Día del abuelo 2023: este es el consejo de un nevero experto a los nietos
León, Guanajuato.- A la vejez, Antonio Muñoz le pone un rico sabor: el de la nieve. El leonés de 61 años es conocido por elaborar nieves artesanales desde hace más de 30 años en la colonia centro, hoy merece un reconocimiento no solo por su culinario oficio, sino porque es digno de ser festejado como muchos adultos y adultas mayores este Día del abuelo 2023, que se celebra el 28 de agosto.
Padre de cuatro hijos y diez nietos, Don Antonio Muñoz, nevero artesanal de la calle Madero, comparte los secretos de su delicada labor, misma que se ha perdido con el tiempo y la llegada de máquinas que suplen su trabajo manual con las nieves. Como dice él, son menos las nuevas generaciones que siguen haciendo nieve en bote.
El local de nieves de Antonio está ubicado en la calle Madero, en la acera del Templo Expiatorio y justo enfrente del restaurante Nona Lola. Ahí, en medio del ajetreo de un domingo vendiendo decenas de vasitos con nieve, cuenta que ser abuelo ha significado una enseñanza sobre el valor de la vida, pero también del dinero.
Insiste en que muchos abuelos y abuelas lamentablemente dependen económicamente de sus hijos, situación que lo obliga a aconsejar que busquen una fuente de ingreso desde la juventud, emprender un negocio para no depender de la pensión, dice en entrevista a Correo, por el Día del abuelo 2023.
“A veces nos cerramos las puertas nosotros mismos, no intentamos en buscarle. Yo, una persona ya de 61 años, me gusta mucho trabajar. Si yo estuviera en una empresa ahorita ya estuviera pensionado, no haría nada, solo con la pensión que te dan, pero si le terqueas a buscar un peso más te da para un antojo, no atenerte nada más a tu pensión (…) dicen ‘es que ya estoy viejo’, hay que buscarle tantito”.
Un trabajo independiente, pero que no se sienta ni se sufra
La filosofía de vida del nevero es la del trabajo independiente, pero un trabajo que se ame tanto que no se sienta ni se sufra, dice. Mezclar la leche y natas para las nieves, la fruta natural, los procesos fríos y el arte de resguardarlas en botes de madera, le dan vitalidad a Don Antonio. Así, no depende económicamente de nadie y a su vez se mantiene ocupado y lejos de la depresión que muchas de las veces sufren los adultos mayores.
“A mí de aquí me sacarán con los pies adelante nada más y seguiré trabajando hasta donde pueda. A mí me falla un pie, pero sigo terco aquí a trabajar (…) te deprime no que estés desocupado, sino que no tengas dinero. Si tu familia tiene hambre, o ahora que empiezan las clases no tienen útiles, te va a dar una depresión. Todos dependemos del trabajo ya, nadie somo ‘junior’, nadie somos ricos. Si los ricos trabajan y cuidan su dinero para poder tener más, nosotros con mayor razón”.
Don Antonio ve con admiración a los adultos mayores que buscan la forma de generar un poco de dinero, desde los que trabajan como ‘viene viene’, los que recogen pet, o los pocos ‘cerillitos’ que aun quedan en algunos supermercados. Menciona las enfermedades que aparecen conforme se llega a la vejez, así como las dificultades económicas y la poca posibilidad para obtener un trabajo por la edad, por este motivo aconseja, que de tener la posibilidad, no dependan económicamente de los hijos o nietos.
“No esperar a que te den, si te dan que bueno, pero si tú lo puedes conseguir adelante. Y ayudarle al prójimo, de todos modos nada se va llevar uno, darles y que ellos te den a ti. Cuando tú tienes amor, ellos te dan amor (los hijos)”.
La labor artesanal a punto de extinguirse
Las nieves de bote o artesanales que hace Don Antonio tiene una forma singular de prepararse. No son cremosas ni tienen conservadores, se hacen al día. Con frutas del momento, leche bronca hervida, nata, y sales industriales que la conservan fría.
“Aquí el producto lo hacemos con leche de vaca, leche bronca que la hierve uno diario. Los limones, su agua, el azúcar, su proceso y a darle la vuelta. Aquí mi compañero llega a las 6 de la mañana y yo llego un poquito más tarde porque me desvelo en la noche preparando las leches, las aguas, la mezcla del sabor”.
Los 10 sabores que prepara al día, entre ellos mango, cajeta, fresa, queso, vainilla, limón, beso de ángel y chocolate, se conservan en botes de aluminio que se almacenan en botes de madera.
La casa donde prepara y vende las nieves es un cuarto frío. Se siente el cambio de temperatura al entrar y el olor a leche bronca son la clara representación de un proceso culinario que en los últimos años ha sido reemplazado por máquinas que mezclan la nieve, pero Don Antonio prefiere usar sus manos para combinar los ingredientes de forma tradicional.
El vecino de la calle Madero aprendió el oficio de nevero cuando tenía 10 años, en los locales de San Juan de Dios, un lugar emblemático para irse a tomar una nieve. Luego, con la receta en mente y las ganas de trabajar su propio negocio, Antonio Muñoz abrió su propio negocio en 1990 en la zona centro. Ya son 33 años de historia en esta rica labor, 18 de estos en el local de la calle Madero.
LC