Diego Sinhue: sucesión con rasgos patriarcales….
Diego Sinhue: sucesión con rasgos patriarcales….
Hace días, en Doctor Mora, al micrófono en gira oficial, el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, parecía de esos vendedores de cobijas y cobertores en alguna fiesta patronal, que pregonan: “¡y póngale una, y póngale otra, y otra...!”. A propósito del programa Red Móvil, soltó: “Si la federación le mete otro milloncito, yo me comprometo a ponerle 10 millones más (…).para que sean 48, o mejor 50, porque como los maestros siempre redondean para abajo, yo redondeo para arriba”. Y así, es muy su estilo en las visitas a los municipios regodearse en cifras, cual Rico McPato que va por los pueblos sacando dinero de sus alforjas personales.
Su mandato ya está virtualmente finalizando, y si hace cinco años por su juventud pudo generar cierta expectativa, una vez más se comprueba –y no es malinchismo- que “los Emmanuel Macron” no se dan en maceta. Y es que, al contrario de los políticos jóvenes al estilo francés, que combinan habilidades técnicas con una vasta cultura, Rodríguez Vallejo ha mostrado ser una persona con poco brillo intelectual y con una visión del mundo, y de la realidad, muy limitadas. Para subsanar esas carencias ha transcurrido su mandato blindado por una estructura y un cinturón de colaboradores que le desactiva todo lo que pueda exhibirlo como vulnerable; eso lo mantiene alejado de los debates públicos de fondo, para los cuales no ha mostrado narrativas propias estructuradas y sólidas; en cinco años sus declaraciones, sean por motu proprio, como reacción a coyunturas o por el control de daños cuando algo se les va de las manos, están plagadas de lugares comunes y de meras fórmulas que apacigüen los fierros calientes.
A pesar de su juventud no ha provocado nada disruptivo, ni su llegada impregnó de nuevos bríos la oxidada maquinaria del poder. Ahora se puede afirmar, que al ser electo titular del ejecutivo, en su recorrido por la función pública todavía no acumulaba suficiente madurez personal, ni afinaba talentos que lo hicieran ir más allá de la medianía del político común, para ser un protagonista que diera un “golpe de timón” en la historia guanajuatense ya enfilada en pleno siglo XXI.
Tampoco es que se esperara que fuera un nuevo mesías con raíces en su “Barrio Arriba” y enfebreciera multitudes en la plaza Fundadores, pero luego de sus antecesores en el cargo: desde aquel de la “tierra de oportunidades”, hasta el último que usaba disfraz de seminarista dicharachero, de Diego Sinhue Rodríguez (nacido en la década de los ochenta marcada por la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría, el inicio de la era global, del post modernismo, el comienzo del auge del rock en español: Soda Stereo, Fito Paez, Charlie García…) cuando menos se deseaba diera frescura al estilo de gobierno, y fuera el punto de quiebre para que nuevas generaciones con ímpetus renovados ocuparan los espacios de liderazgo, solo que nada de eso sucedió; pero si su falta de carisma personal pudiera haber sido un mal menor, lo dramático del caso es que ya en el cierre del sexenio, en los entretelones de la sucesión, sin ningún rubor ha enseñado el cobre y a su falta de atributos se suman evidencias de que a su corta edad esta convertido en un político dinosáurico y patriarcal al estilo de la más vieja guardia priista.
“Les encargo a Libia….”
Un solo dato da cuenta de ello: en algunos corrillos políticos leoneses se especula que la pugna con Alejandra Gutiérrez Campos es porque la decisión de buscar la candidatura a gobernador se hizo sin haberlo consultado antes con él. Eso remite a tiempos donde en determinado territorio no se podían mover ni las hojas de los árboles sin la venia del hacendado. Ahora, la alcaldesa de León está arrinconada en el dilema de que si se obstina en buscar la candidatura, ya no podría intentar la relección, todo esto porque en los lenguajes no escritos de esa élite adueñada de Guanajuato, cometió la osadía de no acudir primero a que la ungiera el “jefe” en turno.
Esta situación habla de cómo el tema de la igualdad de género sigue teniendo tantas aristas, usos e interpretaciones bizarras, porque en términos llanos, más allá de apariencias y disfraces, por estos días estamos presenciando en Guanajuato cómo un hombre con poder, el gobernador, acorrala a una mujer que no le pidió el visto bueno para sus aspiraciones - aunque legamente no tendría por qué hacerlo- y por el contrario, pone al servicio de otra, que al parecer sí es de su agrado, todo el aparato de gobierno, incluso convirtiéndose de facto en su jefe de campaña, como lo hizo esta semana en un evento con comerciantes, donde exhortó : “les encargo a Libia….”
Quién sabe si por la burbuja etérea creada por sus asesores y todo el entorno que le filtra la realidad, Diego Sinhué no se da cuenta de que podría haber jugado un papel más digno en este tránsito sucesorio, si hubiera dejado libre el camino y no hubiera tomado partido con ínfulas de patriarca y señor feudal dueño de vidas y destinos.
JRP