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8 de marzo Día internacional de las Mujeres; sí las vemos y las escuchamos

Opinión

Oscar Alfredo Silva Ortiz

Este 8 ocho de marzo de 2025, en recuerdo de aquel 8 de marzo de 1857, de otro, pero de 1908 y finalmente de un 8 de marzo de1975; las mujeres han vuelto a salir a las calles exigiendo su derecho a la justicia de género; a protestar con energía y coraje en contra del poder opresor, que durante siglos las ha excluido, silenciado violentado, abusado, invisibilizado. Ese "poder opresor patriarcal" como lo llaman, que se utiliza para describir un sistema social, políticos y cultural que perpetúa la desigualdad de género y privilegia a los hombres sobre las mujeres y otras identidades de género.

 Un 8 de marzo de 1857, mujeres que laboraban en la industria textil de Nueva York, apodadas como “garment workers”, decidieron organizar una huelga para pelear por salarios igualitarios y jornadas laborales humanas, sin embargo, agentes de la policía las detuvieron, pero eso no las hizo abandonar su encomienda, pues dos años más tarde crearon su sindicato para pelear por sus derechos, los cuales fueron nulos. Hasta la Resolución 3010 (XVII) de la Asamblea General de las Naciones Unidas fue una resolución adoptada el 18 de diciembre de 1972 en la que se proclamó el año 1975 como el Año Internacional de la Mujer.

Desde entonces se considera el derecho de las mujeres a la justicia de género es esencial para garantizar una sociedad equitativa e inclusiva. Implica que las mujeres puedan acceder al sistema de justicia sin barreras, igualdad sustantiva sin discriminaciones, y que reciban un trato justo en todos los aspectos legales y sociales. Pese a que ahora las mujeres están llegando a puestos poder, donde se toman las decisiones, ellas aún no se sienten plenamente representadas.

Es tanto su enojo y frustración, que vemos con tristeza y dolor; pero con comprensión, que en esta conmemoración, llegaron a expresar su coraje y frustración, realizando actos hostiles de destrucción que rayan en vandalismo, ejecutando actos de destrucción voluntaria de la propiedad pública y privada, vemos con estupor las quemas e incendios de las puertas de la presidencia municipal de León y del Teatro Juárez en Guanajuato, como escenas dantescas e injustificables.

Lo importante es que rescatemos las razones de esta lucha desigual, la cual se debe ver plasmada en las leyes y puesta en práctica en la vida de todos. Para lograr la justicia de género se requiere:

  • Equidad en el acceso a la justicia: Asegurarse de que las mujeres, independientemente de su situación económica o social, puedan acceder a servicios legales de calidad.
  • Erradicar la violencia de género: Implementar más y mejores medidas para prevenir, atender y sancionar todas las formas de violencia contra las mujeres.
  • Educación y sensibilización: Promover una cultura de respeto e igualdad de género desde temprana edad en el seno familiar y en las escuelas.
  • Representación inclusiva: Aumentar la participación de mujeres en posiciones de liderazgo dentro del sistema de justicia.

Debemos dejar atrás la doble moral que se refiere a la aplicación de diferentes normas o principios de manera inconsistente, según la persona, situación o grupo involucrado. Es decir, una persona o sociedad sostiene ciertos valores o reglas, pero los aplica de manera distinta según le convenga o en función de quién sea. La doble moral suele ser criticada porque refleja una falta de coherencia ética y justicia en la manera de actuar o juzgar a los demás.

El criterio del bien y del mal este impuesto por la razón humana. Se basa en lo bello y en lo perfecto. Descansa en la conciencia humana y el espíritu, cuya fuente tiene una inmanente e indefectible vocación al bien. Ver lo bueno de nuestros actos en la medida que los queremos y nos hacemos conscientemente responsables de sus consecuencias.

Las demandas de las mujeres deben ser atendidas, visibilizadas y escuchadas por las autoridades. En la medida en que se pretenda seguir ignorándolas, o atropellar sus derechos; ellas seguirán manifestándose y elevando su voz, de formas, cada vez más hostiles hasta lograr sus objetivos.

Se seguirán incrementando los niveles de violencia, incluso en contra de nuestras autoridades. Al aumentar el enojo y la frustración ante la pobreza y el desempleo, al grado que ahora tienen que incrementar las medidas de seguridad, hasta no poder salir a la calle, con un número mayor de escoltas, por miedo a lo que les pueda pasar. 

Si los gobiernos no llevan a cabo acciones reales, concretas efectivas y afirmativas para atender el problema de la violencia de género, las desapariciones forzadas, los feminicidios, las violaciones; y por el contrario, continúan maquillando, invisibilizando, negando o silenciando a quienes denuncian. Estaremos creando las condiciones propicias, para que los actos vandálicos que vemos en las manifestaciones de mujeres se repitan cada vez más, ya que no es lógico que, nos duelan más las piedras de los edificios históricos dañados, que los cuerpos de las mujeres que se ven violentadas.

Tengamos presente que la vida y los derechos de las mujeres, son bienes jurídicos tutelados en el derecho penal, que están por encima de la propiedad.

 

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