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Marisol, otra víctima acoso y corrupción en juzgados cívicos de Irapuato

Marisol denunció acoso laboral y corrupción en los Juzgados Cívicos de Irapuato, tras enfrentar represalias y exponer irregularidades graves 

Irapuato

Nancy Venegas

Marisol, otra víctima acoso y corrupción en juzgados cívicos de Irapuato Marisol, otra víctima acoso y corrupción en juzgados cívicos de Irapuato

Marisol exige justicia para su caso. Foto: Eduardo Ortega

Irapuato, Guanajuato.- Por más de 3 años, Marisol trabajó en el área de custodios en los juzgados cívicos municipales, pero dejó ese empleo al darse cuenta de malos manejos como el cobro de parte de algunos de sus compañeros a las personas detenidas para cambiarlas de celda, sufrió acoso laboral del titular de los juzgados José Luis Oñate Padilla por reportar las anomalías.

El año pasado denunció todas las irregularidades en la contraloría municipal y no ocurrió nada.

En 2020 Marisol empezó a trabajar en los juzgados cívicos municipales, pese a los largos turnos, estaba a gusto en su empleo, pero en 2023 todo cambio.

 El año pasado denunció todas las irregularidades en la contraloría municipal y no ocurrió nada. Foto: Eduardo Ortega

"Cuando entro el Licenciado José Luis Oñate empezaron a pasar cosas raras, me di cuenta que algunos de mis compañeros cobraban de 800 a mil pesos para cambiar a las personas detenidas a celdas donde había menos personas, algunas cosas que se quedaban a resguardo como cadenas, pulseras y collares entre otras cosas que traían los detenidos ya no las entregaban", contó Marisol.

En junio del año pasado le externo las anomalías al director de los juzgados cívicos José Luis Oñate, que se limitó a responder que revisaría. Ahí empezó el calvario laboral para Marisol.

"Me separaban, hubo turnos en los que me dejaban sola con más de 50 detenidos, no me permitían moverme ni al baño, ni a comer, son turnos de 24 horas".

Tras las largas jornadas sin alimento, ni bebidas, Marisol se enfermó.

"La cara se me empezó a hinchar, sentía hormigueo, un doctor de ahí de los juzgados me atendió, un compañero me dio una Loratadina y paró, lo que pensamos que podía ser una alergia".

Al terminar su turno Marisol, acudió a un médico particular, que le señaló que se trataba de una intoxicación, pues toda su trayectoria laboral en los separos convivio entre chinches y sufrió picaduras.

Marisol lo pensó mucho. Al ver qué no hubo solución, el 7 de julio del año pasado por escrito presento una denuncia en la contraloría municipal donde narraba las anomalías que ocurrían en los juzgados. En la dependencia solo le sellaron el escrito de recibido, sin el compromiso de que indagarían.

 
Ante el temor a represalias, Marisol ya no se presentó a trabajar. Foto: Eduardo Ortega

Cinco días después, presentó un segundo escrito también en la contraloría con fotografías de un detenido que supuestamente estaba reportado como desaparecido, pero en realidad algunos de sus compañeros lo detuvieron, golpearon y esposaron. También le firmaron el escrito.

"Me llevaron a la secretaria de Seguridad con el director de asuntos jurídicos. Roberto Carlos Sánchez González, que me pidió mi renuncia, pero no quise firmar".

Ante el temor a represalias, Marisol ya no se presentó a trabajar, meses después presento una demanda laboral y en los próximos días se realizará la primera audiencia.

"Vi que no pasó nada en la contraloría el Licenciado Oñate sigue trabajando, ¿que esperaría yo? Solo que se haga justicia", dijo Marisol.

 

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