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Inventan más ‘indígenas por conveniencia’ en Atarjea

Diversas evidencias muestran que en Atarjea se pretende construir artificialmente una supuesta identidad indígena
Municipios

Jorge Luis Ramos Perez

Inventan más ‘indígenas por conveniencia’ en Atarjea Inventan más ‘indígenas por conveniencia’ en Atarjea

Diversas evidencias muestran que en Atarjea se pretende construir artificialmente una supuesta identidad indígena

Eliazar Velázquez y Staff Correo

Atarjea.- De acuerdo con datos proporcionados vía la Plataforma Nacional de Transparencia por la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (SEDESHU), y luego confirmados por el Gobierno de Atarjea, Guanajuato, en este municipio enclavado en la Sierra Gorda se ha emprendido la gestión para que seis comunidades más sean reconocidas como poblaciones originarias, y por lo tanto puedan ser incorporadas al Padrón de Pueblos y Comunidades Indígenas. Actualmente cuenta con cuatro comunidades en ese estatus: El Carricillo, El Piñonal, La Joya y San Antón. Ahora pretende se agreguen El Durazno, Cerro Prieto, El Charco, El Banco, Mangas Cuatas, y Los Álamos.

Indígenas
Comunidades indígenas de Atarjea
Fotos: Correo

Sin embargo, como lo documentó el reportaje publicado en estas páginas en Junio de 2019, con el título: “Se dicen indígenas por conveniencia”, al igual que se hizo hace una década con las cuatro primeras localidades, diversas evidencias muestran que en estos casos también se pretende construir artificialmente una supuesta identidad indígena con el propósito encubierto de que eso les permita acceder a los privilegios normativos y a los presupuestos especialmente designados para ese sector.

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Repiten engaño de 2019

Aquella pieza periodística documentó como tras el “Padrón de Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guanajuato”, publicado en el Periódico Oficial de Gobierno el 2 de Noviembre del 2012, en lo que respecta a varias de las localidades de la región noreste designadas como “indígenas” (en particular las de los municipios de Xichú, Victoria, Atarjea. Santa Catarina y San Luís de la Paz) existió un entramado de invenciones, irregularidades y ligerezas que en su conjunto configuraron un acto de corrupción en doble vía: por parte de las instituciones ejecutoras y por parte de los pobladores, que en muchos de los casos adoptaron una falsa identidad cultural con tal de acceder a más programas y recursos públicos.

Se dicen indígenas por conveniencia
Foto: Correo

Dicha investigación reveló, por ejemplo, que no fueron los habitantes quienes solicitaron formar parte del Padrón. Sino que funcionarios públicos promovieron esa iniciativa manejando ante los pobladores el argumento de que así tendrían acceso a más beneficios. Por eso, hasta la fecha, muchos de los habitantes lo asumen como un programa institucional que llegaron a ofrecerles. Diversos testimonios recabados coincidieron en una misma versión: los nombraron indígenas con la promesa de recibir más recursos. Pero a la fecha todavía ni siquiera saben con certeza a que etnia pertenecen.

Tanto el gobierno estatal como su contraparte federal a través de la entonces Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, ahora INPI, así como los gobiernos municipales y los propios habitantes, se involucraron en ese proceso como un suceso rutinario e intrascendente. Como si adquirir esa identidad resultara un mero trámite burocrático sin mayores significados en la vida individual y colectiva.

Luego de una nueva investigación realizada por Periódico Correo, todo apunta a que once años después esta iniciativa del gobierno municipal de Atarjea adolece de la misma ligereza institucional, y que se está frente al inminente riesgo de sumar un engaño más a la historia regional. Esto tendrá severas repercusiones particularmente en lo que concierne a las nuevas generaciones. A ellas se les forzará oficialmente a cultivar una narrativa cultural que no se corresponde con su realidad.

