Ecocidio y crisis ambiental
Autoridades de León optaron por dar prioridad a los automóviles como parte de su proyecto de modernización del Malecón. Optaron, a la vez, por propiciar la generación de mayores agentes contaminantes. Talar árboles para beneficiar la circulación de vehículos no es lo ideal, mucho menos lo más sensato ni congruente.
La madrugada del viernes, vecinos del Malecón del Río en la ciudad de León, despertaron debido al ruido de las sierras con que se cortaron más de 60 árboles en el tramo entre el bulevar López Mateos y La Calzada.
Árboles sanos, necesarios más que nunca, fueron eliminados en un solo día bajo la promesa de que serán repuestos.
El motivo del ecocidio: la ampliación de carriles para contrarrestar los congestionamientos en la zona. Dar prioridad a un proyecto en que el gobierno estatal invierte casi 14 millones de pesos habla de lo poco que importa el medio ambiente a los gobiernos locales, situación que no sólo se ha visto reflejada en este episodio en particular.
Prioridades
El calentamiento global ya es un mero pretexto para justificar las altas temperaturas que enfrentamos. Toda medida que la ciudadanía pueda emprender para reducir daños al planeta es mínima y hasta inútil cuando los gobiernos de todos los niveles y grandes empresas devastan los recursos naturales sin control.
Separar desechos que terminarán revueltos en un mismo basurero, bañarse en cinco minutos cuando la industria usa de forma indiscriminada el agua, plantar un árbol mientras se talan cientos, son algunas de las acciones que pierden sentido pese a las buenas intenciones detrás de ellas.
Tras el ecocidio cometido en León, la población alzó la voz y su reproche hizo eco a nivel nacional. Los ciudadanos no esperaron a manifestarse y ante el riesgo de ser ignorados, recurrieron a la vía legal, promovieron un amparo en contra de autoridades municipales y estatales cuyo alcance aún está por verse.
Pero es un primer paso ante la necesidad de sentar precedentes. No sólo en León la deforestación genera controversia. Municipios como Salamanca, Celaya y San José Iturbide enfrentan problemas semejantes y callar ante ello ya no es opción.
Tal vez, en una ciudad con las características y dimensiones de León, el uso de un vehículo es inevitable. A la vez, es un reflejo de lo poco que se atienden otras alternativas de movilidad. Aunque se trata del municipio guanajuatense con mayor infraestructura destinada a los ciclistas, la comunidad que opta por este medio de transporte lleva tiempo exigiendo un tránsito seguro y promoviendo el uso de la bicicleta.
Pero las autoridades locales optaron por dar prioridad a los automóviles como parte de su proyecto de modernización del Malecón. Optaron, a la vez, por propiciar la generación de mayores agentes contaminantes. Talar árboles para beneficiar la circulación de automóviles no es lo ideal, mucho menos lo más sensato ni congruente.
¿Quién se hará cargo?
A lo largo del viernes, la tala en León fue tema recurrente en redes sociales. Llovieron las críticas a la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos quien, por la noche, ante la presión, tuvo que fijar una postura.
La presidenta municipal reconoció que hubo un “mal manejo” y anunció que instruyó plantar no sólo los 249 árboles que recomendó el gobierno federal a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), sino 2 mil 500 ejemplares, a lo largo de las próximas semanas.
Ambientalistas están pendientes de qué especies se utilizarán en la prometida reparación del daño, pues argumentan que se eligen ejemplares que requieren grandes cantidades de agua. En plena temporada de estiaje, es un riesgo.
¿En quién recae la responsabilidad de dar seguimiento al cuidado de los nuevos árboles? De acuerdo con Gutiérrez, en el personal de la Secretaría de Infraestructura, Conectividad y Movilidad (Sicom).
El titular de dicha dependencia, Tarcisio Rodríguez Martínez, se deslindó de la tala más no del cuidado de los ejemplares trasplantados.
Es un tema de suma importancia y que requiere tomar en cuenta múltiples factores. A menos de un mes de que se plantaron 200 ejemplares de palo verde en el bulevar Las Torres, como parte de las medidas de compensación por las obras en el Malecón, trabajadores de la constructora LAN (contratada por la Sicom) admiten que la preservación del arbolado no es sencilla. “No hay agua, es bien escasa y no regamos todos los días todos porque es imposible”, declaró uno de ellos. Vecinos relatan que una pipa los abastece de agua sólo una vez por semana.
LO SUPERFLUO: La promesa de una remediación al daño causado en León podría brindar una esperanza.
LO PROFUNDO: El ecocidio en la ciudad zapatera no es un caso aislado, ¿a quién corresponde poner el tema sobre la mesa?