Paula, trabajadora embarazada, recupera su empleo en la UG tras sufrir despido injustificado
Foto: Alejandro Sandoval
Guanajuato, Guanajuato.- Paula, la empleada de la Universidad de Guanajuato quien denunció un despido injustificado en la Prepa de Silao y que fue ignorada por el rector Luis Felipe Guerrero Agripino al solicitarle atención médica por su embarazo, será reinstalada en su puesto este jueves 2 de marzo.
Así lo acordó la Junta Local de Conciliación y Arbitraje el viernes 24 de febrero, en una notificación a la afectada y a la propia Universidad de Guanajuato, firmada por Mónica Contreras Aguirre, nueva presidenta de la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje para Asuntos Universitarios.
En la notificación, se establece que la Universidad de Guanajuato no ha dado cumplimiento al laudo emitido por dicho tribunal el 24 de noviembre de 2022, habiendo transcurrido un exceso en el término señalado en el artículo 945 de la Ley Federal del Trabajo. Ante ello, se procede a dictar auto de ejecución en contra de la parte demandada, Universidad de Guanajuato.
Con ello, se comisiona al actuario adscrito a ese tribunal, para que lleve a cabo la reinstalación de la trabajadora, en el puesto que venía desempeñando de Enlace Administrativo, en la escuela de Nivel Superior de Silao Guanajuato, con un horario de labores, que se encuentre dentro de los parámetros dispuestos como máximo legales, de acuerdo con el artículo 60 y 61 de la misma ley de la materia.
El resolutivo cita que, respecto a las manifestaciones que se exponen respecto al estado de embarazo que se encuentra la trabajadora que será reinstalada, lo que justifican con un certificado médico, se pone a la vista de la parte demandada, para que manifieste lo que a su interés convenga.
¿Qué pasó con Paula, empleada embarazada de la Universidad de Guanajuato?
Periódico Correo publicó que el rector de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, incurrió en responsabilidad administrativa, al ignorar y no contestar una petición que le hizo Paula, trabajadora de la Preparatoria de Silao, quien fue despedida de forma injustificada, y quien le pidió apoyo para recibir atención médica al presentar un embarazo de alto riesgo.
La empleada fue despedida en 2019, pero obtuvo un laudo favorable y debió ser reinstalada. Sin embargo, hubo un desacato de la Universidad de Guanajuato para hacerlo.
“Me atrevo a escribirle solicitando una cita para exponer mi caso, del cual creo usted no está del todo enterado. Fui despedida injustamente de la prepa Silao, después de una acusación de acoso sexual, realizada por una servidora en contra de mi entonces jefe, y llevo 3 años en juicio”, le explica Paula en el correo electrónico.
En el mensaje, le pide una cita para solicitarle se le apoye con el servicio médico a ella y a su bebé, ya que es urgente y el servicio médico que recibe en el Hospital General carece de mucha atención.
A la fecha, el rector Guerrero Agripino no ha contestado el correo a Paula.
Paula sufrió acoso en la Universidad de Guanajuato
Paula se ha enfrentado a múltiples obstáculos para salir adelante. En septiembre de 2019, denunció penalmente a su agresor, el coordinador administrativo de la Escuela de Nivel Medio Superior de Silao, Alejandro ‘N’ quien es hermano de uno de los integrantes de la Junta Directiva de la Universidad. Él fue nombrado en ese cargo por el rector Luis Felipe Guerrero Agripino.
La Fiscalía General del Estado inició la carpeta de investigación 102799/2019 en la Unidad de Atención Integral a las Mujeres.
Ante la fiscal, Paula relató el acoso en su contra. Contó que su jefe Alejandro ‘N’, en lo sustancial, le decía cosas en doble sentido y de índole sexual que la hacían sentir incómoda.
De acuerdo con la afectada, tras llevarse a cabo la investigación, su agresor se comprometió ante la Fiscalía a cubrir un pago de mil 800 pesos cada mes, durante un año, por concepto de reparación del daño, tanto psicológicos como morales, para no continuar con la demanda en los juzgados.
Por otra parte, en la Universidad de Guanajuato, Paula fue atendida por una psicóloga del Programa Institucional de Igualdad de Género. Sin embargo, era tan hostil su situación que en Recursos Humanos rechazaron justificarle las horas que se ausentaba de su trabajo para recibir dicha atención.
