Para la FGR, Guanajuato ya tiene un cártel
1.- Para la FGR, Guanajuato ya tiene un cártel
Podría ser una noticia vieja para cualquier lector informado, pero resulta que desde lo legal se trata de toda una novedad.
Hace cinco días, la Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo una sentencia de 29 años de prisión por delincuencia organizada contra Adán González Ochoa, “El Azul”. El expediente del caso contiene una novedad trascendental en la parte judicial, pero también en la historia de la crisis de violencia e inseguridad que vive el estado.
Por primera vez, se reconoce formalmente la existencia de un cártel originario de Guanajuato, el Cártel de Santa Rosa de Lima.
¿Por qué es relevante en la parte jurídica? Si ha habido una dependencia que se ha mostrado ausente y hasta ajena a la crisis delincuencial que padece Guanajuato esa es la FGR. Lo es debido a que el cuestionamiento general es sobre el trasfondo de crimen organizado que se percibe y se palpa detrás de cada homicidio, desaparición o extorsión, delitos que se han quedado en el fuero común.
Es así que la sentencia conseguida contra el otrora sucesor de José Antonio Yepez Ortiz alias “El Marro” adquiere un cariz emblemático, pues es la primera resolución que dimensiona las actividades del llamado Cártel de Santa Rosa de Lima que se dio a conocer hace casi siete años, cuando el cabecilla fue identificado por el Ejército y cuando este mismo difundió un video con sus huestes.
La resolución para “El Azul” fue celebrada ayer por flamante delegado de la FGR, Gerardo Vázquez Alatriste, quien fuera enviado por el titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero -a estas alturas del sexenio-, para renovar la estructura de una oficina que hasta ahora se ha desempeñado como una simple ventanilla receptora de denuncias del fuero federal.
Según las cifras del delegado que a leguas se le nota el estilo mediático, se ha intensificado el trabajo en la delegación de la FGR, pues mientras en todo el 2023 se reportaron 3 mil 450 carpetas, en sólo lo primeros dos meses y medio de 2024, ya suman 1 mil 098 carpetas. Ya entrado en el tono festivo, aseguró que Guanajuato ocupa el primer lugar en obtención de sentencias condenatorias.
Vaya ritmo con el que avanza la justicia en México y Guanajuato.
Según la información que la Sedena reveló en mayo de 2017, desde 2009 se detectaron las operaciones de robo de combustible del grupo liderado por El Marro. A partir de 2016 se desató la crisis de violencia. Hasta 2020 el líder huachicolero fue detenido y hasta marzo de 2024 se reconoció que encabezaba un cártel guanajuatense. Así las cosas.
2.- El ‘Guillo’ y Sheffield: meritocracia a discreción
Si alguien ignoró o dudó del empecinamiento de Ricardo Sheffield Padilla en incluir de golpe y porrazo a Guillermo Medina Plascencia en el juego político de Morena en León, este terminó por dejarlo patente al imponerlo como regidor propietario en la primera posición de la planilla de Vanessa Montes de Oca para el Ayuntamiento de León.
De esa manera, Sheffield le abrió la puerta más segura de todas a su protegido en León, donde la previsión de derrota electoral no ha cambiado nada, de hecho, la propia candidata estará registrada en la segunda posición, por lo que serán los dos beneficiados, sí o sí, tras el proceso electoral de junio.
¿Por qué Guillo? Es una duda que ni los coequiperos del extitular de Profeco saben contestar. No es normal que haya vendido la idea de que era una propuesta del CEN de Morena. No es normal que lo haya promovido como candidato sin un sólo antecedente en la política y con una fila de antecedentes negativos encima. No es normal que ahora lo coloque en la única posición ganable.
Por eso, en lo que concierne a los morenistas y propiamente a los sheffilistas, lo del Guillo “es tema de Sheffield”.
Pero esta obsesión por fabricar candidatos no deja de ser chocante con otros reclutamientos que ha operado el también exalcalde leonés que plagó la planilla de sus afines. Es el caso de Julio Rodriguez Fonseca el que resalta como abogado, activista y catedrático universitario además de expresidente del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA).
