para responder a las agresiones, de hecho en todos los operativos tienen un arma larga y una corta, así como su correspondiente chaleco antibalas.
Sin embargo los tránsitos municipales no cuentan con armamento, desde hace años el municipio les ha prometido capacitarlos y armarlos, pero la justificación es que están a la espera de la licencia colectiva. Actualmente son 36 los elementos del Grupo Roble y son quienes participan en los diversos operativos que realiza la dirección de Tránsito y Policía Vial, sin embargo, también hay tránsitos municipales.
“El compañero que falleció (en el ataque del viernes) ya tenía muchos años en la dirección, es de nosotros, de los elementos locales. Nosotros no traemos arma, pero todos corremos el mismo riesgo, y ahí se vio. El compañero seguramente no pudo hacer nada, ni defenderse. Sí da miedo, uno sabe que existe el riesgo y salimos de la casa con la incertidumbre de si vamos a regresar y no nos queda otra más que encomendarnos a dios”, platicó Eduardo, quien apenas tiene un año que regresó a la corporación luego de que se salió un tiempo.
El ataque del viernes sucedió mientras que los elementos realizaban un operativo de alcoholimetría, en el Bulevard Adolfo López Mateos casi esquina con Mutualismo, alrededor de las 11:20 de la noche. En pleno centro y cuando aún había movimiento de personas en la calle.
“Francamente sí da miedo, yo tengo 17 años en la corporación y antes no se veía esto. No sabemos los motivos por los que pasó (los dos ataques) pero a cualquiera de nosotros le pudo pasar”, dijo Mario.
Además de los tránsitos armados, está el resto de la tropa que son alrededor de 175 elementos que también participan en los dispositivos viales, pero no pueden portar armas por la falta de permiso por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El Director de Tránsito y Policía Vial, Francisco Frías Méndez, ha declarado en varias ocasiones que se sigue el proceso para obtener la licencia colectiva y que el resto de los tránsitos municipales también puedan portar su respectivo armamento.
Sin embargo, no hay fecha para que tengan la licencia colectiva y puedan ser armados los agentes viales, por ello se contrató a ex policías federales comisionados a la dependencia de tránsito, quienes son expertos en vialidades y hechos de tránsito e identificación de vehículos con números alterados.
“Los compañeros que están armados hacen su trabajo como todos, pero en nuestro caso, qué podemos hacer, yo creo que ni correr porque no te da tiempo, sólo llegan y matan a los compañeros. Se trabaja con la bendición de Dios, es un riesgo sí, da miedo, pero es lo que sabemos y nos gusta hacer”, dijo Juan Carlos.