Atarjea
Niña de Atarjea. Foto: Coreo

Procedimiento irregular…

En 2019, consultada Sedeshu con motivo del reportaje citado, informó que un paso inicial y fundamental del procedimiento para que una localidad sea reconocida como indígena es que ésta acredite esa calidad. Por ello deberá verter en una monografía la información correspondiente a su estructura, organización y cultura. Esto debe ser realizado por una consultora “no gubernamental” mediante una metodología participativa.

Este 2022 esa misma institución informó que el municipio de Atarjea entregó a fines de 2021 el total de la documentación requerida. Y al consultarle sobre el estatus del trámite, indicó: “se encuentran en proceso de actualización de los datos al Censo INEGI 2020”.

En 2011 se formalizó un contrato por 372 mil 830 pesos con “La Universidad de Celaya”, representada por “Educación Superior de Celaya A.C.”, en el que por parte de Gobierno del Estado firmó la C. Alejandra Noemí Reynoso Sánchez, entonces Secretaria de Desarrollo Social y Humano, para “Identificar y caracterizar a los sujetos sociales de derecho colectivo, o titulares de derechos y obligaciones, en el ámbito indígena-comunitario del estado de Guanajuato”,

Consultada ahora respecto a su participación con las nuevas comunidades solicitantes esta instancia estatal se deslindó, afirmando que “no cuenta con registro de erogaciones para la elaboración de documentos monográficos en localidades indígenas. (…)Asimismo, hago de su conocimiento que la Coordinación de Atención a Grupos Vulnerables únicamente interviene en la revisión de la información entregada por la autoridad ante la cual se acredita la calidad de pueblo o comunidad indígena, lo anterior de conformidad a lo establecido en el artículo 7º de la Ley para la protección de los Pueblos y Comunidades Indígenas en el estado de Guanajuato.”

Senadora
La hoy senadora Alejandra Reynoso, se deslindó del proyecto actual de “indigenización” de Atarjea. Foto: Archivo

Argumentos forzados y sin solidez

Se preguntó al gobierno municipal de Atarjea respecto a los argumentos de índole cultural y social en los que el municipio sustenta su solicitud. Se le pidió puntualizar, por ejemplo, a qué pueblo originario pertenece cada una de las seis localidades. También qué lengua, usos, costumbres, fiestas, rituales, música, danza o gastronomía indígena preservan. O cualquier otro dato que permita comprender por qué tienen esa supuesta identidad.

En respuesta se entregó un documento de 34 páginas donde aparentemente aporta información por cada comunidad. Aunque en realidad reitera casi lo mismo en todas mediante el copia y pega de párrafos muy idénticos.

Los ejes de sus argumentos son frágiles y superficiales. Por mencionar, soporta las supuestas identidades indígenas en lo que los autores nombran como “Ciclo anual festivo y ritual”, haciendo una mezcolanza de devociones católicas, festejos escolares y momentos del ciclo agrícola a los que otorgan ritualidades y connotaciones sagradas que en los hechos no son vividos así por los Atarjeenses.

Igualmente se hace énfasis en la costumbre de las “faenas”, en el uso de plantas para curar algunas enfermedades, y la gastronomía de antaño. Cuando todo eso en realidad no constituye una característica diferenciadora con la demás población campesina mestiza de la Sierra Gorda guanajuatense, que en su totalidad ejerce esos mismos usos y costumbres. Aunque en el caso de “las faenas” quienes redactaron el texto intencionalmente sobredimensionan esa práctica para encontrar lazos forzados con lo prehispánico, cuando es del conocimiento público que ese tipo de trabajo colaborativo en obras comunales está en franco declive luego que el uso político clientelar de los programas oficiales ha debilitado las ancestrales prácticas de auto sustentabilidad.

Periódico Correo consultó a una docente que recientemente se desempeñó como directora de secundaria en una de esas localidades. Ella, al contrario de esas afirmaciones, relató las complicaciones que experimentó para que los habitantes participaran en labores de beneficio común.

