Rinden homenaje a Enrique Greenwell en Guanajuato capital nombrando pasaje en su honor
El pasaje San Diego-Enrique Greenwell, ubicado entre el Teatro Juárez y el Templo de San Diego en Guanajuato, llevará este nombre a partir del 15 de febrero
Guanajuato, Guanajuato.- San Diego-Enrique Greenwell es el nombre que llevará el pasaje ubicado entre el Teatro Juárez y el Templo de San Diego en Guanajuato Capital desde este jueves 15 de febrero.
En una ceremonia histórica, pues es la primera vez que se otorga tal reconocimiento en vida a una persona guanajuatense destacada por su labor en favor de la sociedad en el municipio. Familiares, amigos, catedráticos y miembros del H. Ayuntamiento de Guanajuato reconocieron al guanajuatense Arquitecto Enrique Carlos Greenwell Castillo, quien en 2010 fue reconocido por la administración municipal con el nombramiento de Guanajuatense Distinguido.
El Doctor Eduardo Vidaurri Aréchiga, cronista municipal de Guanajuato, mencionó que en dicha ceremonia se honra el trabajo de un hombre que, con su labor, contribuye de forma notable a la preservación del patrimonio cultural y la importancia de la costumbre de nombrar calles o lugares por imperativo de la voluntad popular.
“Fue así que algunos episodios que marcaban profundamente a la sociedad dieran paso al surgimiento de las leyendas y que estas a su vez se convirtieran en las denominaciones de las viejas calles, callejones, pasajes, plazuelas y cualquier espacio público".
Origen de Carcamanes y callejón del Truco en Guanajuato capital
Como ejemplo compartió el origen de Carcamanes o la Calle del Truco, entre otros:
“La residencia de algún vecino principal o popular ha sido también históricamente fuente de inspiración para denominar algunos espacios de nuestra ciudad. Tenemos como ejemplo la Calle de Sopeña, denominación que se le dio a este tramo del antiguo Camino Real de Guanajuato en el siglo XVII luego de que se estableciera aquí la residencia de Don Juan de Sopeña de la Herrán, comerciante y empresario minero que contribuyó al desarrollo de la minería de nuestra ciudad”, compartió la historia del nombre de la zona de Marfil que fue en reconocimiento a Don Pedro de Marfil, otro empresario minero destacado.
Asimismo, comentó que se optaba por nombrar las calles con nombres de héroes: Fue así como en el siglo XX la antigua Calzada de Nuestra Señora de Guanajuato se convirtió en la Avenida Juárez.
Otro cambio es la denominación de la Plaza Mayor por el de La Paz a partir del año 1903, o el cambio del nombre de Los Zapateros por Del Estudiante en 1928 a propósito de la celebración del primer centenario de la reapertura del antiguo Colegio de la Purísima Concepción, luego Colegio del Estado, y desde 1945 Universidad de Guanajuato.
Vidaurri destacó que este reconocimiento se haga contando con la presencia del homenajeado: “A propuesta de los integrantes de la Cátedra Unesco, Legislación, Sociedad y Patrimonio de la Red de Cátedras Unitwin con sede en el Campus Guanajuato de nuestra máxima casa de estudios la Universidad de Guanajuato”.
Destacan trabajo del Arquitecto Enrique Greenwell en Guanajuato
Además, destacó el trabajo del Arquitecto Greenwell durante más de seis décadas: “Su pasión y amor por el patrimonio Guanajuatense y por nuestra excepcional ciudad es ejemplar y digno de ser reconocido como lo hacemos en esta ocasión”.
Recordó que muchos de los viejos caserones en la ciudad han sido intervenidos para cobrar nueva vida bajo las propuestas y dirección del homenajeado, también recintos como el Teatro Juárez, la calle Subterránea Miguel Hidalgo, el Templo Parroquial de Nuestra Señora de Guanajuato, la Noria Alta, el Supremo Puente de Tepetapa, la Plaza de la Paz; y desarrolló, además, uno de los proyectos ejecutivos para intervenir el centenario Mercado Hidalgo.
