Lunes, 02 Diciembre, 2024

24 ℃ Guanajuato

Malos resultados académicos

Opinión

Cecilia Durán Mena - Las ventanas

Malos resultados académicos

La pregunta que la revista The Economist propone resulta pertinente a nivel universal: ¿Por qué los estudiantes tienen malos resultados? El cuestionamiento no se circunscribe a un nivel académico determinado, a una edad específica o a un lugar en el mundo. Parece que el problema se extiende por todo el planeta y es un foco rojo que merece nuestra atención.

               Me temo que uno de los daños colaterales de la pandemia se refleja en la pobreza de los resultados académicos. Las clases a distancia desarrollaron ciertos vicios en el aprendizaje que se han llevado al sistema presencial: hay una falta de atención generalizada. Los estudiantes que durante tomaban clases en pijama y desde su cama —y que con frecuencia se quedaban dormidos—ahora encuentran muy difícil concentrarse en lo que está sucediendo en el aula. Fueron muy pocos los que tomaron clases virtuales bien sentados, vestidos y concentrados. Se acostumbraron a esas condiciones de estudio y las quieren extrapolar a la presencialidad, no en balde se sienten perdidos.

               De acuerdo con The Economist, los alumnos reportan sentirse muy presionados: no saben convivir con sus pares, no entienden cómo desempeñarse en un ámbito escolar, no logran captar lo que la profesora o el maestro les está explicando. Si a ello se le suma una pobreza en los contenidos, un grupo de enseñanza mal pagado, pocos recursos, cuerpo docente mal motivado, la cuestión se vuelve una bomba de tiempo que estalla al momento en que los alumnos tienen que someterse a un examen o deben presentar un trabajo para obtener una calificación.

               En el extremo, el rigor académico se va aflojando. Los estudiantes no son capaces de seguir una rúbrica, no se comprende la importancia de una consulta bibliográfica, no saben citar las fuentes, no pueden seguir un procedimiento. Se pierden en el laberinto del conocimiento porque existe una brecha importante que se abrió en el encierro.

               Una manera de explicarlo es que se ha perdido de vista que estudiar es un privilegio al que no todos pueden acceder. Muchos dejan de ver que el porcentaje de personas que logran acceder a un aula es muy bajo. Además, alrededor del mundo, las niñas tienen menores posibilidades de ir a la escuela. Por lo general, las mujeres tienen menos oportunidades que los hombres de ir al colegio ya ni hablar de ir a la universidad. Ellas se quedan en casa, dedicadas a las labores domésticas y es altamente probable que no tengan acceso a ningún tipo de educación formal a lo largo de sus vidas.

               Además, los estudiantes no están adquiriendo las competencias necesarias para tener un aprendizaje. Los alumnos no leen y de los pocos que sí leen, tienen una comprensión lectora muy baja. El mejor entendimiento lector, de acuerdo con los datos de 2019 de The Economist entre niños de diez años, Hong Kong tiene el mejor lugar y países como Congo o Chad el peor. Es curioso como en países como Bahrein, Irán, Egipto o Sudáfrica las niñas son mejores lectoras que los niños.

               El porcentaje de estudiantes que no logran dilucidar lo que dice un simple texto en países como Guinea es del ochenta por ciento, en ciencias los resultados son similares. Estas tendencias se observan en naciones ricas —que es en donde se puede llevar a cabo una estadística más certera—, no obstante, son más evidentes en las regiones pobres. En las primeras, la consecuencia es que los alumnos terminan con una educación mediocre y en las segundas lo que se ve es la deserción de las escuelas.

               Los malos resultados académicos abren otras brechas importantes: gente que deja de estudiar por salir a trabajar. Personas que buscan trabajo y no se encuentran suficientemente capacitada para desempeñar labores, por lo que se contrata en posiciones mal pagadas o no logran retener el empleo. Si no se logra conseguir una buena plaza o si la gente no es capaz de quedarse mucho tiempo, crece el desempleo y se frena la economía.

               La pobreza en los resultados académicos es un problema que tiene efectos de amplio espectro a corto y largo plazo. Es un tema multifactorial que va desde la academia misma, de la estructura social, de las familias y de los individuos en particular. Se debe solucionar a nivel institucional, pero es necesario hacerlo en lo personal. Tomar la decisión de prepararse más y mejor para enfrentar el reto del mundo.

Te puede interesar:

Temas

Te recomendamos leer