Faena
Foto: Especial

Argumentan cultura otomí sin fundamentos

También, sin ningún sustento sólido, el texto menciona que se auto reconocen como comunidades otomíes. Aunque nada se precisa de las características específicas de esa cultura, y solo se remiten a lejanas referencias de alguna persona que antaño habló esa lengua. Pero ni siquiera eso es un soporte contundente, pues por las migraciones internas propias de los convulsionados siglos XIX y principios del XX así como por circunstancias del comercio interior hubo personas de diversos orígenes que se adentraron sierra adentro. Pero así como lo hicieron personas otomíes oriundas de Tierra Blanca, igual lo hicieron españoles y en menor medida hasta franceses e italianos.

El documento es tan deshilvanado y carente de rigor que cita como datos irrebatibles fragmentos de lo narrado en alguno de sus libros por el agrarista ludovicense don Alfredo Guerrero Tarquín (1909-1983), quien en algunas crónicas de sus andares por los cerros y nacientes ejidos en la década de los años treinta del siglo pasado, consignó algunas referencia a los antiguos chichimecas. Pero él lo hizo en el tono y contexto de construir atmosferas literarias, sin remitirse a fuentes precisas.

Supuesto autor rechaza haber escrito el documento

Buscando conocer quién realizó ese documento, así como la temporalidad de cuando se redactó, se preguntó al gobierno municipal de Atarjea. Este respondió se elaboró el 29 de junio 2021 y también informó mediante un oficio que su autoría no es de algún investigador especializado o alguna institución académica, sino que es obra de Filimón Hernández Martínez, agregando que en ese lapso éste se desempeñaba como titular del área de Desarrollo Social. También en su respuesta se precisa “no cuenta con profesión” y que no tuvo costo alguno.

Filimón Hernández Martínez
Filimón Hernández Martínez. Foto: Correo

Sin embargo, Periódico Correo buscó al supuesto autor, quien aún labora en otra área de esa administración. Éste categóricamente desmintió esa información proporcionada mediante mecanismos institucionales. Y aparte de no asumir la autoría del documento, sitúa su realización años antes de las fechas que oficialmente se manejan. Así lo explica:

“A propuesta del presidente de entonces José Luis Rivas (2015-2018) vinieron personas del estado de Querétaro a hacer un levantamiento sobre las raíces de las comunidades. No sé hasta donde siguió el tramite, ya no supimos nada de esas personas, ya no volvieron. La actual alcaldesa María Elena Ramos nada más le ha dado continuidad”.

Indígenas
El exalcalde de Atarjea, José Luis Rivas. Foto: Especial
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Maria Elena Ramos, actual alcaldesa de Atarjea. Foto: Especial

Correo: -¿Pero ellos hicieron el estudio o usted?

No, ellos fueron con cada una de las comunidades reunieron a la gente, les preguntaron de sus costumbres, de lo que se acordaban de sus ancestros, recopilaron toda esa información, y se la llevaron. El presidente me dijo: te encargo esto porque van a venir unas personas y tú las llevas a las comunidades… Por eso yo anduve en eso acompañándoles. Era como una empresita, una empresa que se dedica a eso y le pagaron, pero venían de Querétaro. La verdad no me acuerdo el nombre. Tal vez quedó la idea como si yo trajera ese proyecto, pero yo lo que me traje en ese tiempo fue un acta donde firmaron cada una de las comunidades. Era un listado de las gentes que si querían”.

Documentos sin argumentos o inexistentes

Otro de los requisitos que Sedeshu señala es un oficio de las autoridades comunitarias al presidente municipal donde se expongan los motivos culturales que los identifica como indígenas. Este medio obtuvo seis documentos fechados algunos el 29 y 30 de junio y otros el 2 de julio de 2021, firmados por la alcaldesa María Elena Ramos Loyola, y el delegado auxiliar respectivo. Invocando el Convenio 169 de la OIT únicamente se expone que estas autoridades procedieron a “validar” que esa comunidad se auto adscribe y se define como comunidad indígena. Pero sin ningún argumento mayor, ni evidencia de que en dicha disertación hayan participado los habitantes del lugar.

