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Castigos ejemplares

Opinión

Juana Adriana Rocha

La mediatización de los casos de violencia contra las mujeres deberían ser una advertencia a los agresores, sin embargo, la justicia no siempre llega.

La sentencia de 17 años y seis meses de prisión a Rodolfo ‘Fofo’ Márquez, generó satisfacción entre la opinión pública. El influencer, conocido por presumir su fortuna, autos, viajes y propiedades, lo perdió todo, excepto la (mala) fama.

El 22 de febrero de 2024, se viralizó el video donde el ‘Fofo’ golpea en un estacionamiento a Edith. La víctima pasó 30 días en cama tras la agresión. Las indignantes e incómodas imágenes aceleraron la detención del responsable.

Nada queda de la sonrisa que mostraba el sujeto en aquella fotografía tomada cuando cayó en manos de la justicia. El mismo que llegó a declarar “a mí me tocó romperla, me tocó ser una estrella. Famoso, poderoso, millonario, con buen cuerpo, soy Dios”, llegó a suplicar ante el juez, a llorar implorando perdón, a temer por su vida.

La caída en desgracia de un ‘junior’ que se creía impune es digna de celebrarse… ¿o no? Aunque parezca difícil de creer, en redes sociales se abrió el debate acerca de si el castigo al ‘Fofo’ es justo o desproporcionado. Estamos otra vez frente a la minimización de la violencia contra las mujeres, esa que al día deja 10 víctimas por feminicidio, en promedio, esa violencia que se calla por vergüenza y miedo en la mayoría de los casos.

Desproporciones

Márquez fue condenado por tentativa de feminicidio. La ley define este delito como la “intención de privar de la vida a una mujer por razones de género”; el crimen no se concreta por circunstancias ajenas. Pero hay quienes creen que debió ser sentenciado por lesiones.

¿’Fofo’ pretendía matar a Edith? Basta ver la brutalidad plasmada en el video de los hechos. Estamos hablando de un hombre que por un ‘rasguño’ a su auto, golpeó a una mujer, la pateó mientras estaba en el piso, hasta casi dejarla inconsciente. Ni siquiera le importó la presencia de otros automovilistas, parece habituado a siempre responder de tal manera.

‘Desproporcionada’ no es la sentencia que recibió, sino su reacción a un incidente menor.

Algunos internautas sostienen que los casos mediáticos desvían la atención de los delitos que no se viralizan. Olvidan que es prácticamente imposible que toda agresión en contra de una mujer quede grabada. Olvidan que la desconfianza y descrédito siempre recaen en las víctimas. Pasan por alto que un castigo ejemplar podría, en el mejor de los escenarios, frenar a todos los violentadores que se creen impunes, intocables.

En ocasiones, ni siquiera basta la mediatización para que se haga justicia. El 10 de agosto de 2023, Milagros Meza fue apuñalada en la ciudad de León, a plena luz del día. El crimen alcanzó relevancia internacional debido al video de una cámara de seguridad. Las terribles imágenes dieron la vuelta al mundo, parecía que no era necesaria más evidencia para condenar al responsable, plenamente identificado.

Pero la defensa del agresor, de nombre Miguel, ha logrado postergar audiencias al grado de lo ridículo. Los abogados niegan que se trate de un feminicidio, afirman que fue un delito patrimonial, aun cuando el criminal no se llevó consigo ninguna de las pertenencias de Milagros.

Bien dicen que la justicia es ciega. Y la sociedad finge serlo cuando en su entorno hay indicios de que una mujer es maltratada. Es hasta que contundentes imágenes circulan en redes sociales cuando se nos obliga a abrir los ojos ante una realidad que cobra 10 vidas al día.

Víctimas y victimarios

En entrevista para el ‘El Heraldo de México’, Rodrigo Márquez, hermano de ‘Fofo’, pidió un juicio acorde a la ley. Declaró: “si hubiera sido mi mamá, (…) sí me hubiera gustado que (el agresor) tuviera un castigo, pero yo no podría tener a una persona en la cárcel toda la vida, es algo que a mí me quitaría el sueño. (…) Ella no lo hubiera hecho tan grande, le choca estar en boca de todo mundo”.

Sin embargo, Xóchitl Alcaraz, madre del ‘Fofo’, no ha dudado en dar múltiples declaraciones a la prensa en defensa de su hijo. “No es un monstruo, creó un personaje”, ha dicho. “Quizá mi error fue darle tanto amor”, sostuvo en entrevista con la periodista Adela Micha.

La familia enfatiza que están pasando por momentos difíciles, hablan de su dolor y desesperación.

El pasado viernes se filtró otro video que se suma a la controversia, donde policías maltratan y amedrentan al ‘Fofo’ en Barrientos. La directora del penal y los elementos involucrados, fueron despedidos. Xóchilt Alcaraz se posicionó de nueva cuenta, alegando que teme por la vida de su hijo y que buscará a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, para pedirle que lo traslade al penal de Texcoco.

También el 31 de enero, Rodrigo Márquez publicó un post motivacional en Instagram. Entre imágenes en la playa, meditando, haciendo deportes, jugando con su mascota, en conciertos, envía el mensaje: “No importa cuántas veces la vida nos golpeé, (…) nada podrá detenernos”.

Así se busca desarrollar una narrativa donde Márquez pase de victimario a víctima. Así se pretende minimizar un hecho terrible, borrar la otra historia, la de Edith, la verdadera afectada; la historia de miles de mujeres golpeadas, ultrajadas, humilladas, que tal vez han perdido la esperanza de obtener justicia. Edith la consiguió, y sin embargo, esa justicia no deja de cuestionarse.

LO SUPERFLUO: El debate que generó el caso del ‘Fofo’ Márquez es necesario para contrarrestar la violencia machista.

LO PROFUNDO: Es lamentable que surjan argumentos para justificar o minimizar una agresión, pese a toda evidencia posible.

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