Obras Públicas: el ansiado botín…
-Buenas tardes Inge…
-¿cómo estás?
-Aquí algo ocupados en plena campaña….
-Dime, para servir…
-Pues te llamo porque necesitamos de tu apoyo para sacar adelante esto, queremos ver si le entras con alguna aportación, y si ganamos pues te consideraríamos…
En tiempos electorales es común este tipo de diálogos entre candidatos o sus operadores cercanos, con proveedores y contratistas.
En los círculos políticos de la región noreste es secreto a voces que parte de los recursos económicos o insumos que utilizan los contendientes de los principales partidos, son aportados por quienes luego tendrían la expectativa de ser beneficiados con contratos de alguna índole.
El acercamiento entre las partes se opera desde el equipo de campaña, a veces hasta se define un monto fijo, o también hay contratistas que por propia iniciativa buscan algún conducto para ofrecer infraestructura o entregar dinero. Las autoridades electorales saben de esos entramados financieros ilegales, pero simulan ignorancia.
Muchos ciudadanos desconocen que la Dirección de Obras públicas es quizás el botín más asediado en una administración municipal. Y es que ahí el dinero se tasa en millones. A través de lenguajes no escritos, mediando pactos tácitos de secrecía, y utilizando artimañas administrativas muy ensayadas, en esa área se hacen muchos enjuagues con los recursos públicos.
Las transacciones entre políticos y funcionarios, con contratistas y proveedores, se da mediante formas que pueden ir de lo más burdo y delincuencial a lo más ordinario, como cuando el “moche” solo se traduce en que el proveedor favorecido aporte los tamales o regalos para algún festejo oficial.
Habrá excepciones que escapen de ese cuadro degradado, pero esa es la tendencia que predomina en esta región de un estado como Guanajuato donde el PAN, desde todos los poderes que controla, encubre la corrupción.
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Dime quien es tu director y te diré quién eres…
Por tratarse del puente entre el ejecutivo y toda una red de intereses que se hace más compleja entre más dinero está en juego, para alcaldes y alcaldesas la elección de su director de Obras Públicas es una decisión clave.
En las administraciones del noreste que comenzaron en octubre varios repiten. En Victoria fue ratificado José Alvarado Briones. Su nombramiento no tuvo unanimidad en el Ayuntamiento. Esa propuesta del alcalde panista Juan Diego Ramírez, se interpretó como la confirmación de la injerencia que presumiblemente siguen teniendo en la administración los hermanos Berenice y Héctor Montes, con ellos tuvo el mismo cargo, va para tres periodos consecutivos.
Este funcionario en su natal San Luis de la Paz ocupó esa dirección con el finado priista Timoteo Villa, aunque él viene de cepa azul, pues su papá el ex acalde Antonio Alvarado es un histórico panista ludovicense. Ha trascendido que este arquitecto por el Tec de Monterrey, campus Quéretaro y hasta 2012 administrador único de la empresa “Construmas, alguna ocasión facilitó una camioneta blindada a la ahora diputada federal Berenice Montes.
Por cierto, con el “chino” Gerardo Sánchez, repite Aldo Coria Valdiosera, arquitecto de la Universidad de Guanajuato. Un dato curricular que no pasa desapercibido, es que este funcionario durante varios años fue estrecho colaborador de Alvarado Briones, hasta antes de que éste se incorporara a la función pública. Como igualmente, de la mano de alcaldes panistas ha ejecutado obras sierra adentro, entre 2014 y 2018 facturó en Xichú poco más de diez millones de pesos por concepto de diversas adjudicaciones directas.
En San José Iturbide, la alcaldesa del PAN Cindy Arvizu optó por un ingeniero topógrafo e hidráulico sin precedentes en el cargo, es de origen xichulense pero desde joven radicado fuera de esa serranía. Se trata de Carlos Saúl Villa Alvarado egresado de la Universidad de Guanajuato.
No figuraba entre los contratistas de más alto perfil en la región, por el contrario, en esos círculos se comenta que su empresa “Vian del Centro S.A de C.V.” atravesaba serias dificultades económicas.
Otros que se quedan o se van…
En Santa Catarina, Sonia García Toscano ratificó a Oscar Medina Marmolejo, ingeniero de la capital, los unen años de amistad desde cuando ella laboraba en contraloría y él visitaba el municipio como auditor de la ASEG. Su salario no es de los más altos del rumbo, pero por alguna razón le resulta redituable estar lejos de su terruño y aguantar un ambiente laboral muy vertical, pues es evidente que la alcaldesa tiene claro quiénes son sus contratistas favoritos y ni lo disimula.
En donde se acaba de dar un movimiento relevante fue en el municipio de Xichú, Rafael Bustamante Cardona, oriundo de Guanajuato capital, comenzando enero se encontró con la noticia que sería relevado del cargo que ocupó en cuatro administraciones consecutivas.
Su paso como director de obras públicas coincidió con el inusitado despegue de las constructoras Kore Caminos del Noreste y Grupo Constructor Vazgon, propiedad de ex acaldes panistas sin conocimientos ni trayectoria en el ramo de la construcción, que estructuraron un andamiaje administrativo para dar apariencia de legalidad a todo un esquema de tráfico de influencias.
Pero también en la última década fueron notables las reiteradas adjudicaciones a determinados contratistas, por ejemplo, a los queretanos Mario Ruiz Anaya, Eustacio Anaya, o al Victorense Guillermo Chavero de Opalegui, aunque en varios casos no ejecutaban y solo fungían de prestanombres.
Este Arquitecto les resultaba tan útil a quienes manejaban los hilos del poder y del dinero en ese municipio, que durante varios años gozó de privilegios como el de tener a su disposición vehículo oficial y combustible para todos los días ir y venir de Xichú a Tierra Blanca, donde radica.
Se sabe que el secretario del Ayuntamiento, Eloy Leal Reséndiz, se oponía a ese movimiento, sería porque éste ex alcalde en pasadas administraciones trabajó de cerca con Bustamante Cardona, y también fue artífice de dudosos entramados.