Oficio

Luego, otro momento legal decisivo es la aprobación de todo este proceso por parte del Ayuntamiento. El paso siguiente seria “El Presidente Municipal envía al Secretario de Desarrollo Social y Humano la monografía y el acta de la sesión de Ayuntamiento avalando los trabajos”

Al respecto, se solicitó al municipio copia del Acta de la sesión en la que se acordó realizar la solicitud y/o iniciar los trámites para la incorporación de esas nuevas seis localidades al Padrón de Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guanajuato. Sin embargo, dicho documento no existe, como se puede corroborar en su respuesta textual.

“Después de haberse llevado a cabo la búsqueda en los archivos de la Dirección de Desarrollo Social, así como de la Secretaría del Ayuntamiento, se desprende que no obra Acta de sesión de Ayuntamiento donde se haya sometido a aprobación el inicio de trámites para incorporar al registro en el Padrón de Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guanajuato, las localidades arriba mencionadas”

Hablan los pobladores:

Para que nos lleguen más ayuditas”

Comunidad Los Álamos
Comunidad Los Álamos en Atarjea. Foto: Correo

En busca de la versión de los pobladores, Periódico Correo hizo un recorrido por dos localidades que pretenden ser declaradas indígenas.

En Álamos, desde el patio de su casa en la falda del cerro, un campesino de edad avanzada, así respondió:

Correo: ¿Cómo está eso que andan queriendo los nombren indígenas?

-El que sabe es mi sobrino, estaba de delegado en ese tiempo y él andaba haciendo ese jale. Nomás que tiene una siembras y ya viene tardecita de la milpa. Junto con el subdelegado movió ese jale”.

Correo: ¿Y cómo de que cultura indígena son?

-Ya no me acuerdo para no echar mentiras. Cuando se hizo eso nos hicieron preguntas pero mucha gente como los nuevos ya ve que luego dicen no que esto que lo otro, pero yo pienso que para ese jale uno que ya está viejo es el que sabe.

Correo: ¿Aquí hablan alguna lengua indígena?

-No, de eso si no

Correo: ¿Entonces por qué esa solicitud?

-No sé, seria nomas por ver si llegaban apoyos de gobierno. Alguna ayudita más. Ya ve que como en el Carricillo ahí según son indígenas desde hace poco y seguido les llegan apoyos. Pero no estoy bien enterado, para no mentirle no se bien como haya quedado ese jale.

Correo: ¿Y los jóvenes quieren ser indígenas?

-Unos si, otros no. Muchos dirían que ser indígena como que no está bien, pero otros si querían porque que tal y hay otra ayudita más o trabajos o lo que sea.

“Es para que lleguen más apoyos”: delegado auxiliar

Por su parte, el delegado auxiliar, suspendiendo momentáneamente las labores que estaba realizando con unos caballos, comentó:

-Como que si había escuchado que está eso en trámite pero no estoy bien enterado porque tengo poco en el cargo, eso ya tiene tiempo como unos tres o cuatro años. Parece que sí hicieron una junta en ese tiempo para platicar de eso, pero la gente casi no acude mucho en las reuniones, como que recuerdo que después anduvieron consiguiendo más firmas con los que no asistieron.

Correo: ¿Ustedes tienen raíces indígenas aquí?

-Como que se me hace que no. Yo en lo personal veo que ha cambiado mucho, y luego ahorita más con el internet cambia más todavía. Aquí todos hablamos igual, no hay ninguna lengua que conozca uno aparte de la que normalmente hablamos

Correo: ¿Considera que Álamos es muy parecida en sus costumbres a todas las comunidades de Atarjea?

