Domingo, 16 Marzo, 2025

10 ℃ Guanajuato

En Dolores Hidalgo se les enreda el tema indígena….

Opinión

Eliazar Velázquez Benavídez

En semanas recientes, medios de ese municipio, han consignado una airada disputa en la que están enfrascadas dos facciones de la comunidad Río Laja, por el control de la representatividad de ese núcleo de población conurbado a la cabecera, esto en el marco de la renovación de los delegados auxiliares. Cada parte se asume legítima y, la otra, la califica de espuria, pero lo que da singularidad al conflicto, es que unos y otros se autonombran “autoridades indígenas tradicionales”, remitiéndose a que en 2012 la localidad fue incorporada al Padrón Estatal que reconoce a los pueblos originarios; sin embargo, entre muchos dolorenses esa identidad genera dudas, caso contrario de comunidades emblemáticas, también conurbadas, como El Llanito, donde tanto en los rasgos físicos, como en sus fiestas y ritualidades, denotan sus vigentes raíces otomíes.

El caso de Río Laja parece uno más de esa lista de localidades en las que por designio oficial se trasladó al presente un ancestral sustrato con la ligereza de quien acomoda mecánicamente una estructura sobre otra. En este caso, agregada la circunstancia de que por su cercanía y ya literal incorporación a la ciudad, el origen de sus 2,571 habitantes se presume diverso, tanto como las implicaciones que representa una estación de ferrocarril que ahí existió, con la interacción poblacional que eso genera.

La monografía publicada en 2012 por la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (ahora nombrada del Nuevo Comienzo) que se supone contiene las bases para considerarlos indígenas, es de una superficialidad desmesurada, dice: “la comunidad es un lugar pintoresco lleno de costumbres y tradiciones, un lugar que ha sido visitado por grandes personajes como los presidentes de la República Lázaro Cárdenas del Río, Vicente Fox Quezada y políticos como Porfirio Muñoz Ledo”. Luego, enlista figuras de organización y autoridad interna en las que se reconocen, como si aportaran algún rasgo étnico: “delegado de la comunidad,comisariado ejidal, consejo de polo, coordinadora de 70 y más, coordinador de Oportunidades, coordinadora de alimentos, sr cura, coordinadores de barrios,directores de las diferentes escuelas educativas”. 

La metodología para la integración del Padrón definida por la propia SEDESHU, indica como primer paso: “Realización de un oficio de las autoridades comunitarias al presidente municipal donde se expongan los motivos culturales que los identifica como indígenas”. Luego, de eso se desprende la solicitud del ayuntamiento a la instancia estatal, para que esta implemente las acciones correspondientes. En 2019, se solicitó a la administración copia del oficio generado por la autoridad de Río Laja, la respuesta fue: “no se encontró documento relacionado con el tema (…) el comité de transparencia (…) determinó declarar la inexistencia de la información”. De entrada, esto siembra dudas respecto al proceso.

El zopilotaje político…

El alcalde Adrián Hernández Alejandri (tan eficaz para el PAN, en dos sentidos: el del partido y el del buen bolillo que producen sus panaderías), está experimentando los enredos y despropósitos producto de un padrón elaborado sin suficiente seriedad institucional por sus colegas panistas. Aunque también tendría que revisar si él mismo no estará  trepado en un falso indigenismo que solo busca acceder al presupuesto, esto a propósito de la solicitud que la administración tiene en trámite desde años atrás, pretendiendo que otras tres localidades sean reconocidas como indígenas.

 
 

Y es que una factura con folio fiscal 72EB822F-E, fechada el 3 de marzo de 2018, siendo alcalde Juan Rendón López, actualmente titular de la delegación regional l de la Secretaría de Educación, exhibe que se erogaron 174 mil pesos a un proveedor de nombre Auricela Betanzos Manuel, por concepto: “pago de trabajos relacionados con el registro de tres localidades del municipio de Dolores Hidalgo C.I.N. al padrón de comunidades indígenas del estado de Guanajuato”. Esta columna verificó que las localidades en proceso de dictaminar son la Ventilla, San Dieguito de Tierra Blanca y San Antonio. Sin embargo, en 2022, al solicitar al municipio copia del estudio generado por concepto de ese pago, donde deberían estar contenidos los argumentos sustento de la iniciativa, se informó que no se contaba con dicho documento, manifestando como causa: “ya que dicho estudio se encuentra en posesión de la coordinación de pueblos indígenas del estado”. También agregaron: “No contamos con información referente a la profesión de quienes intervinieron en la realización de dicho trabajo”. Sin embargo, Divisadero obtuvo datos acerca de que en la fecha del documento fiscal, la proveedora, Betanzos Manuel, laboraba por honorarios en el Instituto de Infraestructura Física Educativa, poco después se incorporó al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, delegación Querétaro–Guanajuato, como jefa de departamento.

Con los llamados Planes de Justicia y Desarrollo Integral impulsados desde la federación,  se han ampliado los márgenes de decisión por parte de ese sector, lo que es muy valioso ahí donde la raíz originaria es una realidad tan contundente y vital que los catálogos oficiales se vuelven secundarios, pero en cambio, donde esa identidad se sostiene en la fragilidad de dudosos rasgos étnicos sobredimensionados solo para acceder a presupuestos, se da pie a un festín del zopilotaje político que se la vive husmeando en que árbol encaramarse. En el caso de Río Laja, aunque el radicalismo verbal de una de las partes pareciera situar el conflicto en la defensa de la autonomía comunitaria, asoman indicios de un juego de fuerzas entre morena y los panistas que gobiernan ese municipio.

Más valioso sería que esas autodenominadas “autoridades indígenas”, en lugar de enfrascarse en un toma y daca político, unos y otros mostraran argumentos sólidos y veraces, que permitan a los dolorenses comprender por qué asumen con tanta enjundia esa identidad étnica hasta ahora que les fue otorgado un nombramiento oficial. En el genuino México profundo, los indígenas han sido y son desde antes que existieran esos catálogos del gobierno.

Últimas columnas hoy 

Cacicazgos en el siglo XXI: el problema de la política hereditaria

Están juntando la artillería

Caro Quintero, una bomba nuclear para Estados Unidos

 

Temas

  • comunidad Río Laja
  • Divisadero
  • SEDESHU
Te recomendamos leer