Contribuyó de forma notable en la elaboración del primer reglamento de construcción y conservación de la fisonomía de la Ciudad de Guanajuato en 1985. Asimismo, aportó para la conservación patrimonial de la ciudad de Guanajuato.
Enrique Greenwell hijo mencionó que su padre es para él su fuente de inspiración y conocimiento: “No hay nada más loable que una persona que tenga un conocimiento lo pueda desarrollar y después lo pase. El quedarse con un conocimiento que cuesta trabajo y quedárselo para uno mismo es un acto deplorable y eso es totalmente distinto a lo que el Arquitecto Greenwell ha hecho”.
Mencionó que cualquier persona que ha sido alumno de su padre sabe de la gran estima que se le tiene y conoce que es una persona que ha tenido grandes logros, pero, sobre todo, que comparte su conocimiento.
“Para nosotros, como guanajuatenses, somos muy afortunados de estar en esta joya de ciudad, majestuosa, única, tiene un valor incalculable, y tener a una persona aquí en frente de nosotros que ha dado todo su amor y todo su conocimiento para que este lugar sea mejor y para que lo conservemos y las futuras generaciones lo puedan disfrutar a sabiendas de que algún día alguna persona va a pasar por este pasaje y va a ver un letrero, un nombre, y que se sepa que esa persona dio todo por su ciudad y sobre todo por su familia. Te agradezco mucho, Papá, te quiero mucho”.
La ciudad de Guanajuato es única: Enrique Greenwell
En entrevista a Periódico Correo, el Arquitecto Enrique Carlos Greenwell Castillo comentó la importancia de poder rescatar la historia de quienes, con su trabajo y amor por el patrimonio de la ciudad, han aportado en su construcción arquitectónica y social.
“No somos necesariamente adictos a la historia, a veces se nos hace muy difícil la historia y en el caso de Guanajuato, como en el caso de cualquier ciudad, la historia empieza en el que uno empieza a tener uso de razón, y de ahí en adelante se va haciendo una historia a futuro, pero se están olvidando de la historia del por qué llegaron ahí. Yo quisiera que esto fuera un precedente para que haya gente que lo merece más que yo pero que están olvidadas”.
Destacó que la ciudad de Guanajuato es única, pero no solo para él, sino para todo el mundo: “Yo me acuerdo cómo era Guanajuato en los años 50’s”. Recordó que, en 1850, en una publicación en un diario reconocido a nivel nacional, una publicación a ocho columnas daba cuenta del resultado del censo de aquel año, noticia que reflejaba la situación en la que estaba la ciudad.
“Era que ya éramos veinte millones de mexicanos en el país, y Guanajuato contaba con 17 mil habitantes, era una ciudad prácticamente abandonada porque todo se giraba alrededor de las minas y por todos los sucesos políticos que se dieron a principios del siglo pasado las minas quedaron anegadas y, consecuentemente, abandonadas, eso hizo que hubiera mucha migración y hubiera muchas casas que se deterioraran. Yo me acuerdo de los años cincuenta, pero hay gente como las que yo mencioné que se acuerda de los años cuarenta y así sucesivamente, pero Guanajuato no se acuerda de ellos. Yo lo que invoco es que esto sea un precedente porque tenemos un rechazo intelectual, pasado y presente, que está pasando desapercibido”.
Mencionó que uno de los motivos por los cuales se pierde esta situación es debido al nulo sentimiento por volver a Guanajuato después de que los estudiantes salen de las carreras.
“El noventa por ciento, si no es que más, de los estudiantes que estudian en Guanajuato terminan la carrera y nunca se vuelven a parar en Guanajuato, no hay un espíritu de Alma mater que los atraiga a vivir sus tiempos de estudiante, o sea están matando su propia historia”.
Para el Arquitecto Greenwell, el significado que para él tiene Guanajuato es tenerlo siempre presente: “y que lo dejemos mejor de lo que lo recibimos”.