¿Cómo sobrevivió Chuy, el senderista leonés, a una caída de 45 metros en Moroleón? Esta es su historia
León, Guanajuato.- A Chuy lo salvó caer en el agua bajo 45 metros, relata el senderista leonés cómo sobrevivió a caída en Moroleon. Mientras caía de 45 metros de altura, su único pensamiento fue “ya no la voy a contar”. Chuy Guzmán, de 36 años, es un senderista sobreviviente de León, que este domingo fue noticia viral por la impactante caída que tuvo mientas descendía de una peña en Moroleon. Un milagro, como lo llama él, lo mantiene con vida, pero con fracturas en un brazo y un pie, que espera pronto le regresen la movilidad.
Chuy había hecho rapel unas cuatro veces antes de esta lamentable caída. Es un hombre que ama la aventura. Cada fin de semana aprovechaba para salir a pasear a lugares naturales de Guanajuato, a “trepar cerros”. Desde hace cuatro años se divierte y se relaja de esta forma, una práctica que se ha venido popularizando a raíz de la pandemia.
Este domingo 25 de febrero otra aventura lo esperaba, sin saber que caería de 45 metros de altura haciendo rapel, y que un video del momento exacto se viralizaría. Salió con sus amigos ‘Senderistas sin rumbo’, un grupo que busca nuevos sitios de Guanajuato donde puedan descender haciendo rapel, y que en esta ocasión llegaron al Cañón de Agua Bendita, en Moroleon, a poco más de dos horas de León, en auto.
“Fue un domingo como todos los demás, acostumbramos cada fin de semana a subir al cerro a diferentes lugares de León, u otras ciudades del estado. En este caso me tocó Cañón de Agua Bendita, en Moroleon, nos fuimos ahí un grupo de senderistas. Es un lugar muy atractivo, famoso en la comunidad, íbamos a hacer rapel en esa zona”.
Como las 10 personas que se lanzaron antes que él, Chuy se colocó el equipo de protección necesario: cuerdas, guantes, casco, mosquetones y arnés. El leonés no pagó por el servicio de una guía turística para hacer esta actividad. Reconoce que entre amigos han verificado usar el equipo certificado, pero con el mismo uso continuo, el desgaste los hace correr riesgos.
Su pensamiento se congeló durante la caída, pensó en la muerte, no en otra cosa. Cayó en un cuerpo de agua que lo salvó.
“En esta ocasión al parecer el equipo tenía mucho desgaste, y al momento que me subo yo, se movió el anclaje. Yo me caí con todo y la cuerda. En ese momento yo dije ‘ya se acabó esto’ y mientras iba cayendo no escuchaba nada. Y no pensé ni cómo iba a caer, solo dije ‘hasta aquí’. Me di muchos golpes, empecé a dar maromas, me fui como por un tobogán que está por ahí y al final caí al cañón de agua helada, el agua alcanzó a amortiguar mi golpe final prácticamente, porque iba descendiendo con mucha fuerza. Es agua estancada, muy muy sucia”.
Mientras daba vueltas no escuchaba a sus amigos, quienes gritaban y se lamentaban pensando lo peor, según el mismo video que circuló en redes. Ya estando en el agua, pudo nadar a la orilla del cuerpo de agua, donde se auxilió con los demás conocidos que ya había descendido en rapel antes que él.
“Cuando llegué a la orilla del agua me pude sentar. Levanto la pierna derecha, y veo que el pie lo tenía todo doblado, saco la mano derecha del agua, igual toda quebrada. Mi playera sangrando...”
Increíblemente el caso que portaba lo libró de un fuerte golpe en la cabeza. Ahora lo guarda en su cuarto como un recuerdo de la tragedia, con las grietas que hubiera causado el impacto en su cerebro, pero están en el casco. Su celular también quedó intacto, no le pasó nada.
Las horas parecían interminables. Sus amigos ya habían alertado a Protección Civil, Bomberos y Policía Municipal. Se necesitaron 20 rescatistas para salvarlo. Estaba en una zona boscosa por la que era difícil descender. Tenían que atravesar agua y piedras. Bajar 45 metros de altura.
“Ya después de que el cuerpo de Bomberos y Protección Civil de Moroleon, lograron a rescatarme después de muchas horas, yo estaba subiendo a la ambulancia aproximadamente a las 9 de la noche, y me llevaron al Hospital Regional de Uriangato”, cuenta el sobreviviente.
Los traumatólogos le diagnosticaron una fractura en tobillo y en el brazo izquierdo, que mantiene con aseguradas yeso y vendajes. En el Hospital Regional de Uriangato le dijeron que podría dar seguimiento y atención médica en el Hospital General de León.
Contando el tiempo de reposo, terapias, y tratamiento, probablemente Chuy pase un mes en rehabilitación para recuperar la movilidad y andar por su propio pie.
Chuy es vecino del fraccionamiento Arboledas de la Luz. Desde hace 15 años se dedica a la organización y montaje de eventos. El senderismo y rapel son parte de esa aventura que sacudió y le dio un sentido aventurero a su vida.
Los gastos médicos que se aproximan serán un panorama difícil pues no podrá laborar por al menos unos meses. El leonés pone a disposición de los ciudadanos su cuenta bancaria, para solidarizarse en caso de así desearlo: 4741 7436 1053 1650, Banregio.
Al preguntarle si practicaría nuevamente rapel, Chuy lo duda, al menos por un largo tiempo no repetiría este deporte extremo.
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