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70 años del voto de la mujer en México

Opinión

Otto René Cáceres Parra

El martes 17 de octubre se conmemoró el 70 aniversario del derecho al voto de la mujer en México. En esa misma fecha, pero de 1953, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines promulga en el Diario Oficial de la Federación (DOF) las reformas constitucionales a los artículos 34 y 115 que posibilitaron a las mexicanas ampliar sus derechos políticos y civiles, permitiéndoles gozar de ciudadanía plena concediéndoles el derecho de ser postuladas, votar y ser votadas como candidatas en todos los procesos electorales para elegir autoridades en los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal).

Una vez llevada a cabo la aprobación y modificación constitucional, las mujeres de todo el país harían efectivo su voto, sufragando por primera vez el 3 de julio de 1955 en la elección de diputados federales a la XLIII Legislatura. Si bien la fecha es de gran relevancia para el desarrollo de nuestro país como democracia representativa (aquella donde el poder político procede del pueblo, pero no es ejercido por él sino por sus representantes elegidos a través del voto) nuestro país cuenta con antecedentes de lucha por el voto de la mujer, siendo uno de ellos el movimiento liderado por Laureana Wright, quien entre 1884 y 1887 fundara la revista Violetas del Anáhuac, impulsando a otras mexicanas a participar en la vida pública de finales del siglo XIX, así como durante el periodo revolucionario, buscando la igualdad entre mujeres y hombres. En 1916 se lleva a cabo en Yucatán el primer congreso feminista que demandó, como uno de sus principales acuerdos, se otorgara el voto a las mujeres.

Ese mismo año Hermila Galindo presentaría una iniciativa al Congreso Constituyente en Querétaro abogando por la inclusión del voto femenino en la constitución de 1917 siendo rechazada. Un año después desafiaría las leyes postulándose como candidata federal por el V Distrito Electoral de la Ciudad de México, marcando con un ello un hito en la lucha por la reivindicación de los derechos políticos de las mujeres.

El 18 de noviembre de 1923 las mujeres votarían por primera vez en Yucatán, siendo Elvia Carrillo Puerto la primera mexicana electa al congreso local junto a Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce, desempeñando su cargo solo por dos años, renunciado al mismo en virtud de las amenazas de muerte recibidas, consecuencia del asesinato del gobernador Felipe Carrillo Puerto. El 13 de julio de ese mismo año, el gobernador de San Luis Potosí expide un decreto que concedía el derecho de la mujer a votar y ser votada en elecciones municipales, mismo que sería suprimido al año siguiente, reconociéndose en 1925 en Chiapas el derecho a votar a las mujeres.  

Durante la administración del presidente Lázaro Cárdenas el Congreso de la Unión aprueba una iniciativa de reforma al artículo 34 de la Constitución que le otorga el derecho al voto a la mujer y aspirar a cargos de elección popular. No obstante que esta iniciativa fuera aprobada por ambas cámaras y las legislaturas de los estados, el cómputo y declaratoria para su vigencia nunca se concluiría debido a la argumentación del Partido Nacional Revolucionario (antecedente del PRI) en el sentido que el voto de las mujeres podría verse influenciado por los curas.

Sería hasta el gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés, el 12 de febrero de 1947, la publicación de la reforma al artículo 115 constitucional otorgando el derecho y permitiendo a las mujeres ser votantes y candidatas en elecciones municipales. El 6 de abril de 1952, a una sola voz que exclamaba ¡que lo repita! ¡que lo repita! 20 mil mujeres reunidas en el parque 18 de marzo de la Ciudad de México exigieron al candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines cumpliera con su promesa de plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas, cumpliendo el mandatario su palabra el 17 de octubre de 1953 promulgando las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal, haciéndolo efectivo hasta el 3 de julio de 1955 eligiéndose a las primeras cinco diputadas federales y dos senadoras en 1964.

Tendrían que pasar 24 años, a partir del reconocimiento del derecho al sufragio de la mujer en 1955, para que nuestro país eligiera a la primera mujer gobernadora, Griselda Álvarez, electa por el estado de Colima, y en 1987 a Beatriz Paredes Rangel por el estado de Tlaxcala. A partir de entonces ha continuado la lucha de las mujeres por su derecho a participar en la toma de decisiones del país.  

Sin duda existen muchas más mujeres que abrieron y continúan ampliando el camino en el ámbito de la política y otros terrenos permitiendo reivindicar sus derechos eliminando desventajas culturales, políticas, sociales y económicas. En este tenor en 2018 se consigue por primera vez contar con paridad en el Congreso además de tres diputaciones de mujeres indígenas.

Sin duda, el voto de la mujer en México es consecuencia de la voz de aquellas que las antecedieron y que fueron silenciadas en lucha por la igualdad y el despertar democrático nacional. Celebro ampliamente que hemos avanzado lo suficiente para permitirnos contar en el proceso electoral del siguiente año (2024) con dos candidatas a la presidencia de la República, compitiendo y con amplias posibilidades de alzarse con el triunfo. Ha sido un largo camino desde 1884 nos queda, como sociedad, seguir fomentándolo y nutriéndolo.

@ottorenecaceres

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