Sábado, 11 Enero, 2025

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“Gritos desde Cuevano a pedrones”

Opinión

Staff LC Camargo

¿Cómo hacerse oír por los que tienen el poder? ¿Cómo expresar inconformidad  sin que le contesten a uno, “cállese retrógrado”? Al mismo tiempo ¿cómo levantar la voz sin quedarse enredado, persécula, en la política. Estas son preguntas que me hago yo y que se hacen, creo, muchos mexicanos.

Jorge Ibargüengoitia.

               En ocasión del  39 aniversario luctuoso de la muerte de Jorge Ibargüengoitia Antillón, en un accidente aéreo en el vuelo a París desde Colombia; el  pasado domingo 27 de noviembre: Escritor  guanajuatense destacado, a quien le admiro su narrativa y crítica social, el humor cáustico, sarcástico,  plasmado en sus obras literarias; en cuyo honor he titulado  esta colaboración.  Como un memorial para iniciar  esta  reflexión, acerca de la realidad que nos abruma.

               Cito aquella frase que señala: La única regla general es que los pueblos conquistados son pueblos divididos, absortos en rivalidades internas e incapaces de presentar un frente común…los españoles cargaron con la vajilla y las mujeres, y destruyeron el Gran Teocali. Destruyeron la sociedad azteca… hicieron una nueva división: vencedores y vencidos, que se conservó,  con otros nombres, hasta el tiempo de Porfirio Díaz, en la que estas dos clases sociales se llamaron respectivamente “la gente decente y los pelados”.

               A propósito de las 2 dos marchas dominicales, que retratan de pies a cabeza, la situación actual de la política mexicana, en la que se han hecho evidentes,  las dos visiones diametralmente opuestas, sobre el futuro de México;  la primera organizada y convocada por la oposición política, y la segunda desde el propio gobierno;  ambas son fiel retrato, de la crispación social que se vive, que como el mural “Sueño de una tarde  dominical en la  Alameda Central”, de  otro guanajuatense distinguido  Diego Rivera. Refleja esa polarización social donde se enfrentan por un lado:  la socialité,  los catrines en contra de los chairos o  acarreados.

Parece entonces, que no hemos avanzado nada, la sociedad mexicana no logra amalgamar la tolerancia, la empatía, la solidaridad, la unidad, para enfrentar los problemas que padecemos.  Solo sabe mostrar posiciones encontradas, cerrándose al dialogo, imposibilitándose a convivir políticamente para construir un país, con una visión de futuro a largo plazo, al buen entendimiento, a escuchar al contrario, a transigir con el adversario, para lograr acuerdos. Los ciudadanos debemos, exigir, no podemos  ser  más convidados de piedra, las partes deben sentarse a dialogar con respeto, no verse como vencedores y derrotados, de forma  seria entre los adversarios, que profundicen en la búsqueda de acuerdos en sus posiciones comunes, y puntos de coincidencia. No más continuar exaltando sus divergencias, sus desacuerdos, sus rencores arcaicos. No más un México dividido, partido por la mitad. Es legítimo ejercer el poder ganado con las mayoría en las urnas, lo que no es adecuado, es avasallar, e imponer, sin tomar en cuenta a las minorías.  Es necesario buscar el entendimiento para avanzar. Esto debe verse tanto en lo Estatal como en lo Federal, es incongruente exigir al Presidente de la Republica, el dialogo  y la negociación; cuando a nivel Estado; no permitimos a nuestro adversarios políticos la inclusión de sus agendas, ni escuchamos sus propuestas, ni aceptamos sus ideas. O  les hacemos cercos de comunicación, para acallar o  minimizar sus observaciones o críticas.

Son tantos los problemas que se presentan, que se requieren urgentemente  ideas y  propuestas para resolverlos, cesen ya los insultos, las descalificaciones, la diatriba, la ofensa. Pongámonos a trabajar todos en lo necesario para salir delante. Surja el ánimo de colaboración y de respeto. Si los políticos no entienden esta realidad, y continúan fomentando la polarización para obtener el voto exacerbando las pasiones, lo único que van a conseguir es el desprecio popular, y pedazos de un México roto.

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