Pues a Julio lo dejaron en una sindicatura improbable, bajo la amable compensación de convertirse en una 'pieza fundamental' en el proyecto político de Ricardo Sheffield y de Morena con sus conocimientos técnicos en rendición de cuentas.
En el pasado inmediato, Rodríguez Fonseca siempre tocó la nota disonante en el CPC frente a sus excompañeros y los titulares de las dependencias del SEA. Veremos si no le espera el mismo esquema pero ahora en el cuarto de guerra de Sheffield.
3.- UG: denuncia de oficio o por querella
La promesa de cesar la persecución en contra de los siete estudiantes de la Universidad de Guanajuato (UG) que lideraron las protestas de septiembre del año pasado, aún está truncada y por razones de origen.
La verdad es que la rectora general de la UG, Claudia Susana Gómez López, se comprometió a retirar la denuncia por daños al patrimonio universitario, sin que esto sea algo que, si bien está en sus manos como cabeza de la institución, no domina completamente.
No se puede desligar esta acción criminalizadora contra la manifestación estudiantil de la figura del exrector Luis Felipe Guerrero Agripino y sus exsubordinados rescatados por Claudia. Fue él quien desapareció de la escena pública mientras los jóvenes tenían tomada la rectoría y fue él quien fincó una relación de complicidad con el Fiscal General del Estado, Carlos Zamarripa Aguirre.
Ya en funciones, la rectora acudió al encuentro de los estudiantes para lograr la liberación de las oficinas, bajo el compromiso de no tomar represalias en su contra. No pasó ni una semana, cuando autorizó -o la obligaron a autorizar- la presentación de una denuncia que en los hechos legales, motivó que la propia FGE abriera la carpeta de oficio y no a petición de parte.
De entrada, no tiene lógica que la rectora haya pretendido cerrar un frente para luego abrirlo. Igual de extraño fue su viaje relámpago a la Ciudad de México, para negociar nuevamente con los estudiantes frente al subsecretario de educación superior de la SEP, Luciano Concheiro Bórquez. Ahí se comprometió a retirar una denuncia pero es fecha que la FGE se mantiene sin cambios.
Así que con antecedentes como estos, más vale que la rectora de la UG se asegure que, esta vez, el círculo agripinista respete sus acuerdos de solución con los estudiantes.
CONTRA RETRATO
Jorge Jiménez Lona
Su paso por la función pública ha sido siempre desde la parte técnica. Asesor de confianza por varias legislaturas en el grupo parlamentario del PAN en el Congreso de Guanajuato, fue reclutado por Alejandra Gutiérrez Campos para desempeñar un nuevo papel como su hombre fuerte en el Ayuntamiento leonés. Ahora será su albacea mientras se va a campaña.
Jorge Jiménez Lona es desde ayer el alcalde interino de León, como el prototipo preciso que ahora requieren los alcaldes que se separan de funciones para buscar su reelección. Lo es porque a diferencia de un síndico como José Arturo Sánchez Castellanos, no busca el protagonismo sino simplemente administrar los temas pendientes y reaccionar eficientemente ante los imprevistos.
En buena medida su perfil ejecutivo llevó a Jimenez Lona al interinato. Ale Gutiérrez necesita todo menos una figura que la eclipse a media campaña como Sánchez Castellanos que parecía hasta exigir que el nombramiento le correspondiera. Al final se impuso la personalidad mucho más mesurada del secretario.
Pero más allá de una soberana decisión de la alcaldesa con licencia, la designación del Secretario del Ayuntamiento como alcalde interino obedece al cambio en el perfil requerido para estos periodos de campaña. Antes, sin la posibilidad de reelección, las y los alcaldes que se separaban por diferentes motivos, podrían premiar al más ruidoso de sus allegados. Ahora la necesidad es distinta.
Serán pues, tres meses en los que Jimenez Lona deberá administrar con eficiencia y exactitud los asuntos del municipio de León de forma paralela a la campaña de Ale Gutiérrez. Una labor que, de no cumplirse, su costo iría mucho más allá que una mala nota.