El verdadero dueño del PRI justificando el enésimo clavo en la cruz del tricolor
“Quiero exhortarlos a que estemos más unidos que nunca y respaldemos con verdadera voluntad a nuestra dirigencia y que ante las dudas o ataques o embates de aquellos que ya no están aquí, pero que siguen opinando o de los ataques le hacen daño a nuestra entidad y nación, nos mantengamos firmes; porque juntos no hay nada que nos pueda detener”, afirmó.
Alejandro Arias ÁvilaMás allá de grillas y anécdotas, la realidad terca se impone. En la lenta disminución de los homicidios dolosos en Guanajuato, los picos en la violencia siguen causando estupor.
El hallazgo de siete cuerpos calcinados en un vehículo nos recuerda que la violencia sigue entre nosotros y que Guanajuato sigue siendo nota nacional porque, pese a los esfuerzos, está en el top de violencia del país.
Ese es el dato implacable e innegable. Ya luego ratificamos los extremos en la estrategia de informar sobre la violencia.
Un fiscal que regatea la información, que se refugia y se protege en el debido proceso para reiterar que las cosas se saben cuándo él lo decide y mientras tanto, la secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Sophia Huett ofrece una más de sus piezas declarativas en las que se mete gratis en problemas.
De esta manera, Carlos Zamarripa da información a cuenta gotas y con monosílabos, mientras que Huett configura hipótesis que luego se caen ante los hechos. Y está bien que hay que decir algo a los medios y que justo ella está para atajar las ansias de información de los reporteros y matizar el repliegue del dúo dinámico. Pero tampoco hay que decir cualquier cosa.
El miércoles, la mañana posterior al hallazgo en Celaya, Sophia Huett en efecto nunca dijo que los cuerpos eran de personas de Michoacán, pero sí destacó en un par de ocasiones que el vehículo era michoacano y que tenía reporte de robo en el vecino estado.
“Aquí en el caso particular hay varias cosas que llaman la atención; el vehículo tiene placas de Michoacán y tiene reporte de robo en el estado de Michoacán… Por parte de las autoridades locales se dio a la tarea de rastrear personas con reporte de desaparición. No se han encontrado en comunidades cercanas al punto. No quisiera yo sentar alguna postura, pero les dejo los datos de que el vehículo no es originario de Guanajuato y con reporte de robo en Michoacán y habrá que ver con la Fiscalía quienes eran esas personas… Por lo pronto no hay indicios para poder determinar que eran personas locales”.
Un par de días después, la funcionaria rechazaba cualquier precipitación al haber dado la información parcial que se tenía.
El punto es el que la narrativa que suele manejar ella advierte que delincuentes de otros estados vienen a cometer actos violentos en Guanajuato como si eso fuese una atenuante a la realidad violenta de la entidad.
Ella sabe que un precio tiene que pagar por dar la cara y que ya se hace una costumbre que sus dichos nos recuerden al clásico Rubén Aguilar, vocero de Vicente Fox: “lo que quise decir fue…”.
Carlos Zamarripa
Movimiento Ciudadano debe saber que Guanajuato no es tierra tan fértil para la oposición al PAN y que no es fácil que personajes no partidistas aparezcan en la foto con partidos que no sean azules con la camiseta de “integrante de Consejo Consultivo”.
El pasado viernes en la presentación del Consejo Ciudadano en el que se agrupan personajes de diversa extracción de la sociedad fueron muchos más los que se citaron que los que estaban presentes.
Una de las figuras más llamativas era la de Rocío Naveja, académica que ha liderado agrupaciones relacionadas con los contrapesos en materia de seguridad a la narrativa oficialista. No fue la única ausente en el llamado, pero sí una de las que más podía presumir MC que debe saber que en Guanajuato no es fácil que alguien quiera retratarse como adversario al PAN-Gobierno.
Carlos Zamarripa
Ver nota: Asesinatos de mujeres en Guanajuato aumentan más del 20% en primer bimestre del 2022
A UNA DÉCADA DE LA LICENCIA DE OLIVA Y DEL INTERINATO DE LÓPEZ SANTILLANA
Ha pasado una década ya de que Juan Manuel Oliva solicitaba licencia al cargo de gobernador y que Héctor López Santillana asumía la gubernatura en uno de los momentos más complejos para el panismo gobernante en Guanajuato.
Oliva se marchaba en plenas campañas electorales en una decisión que -a la luz del resultado posterior, que fue la victoria con el margen más estrecho desde que el blanquiazul había llegado al poder- resultó clave porque la imagen del gobierno de Guanajuato estaba lejos de lo óptimo.