Si pues es lo mismo, pero ese trámite es para que lleguen más apoyos, fue lo que más o menos nos dimos cuenta que esa era la intención cuando hicieron esa solicitud

Otros hombres y mujeres reunidos en el cauce seco de un rio para lo que parece será una reunión, en entrevista igualmente confirmaron no tener claro de que pueblo indígena serian si los nombran y tampoco saben qué ha pasado con esa solicitud. Solo aseguran que es “para que nos lleguen más apoyitos”,

En Mangas Cuatas ni siquiera estaban enterados

Comunidad de Mangas Cuatas
Comunidad de Mangas Cuatas. Foto: Correo

En la comunidad Mangas Cuatas, este medio dialogó con la delegada auxiliar. Sus respuestas confirman que los autores del documento que sustenta la solicitud se prestaron a construir mediante artilugios lingüísticos una realidad ficticia y a modo. Así lo muestra esta aseveración desmesurada que puede leerse en esas páginas:

“Mangas Cuatas es un punto central de la cultura otomí en el municipio de Atarjea. Es uno de los centros importantes de encuentro entre las comunidades que comparten ritualidades en común, que acuden a las festividades de la comunidad”.

Correo: ¿Sabe usted que su comunidad emprendió un trámite para ser catalogada como indígena?

-No, no estoy enterada.

Correo: ¿Usted considera que hay argumentos suficientes para que los consideren indígenas?

-Pues la verdad no estaba enterada. Yo soy aquí nacida, pero a la mejor porque soy joven no sé si haya alguna razón para eso. Nadie habla otra lengua. Yo aquí nada más he oído que estuvieron los chichimecas que habían pasado aquí, pero no sé nada más. Por ejemplo allá por la comunidad del Toro hay una cueva que le llaman “de la rata”. Allá si hay ¿cómo se llaman los dibujitos que hacían?… También han encontrado como cosas de antes.

He oído que en mi comunidad si habían encontrado cosas también, pero yo creo no las tienen guardadas, porque aquí la gente como que a veces no conoce de eso. Es que como le digo, a la mejor si había cosas ahí, que dijeras pues aquí estuvieron los indígenas, tal cultura… Tengo todavía una abuelita, como de setenta años que cura de espanto y tiene costumbres de antes, pero de lo indígena no me ha dicho nunca nada. También tenía una tía grande ya falleció, ella si conocía de todo. Pero yo apenas tengo un año de delegada y no sé exactamente por qué empezó esa solicitud. No estaba enterada.

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Hasta los funcionarios dudan

Atarjea
Sierra de Atarjea. Foto: Correo

El propio Filimón Hernández Martínez, funcionario municipal que por entonces estuvo cerca de ese proceso, abona a las dudas respecto a la solvencia y seriedad institucional de esta pretensión de sumar seis comunidades más de Atarjea al Padrón Indígena estatal.

Correo: ¿Qué opinión tiene de las comunidades que pretenden ser reconocidas como indígenas? En particular en Álamos o Mangas Cuatas. ¿Ve alguna razón sólida o fue porque el presidente de entonces dijo: esas me las agregas también?

-Pues yo también me quedo pensando. Por ejemplo es el mismo caso de San Antón, que ya la decretaron y está juntito de Mangas Cuatas. En si no sé cuál sería el motivo de que las quisieran designar así. Yo también me quedo con esa duda. Por ejemplo, en El Durazno mi abuelita hablaba el otomí, pero no era nativa de ahí, ella había venido de Tierra Blanca.

En ese tiempo que se empezó con ese proyecto se manejaban tres apoyos. Decían que al ser comunidad indígena tenían derecho a que se les pavimentara su calle, el alumbrado público y parece que agua potable. Por eso la gente dice: ‘no pus’ yo le entro porque sí necesitamos esos apoyos’. A lo mejor por eso el interés, tenían la idea de que siendo comunidad indígena ya tenían derecho a eso a lo de ya…

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