Oliva Ramírez se iba al Comité Ejecutivo Nacional del PAN para colaborar desde la Secretaría de Asuntos Electorales, junto a Gustavo Madero, un auténtico exilio y bajada de nivel para un gobernador en apuros.
Oliva salía pues, por la puerta de atrás y sin ningún paracaídas político posterior a las elecciones.
Por su parte, López Santillana sí tenía un premio a la sobriedad y eficacia que le acompañó en su cargo de secretario de Desarrollo Económico pues, sin ser un olivista de cepa, resultaba en aquel momento el hombre más confiable para concluir el sexenio.
Su mano izquierda y la buena relación que había cultivado con los partidos de oposición desde la Secretaría de Gobierno le hacían merecedor del nombramiento.
Después de la gubernatura regresó a una segunda época en la Secretaría de Desarrollo Económico que fue la antesala a su sorpresiva designación como candidato a alcalde. Le alcanzó el vuelo y el entorno para ser el primer alcalde reelecto en León por el PAN.
Ahora está en un cargo de menor impacto, pero que está en el ámbito de interés de López Santillana, la dirección de Guanajuato Puerto Interior que le dará al menos para completar el sexenio en el servicio público.
La fortuna le ha sonreído, así que sería muy aventurado para decir que está en el umbral de la jubilación porque en la política ha caído de pie siempre hasta convertirse en uno de los cuadros más experimentados del panismo, aunque hoy un par de exfuncionarios de lo que fue su gabinete son investigados por la Contraloría, lo que representa una preocupación para quien siempre ha salido con banderas desplegadas.
Carlos Zamarripa
Ver nota: León: inhabilitan a un funcionario implicado en ‘error’ de 2 mil 225 millones
LA INTERMINABLE AUTODESTRUCCIÓN DEL PRI
Con la vieja receta de llamar a los rebeldes a cerrar filas, pero sin la guadaña que representaba la tenencia en el poder o la expectativa de algún cargo futuro, Alejandro Moreno Cárdenas (‘Alito’) llamó a quienes aspiraban a ejercer la disidencia en el PRI para pedirles mesura y unidad.
En el CEN estuvieron -entre otros- Sergio Santibáñez, quien quería registrarse como candidato a presidente; Yulma Rocha, diputada local (a quien Alejandro Arias y Ruth Tiscareño sacaron de la jugada para quedarse con el pastel) y algunos más.
Y ya sabe usted el guión de estos casos. Un teatrito más falso que moneda de tres pesos, porque hoy el CEN no tiene cargos para calmar a los críticos ni amenazas para amedrentarlos, así que los que cuestionan saben que el PRI es tan chiquito y en vías de extinción, que su rebeldía implica cero riesgo pues -a menos que alguien posea la franquicia- no tiene la menor posibilidad de lograr un cargo.
Y fue así como ese numerito fue el preámbulo de la coronación de Ruth Tiscareño como dirigente del PRI, aunque en realidad quien ejerce el liderazgo de facto sea el diputado local Alejandro Arias Ávila.
Lo que se armó ayer para validar su arribo se puede organizar con la mano en la cintura y entonces el tricolor ha dado un paso más hacia el abismo de la extinción o, por lo menos, hacia su integración a la chiquillada en Guanajuato.
Y va de nuevo. En el PRI no es una batalla de buenos contra malos sino de prácticas cada vez más decadentes.
Parece que documentalmente, Ruth Tiscareño no tiene problema según el PRI para acreditar su residencia guanajuatense aunque hay quienes siguen cuestionándola.
El problema es la falta de generosidad y visión institucional de quienes dominan y han dominado al tricolor en los últimos años. La apuesta nunca ha sido por un proyecto sino sacar la raja mayor para sus intereses particulares y de grupo.
Pasó con Wintilo Vega, con Francisco Arroyo, con Miguel Ángel Chico, con Gerardo Sánchez y ahora con Alejandro Arias. Este último (hasta ayer) y Tiscareño ejercen los cargos más apetecidos por los priistas. Uno y dos del partido y uno y dos de las plurinominales.
No es un pecado mayor que el que cometieron previamente sus antecesores en la franquicia. Hoy parece más escandaloso porque el PRI se hace más pequeño.
Podríamos decir que la disidencia sería una alternativa sana para fortalecer al tricolor. El problema es que es flor de un día y luego se diluye. Porque además, el PRI es un barco a la deriva que se hunde poco a poco. Y la única opción para algunos, parece ser saltar y buscar salvavidas en otra opción.
Carlos Zamarripa
Carlos Zamarripa